Reseña: Bonsai
Introducción
Un bonsái es una obra de arte viva, una planta en miniatura perfecta, un microcosmos que alberga el misterio del universo, inalterado en todos los aspectos excepto en las dimensiones. Conviértete en un experto maestro del bonsái y cultiva tu propio árbol en miniatura. Demuestra tus habilidades de cultivo y gánate un puesto en los Jardines Imperiales para mostrar tu obra maestra.
Así se nos presenta Bonsái, un diseño de Rosaria Battiato (Atelier daVinci), Massimo Borzì (Atelier daVinci), Martino Chiacchiera (Wonderbook, Witchstone). Publicado por primera vez en 2023 por DV Games en versiones en italiano e inglés. De las ilustraciones se encarga Davood Moghaddami, siendo su primer trabajo en el mundo de los juegos de mesa.
Se encuentra publicado en español por Asmodee (aunque el juego es completamente independiente del idioma a excepción del reglamento). Permite partidas de 1 a 4 jugadores, con una edad mínima sugerida de 10 años y una duración aproximada de 40 minutos. El precio de venta al público es de 34,99€. Para esta reseña se ha utilizado una copia de la versión en español de Asmodee, que la propia editorial nos ha cedido amablemente.
Importante: si ya conoces el juego y/o sólo te interesa mi opinión sobre el mismo, puedes pasar directamente al apartado de Opinión. Los apartados Contenido y Mecánica están destinados especialmente a aquellos que no conocen el juego y prefieren hacerse una idea general de cómo funciona.
Contenido
Dentro de una caja de cartón de dos piezas (tapa y fondo), de dimensiones 25×25×6 cm. (caja cuadrada mediana similar a Blue Lagoon), encontramos los siguientes elementos:
- Tablero (de cartón)
- 156 Fichas de Bonsái (de cartón)
- 51 Cartas (62,5×88 mm.):
- 47 Cartas Zen
- 4 Cartas de Referencia
- 4 Losetas de Seishi (de cartón)
- 4 Losetas de Maceta (de cartón)
- 15 Losetas de Objetivo (de cartón)
- Bloc de Puntuación (de papel)
- Reglamento
Mecánica
Bonsái es un peso medio con mecánicas principales de draft, colocación de losetas y patrones. El objetivo es intentar conformar un bonsái a base de conectar losetas hexagonales que pueden ser de tronco, de hoja, de flor o de fruto. En cada turno el jugador deberá escoger entre tomar una carta de un suministro central que, en función de la posición que ocupe, proporcionará más o menos losetas de tipos específicos, o cultivar, colocando las losetas que tenga en su reserva personal en función de las cartas que haya ido añadiendo a su zona. Hay cinco tipos de cartas: de regadera (que amplían el número de losetas que se pueden almacenar), de cultivo (que permiten cultivar más losetas), de maestro (que permiten obtener más losetas) de soldado (que permiten colocar losetas) y de pergamino (criterios de puntuación de final de partida). Al final del turno el jugador podrá reclamar una loseta de objetivo de los tipos disponibles que no tenga aun una si cumple determinado patrón. Al final de la partida los jugadores anotarán puntos por sus pergaminos, objetivos y por las losetas colocadas en el bonsái.
Conceptos Básicos
Empecemos por las Fichas de Bonsái. Estas representan los distintos elementos del bonsái que vamos a desarrollar en nuestra zona de juego. Hay cuatro tipos de losetas, a saber: tronco (de color marrón y forman el esqueleto del bonsái; se deben conectar a otras losetas de tronco), hoja (de color verde, se deben conectar a al menos una loseta de tronco), flor (de color rosa, se deben conectar a al menos una loseta de hoja, aunque interesa no ocupar el resto de espacios adyacentes) y fruto (de color naranja, debe conectarse a dos losetas de hojas adyacentes entre sí y no puede colocarse adyacente a otro fruto). Al final de la partida los jugadores obtendrán puntos por las losetas en su bonsái.
Cada jugador irá conformando un bonsái propio partiendo de su Loseta de Maceta, la cual ya contiene una loseta de tronco enterrada en la tierra. A partir de esta loseta los jugadores irán desarrollando su bonsái.
Los jugadores irán obteniendo estas losetas al resolver sus turnos, colocándolas provisionalmente en una reserva personal representada con su Loseta de Seishi, que muestra el límite de losetas que el jugador puede contener inicialmente y qué losetas puede añadir a su bonsái a la hora de cultivar.
El número de losetas que se pueden almacenar o el tipo de losetas que se pueden cultivar en un momento dado podrá ampliarse mediante las Cartas Zen. Existen cinco tipos de cartas, a saber: herramienta (aumenta el límite de losetas), crecimiento (permite cultivar una loseta más de un tipo concreto), maestro (permite obtener más losetas de la reserva), ayudante (permite cultivar inmediatamente losetas desde la reserva) y pergamino (proporciona un criterio de puntuación de final de partida).
Estas cartas se desplegarán en el Tablero de Suministro, el cual presenta cuatro espacios, cada uno con un determinado conjunto de losetas. Así, cuando un jugador escoja una carta del suministro, recibirá, adicionalmente, las losetas indicadas en el espacio. Las cartas se irán desplazando hacia la derecha, de forma que la carta que más tiempo lleve en el suministro proporcionará el mejor conjunto de losetas de bonsái.
Finalmente, al comienzo de la partida se conformará un conjunto de Losetas de Objetivo. Estas muestran un determinado criterio con valores crecientes. El jugador, al final de cada uno de sus turnos, podrá reclamar una de estas losetas si cumple el requisito y aún no ha reclamado ninguna del mismo tipo. Cada loseta proporcionará una cantidad de puntos de victoria dependiente de la exigencia del requisito.
Con esto tenemos suficiente.
Preparación de la Partida
- Se despliega el tablero de suministro en el centro de la mesa.
- Se prepara el mazo de cartas zen dejando en la caja aquellas que no apliquen según el número de jugadores. Se baraja y se coloca en el espacio del tablero de suministro, revelando las cuatro primeras cartas.
- Se forma una reserva general con las losetas de bonsái.
- Se escogen aleatoriamente 3 objetivos y se colocan las tres losetas de cada uno a un lado de la mesa. En partidas a 2 jugadores solo se colocan la de mayor y menor valor.
- Cada jugador escoge un color y recibe una loseta de seishi y una loseta de maceta (que coloca sobre su loseta de seishi).
- Se escoge aleatoriamente al jugador inicial. Cada jugador recibe un conjunto de losetas de bonsái según su posición en el orden de turno (comenzando por el jugador inicial y continuando en el sentido de las agujas del reloj):
- Primer Jugador: loseta de tronco.
- Segundo jugador: loseta de tronco y loseta de hoja.
- Tercer jugador: loseta de tronco, loseta de hoja y loseta de flor.
- Cuarto jugador: loseta de tronco, loseta de hoja, loseta de flor y loseta de fruto.
¡Ya podemos comenzar!
Desarrollo de la Partida
Una partida de Bonsái se desarrolla a lo largo de un número indeterminado de turnos alternados por los jugadores, comenzando por el jugador inicial y continuando en el sentido de las agujas del reloj.
En cada turno el jugador activo deberá escoger una de estas dos opciones:
- Meditar. El jugador escoge una de las cuatro cartas disponibles en el suministro junto con el conjunto de losetas de bonsái indicado en el espacio. Tras esto, aplica el efecto de la carta correspondiente:
- Herramienta. Se solapa en la zona izquierda de su loseta de seishi y, desde este momento, podrá almacenar dos losetas de bonsái adicionales en su reserva.
- Crecimiento. Se solapa en la zona derecha de su loseta de seishi y, desde este momento, al cultivar, podrá añadir una loseta más a su bonsái del tipo indicado.
- Maestro. El jugador obtiene las losetas de bonsái indicadas en la carta. Tras esto, la carta se coloca bocabajo en la pila personal del jugador.
- Ayudante. El jugador cultiva las losetas de bonsái indicadas en la carta desde su reserva personal. Tras esto, la carta se coloca bocabajo en la pila personal del jugador.
- Pergamino. El jugador coloca directamente la carta bocabajo en su pila personal.
- Cultivar. El jugador puede añadir losetas de bonsái siguiendo las reglas de colocación. Podrá colocar tantas losetas de bonsái de los tipos correspondientes indicados en su loseta de seishi y en sus cartas de crecimiento.
Si el jugador tiene en su reserva personal más losetas de bonsái de las que le permiten su loseta de seishi y sus herramientas deberá descartar el exceso.
Finalmente, si el jugador acaba de cumplir el criterio de alguna de las losetas de objetivo, podrá reclamar una de estas losetas siempre y cuando no haya reclamado ya una loseta del mismo tipo. Si no la reclama en este momento, ya no podrá reclamar esa loseta en lo que resta de partida.
Tras esto, el turno pasará al jugador de la izquierda.
Fin de la Partida
El final de la partida se detona cuando se agota el mazo de robo. Todos los jugadores, incluido aquel en el que se agotó el mazo de cartas al reponer el suministro, disfrutarán de un último turno. Tras esto se procede con el recuento final, en el que cada jugador anota:
- 3 Puntos por cada Loseta de Hoja en su bonsái.
- Puntos por cada Loseta de Flor en su bonsái (tantos puntos como espacios libres alrededor de cada loseta de flor).
- 7 Puntos por cada Loseta de Fruto
- Los puntos correspondientes a las losetas de objetivo reclamadas.
- Los puntos de las cartas de pergamino reclamadas durante la partida.
El jugador con más puntos será el vencedor. En caso de empate, el jugador que actuase más tarde según el orden de turno de entre los empatados será proclamado vencedor.
Variantes
Variante Tokonoma. Al preparar el mazo, se dejan a un lado las cartas de pergamino. Se mezcla el resto del mazo y se divide en dos partes iguales. Las cartas de pergamino se mezclan con una de estas dos mitades. El mazo resultante se apila sobre el mazo que no tiene cartas de pergamino, de forma que las cartas de pergamino aparezcan en el suministro durante la primera mitad de la partida.
Modo en Solitario. Se prepara una partida para dos jugadores y el jugador intenta superar una determinada puntuación según el nivel de dificultad escogido. Al meditar se descarta la carta situada a la izquierda de la escogida. Si se escoge la primera, se descarta la siguiente carta del mazo. Al cultivar, se descarta la carta más a la derecha del suministro. Cuando se revele la última carta, el jugador resuelve un último turno y procede con la puntuación.
Opinión Personal
Bueno queridos lectores, aquí estamos reunidos una vez mas para analizar un nuevo juego que recurre a la cada vez mas trillada combinación de mecánicas que parece ser garantía de éxito entre el público en general. Me refiero a la mezcla de draft, colocación de losetas y construcción de patrones que tan bien funcionó con Azul (aquí su tochorreseña).
Digo que la combinación empieza a estar un poco trillada porque, como es obvio, a los diseñadores les cuesta encontrar elementos diferenciales que aplicar en sus diseños, algo fundamental para poder destacar entre tanta alternativa de corte similar.
En la Feria de Essen de 2023 se presentó uno de estos diseños, generando ciertas expectativas al ofrecer cierta libertad a los jugadores a la hora de desplegar elementos en su zona de juego. Ahora toca comprobar si esa propuesta es lo suficientemente sólida como para convertirse en un referente dentro de este subgénero. Pero antes, agradecer a Asmodee la cesión de la copia que posibilita la parrafada que ya ha dado comienzo.
En Bonsái nos convertiremos en maestros en bonsáis con el objetivo de desarrollar un nuevo ejemplar que deje impresionado a todo el mundo. Gracias a nuestra depurada técnica, lograremos dar forma al pequeño árbol hasta que adquiera las características deseadas.
Cada jugador comenzará la partida con un pequeño tiesto del que surge un débil pero prometedor tronco. Para hacerlo crecer los jugadores tendrán que acumular losetas de distinto tipo para, posteriormente, ir conectándolas para ir desarrollando una estructura que soporte las hojas, flores y frutos.
En cada turno el jugador activo tendrá que escoger entre una de dos opciones. Una será meditar, lo que se traducirá en obtener una carta de un suministro con cuatro posiciones, las cuales tienen asociado un conjunto de losetas de bonsái. Estas cartas permitirán al jugador resolver acciones adicionales, mejorar sus capacidades de almacenamiento o cultivo, o acumular criterios de puntuación para el final de la partida.
La otra será cultivar, esto es, colocar losetas de bonsái previamente obtenidas cumpliendo reglas obvias de colocación (las losetas de tronco tienen que conectarse entre sí, las de hojas deben conectarse a al menos una de tronco, las de flores a al menos una de hoja intentando dejar el mayor espacio libre a su alrededor y las de frutos tienen que conectarse a dos losetas de hoja adyacentes entre si sin tocar otros frutos).
Existen dos límites que aplicarán en una acción u otra. Por un lado el límite de almacenamiento, de forma que un jugador no podrá acumular cualquier cantidad de losetas de bonsái, debiendo descartar el exceso al final de cada turno en el que lo sobrepase. Por otro el limite de cultivo, no pudiendo colocar mas losetas que las que se indique en su zona de juego. Losetas cuyo tipo, por lo general, está especificado.
Estos límites se podrán ampliar gracias a dos de los cinco tipos de cartas que irán apareciendo en el suministro. De los otros tres tipos de cartas que encontraremos en el mazo, dos están orientados a acumular y colocar losetas de bonsái, mientras que las cartas de pergamino simplemente bonificarán uno de los elementos que el jugador ha acumulado durante la partida.
Uno de los elementos clave de la partida serán las losetas de objetivo, ya que es donde se puede generar un gran diferencial de puntos. Al comienzo de cada partida se desplegarán tres criterios generales, cada uno con hasta tres posibles valores (tanto a la hora de cumplir el requisito como al puntuar al final de la partida). Competir por intentar alcanzar estos criterios lo antes posible será uno de los ejes del juego.
El dilema al que se enfrentarán los jugadores cuando lleguen al primer valor aceptado por uno de estos objetivos será decidir si conformarse con lo conseguido hasta ese momento o dejar pasar la oportunidad de consolidar puntos de victoria en busca de una recompensa mayor intentando alcanzar lo antes posible la siguiente cantidad requerida por el criterio.
Algo que ya vimos en otro gran juego familiar como es Augustus (aquí su tochorreseña). La diferencia principal es que aquí en Bonsái el empujar en dirección a un objetivo u otro es algo relativamente trivial (basta escoger las losetas correspondientes al realizar una acción de meditación e ir colocándolas adecuadamente en la acción de cultivo), mientras que en el diseño de Paolo Mori al depender del azar para completar las cartas se generaba una tensión genuina que derivaba en alegría o frustración en función de si completábamos una carta con el elemento adecuado antes que alguno de nuestros rivales. Esto provocaba que el “plantarte” a la hora de reclamar uno de estos objetivos tuviese mas gracia.
Aquí en Bonsái es algo demasiado directo y que los jugadores pueden calcular fácilmente a la hora de apostar por una opción u otra de cara a calcular cuantos turnos necesitará un determinado jugador para alcanzarlo antes que nosotros y si tenemos margen de maniobra suficiente para alcanzar el siguiente nivel antes de que la partida finalice.
A esto le sumamos que varios de estos criterios de puntuación resultan demasiado redundantes al puntuar algo que ya se evalúa de forma natural en el recuento final. Pero es que, además, uno de los dos restantes va a puntuar por losetas de tronco (que inicialmente no proporcionan puntos de victoria), las cuales son fundamentales para desarrollar el bonsái, no siendo algo a lo que se pueda renunciar. Así solo nos queda un único criterio que hace referencia al patrón que vayamos conformado con nuestras losetas, por lo que todos los jugadores pelearán por él al no tener que renunciar a nada para progresar hacia él.
Esta rémora atenta claramente contra la variabilidad de las partidas y, por ende, la rejugabilidad. Y es que Bonsái es de estos juegos con efecto gaseosa que en una primera partida te pueden dejar relativamente satisfecho, pero que, a medida que lo saquemos a mesa en ocasiones posteriores, el interés por repetir se diluirá como un azucarillo porque la sensación de hacer siempre lo mismo será cada vez mas intensa.
Y para mi el principal defecto es esa falta de tensión al no tener unos objetivos que generen encrucijadas que mantengan la tensión a medida que se resuelvan turnos. Me parece algo sorprendente porque creo que era relativamente sencillo desarrollar un buen puñado de criterios haciendo referencia a la forma del bonsái (ramificaciones, alturas, equilibrio, conjuntos de piezas, etc.). Me cuesta entender por qué se han quedado tan cortos en este aspecto.
Algo parecido ocurre con las cartas de pergamino, que vuelven a resultar redundantes en muchos casos, volviendo a puntuar por distintos tipos de losetas de bonsái, cuando podrían haber optado por patrones algo mas elaborados. Al final acaban resultando demasiado simples y escoger una de ellas condiciona mucho la partida. Por ejemplo, si cogemos la carta de pergamino que puntúa por ayudantes, lo normal es que cada ayudante que haga acto de aparición en el suministro nos lo acabemos quedando si se mantiene en él cuando nos llegue el turno.
Es cierto que el haber escogido una carta de pergamino generará cierta tensión en el resto de jugadores sabedores de que, si dejan que esa carta llegue disponible hasta el jugador al que le bonifica escogerla por disponer de ese pergamino, la va a coger. Es por eso que el juego como tal vez mejor funcione sea a cuatro jugadores. No es que haya una gran diferencia en cuanto a sensaciones, pero abre una ligera puerta a la discusión intentando persuadir al jugador activo de que coja cierta carta para evitar que un tercero anote mas puntos, librándonos de tener que ser quienes se «sacrifiquen».
Para evitar que el azar impacte mas de la cuenta se propone una variante en la que todas las cartas de pergamino aparezcan antes de alcanzar la mitad de la partida para que un jugador no pueda encontrarse con un regalo en forma de puntos de victoria al haber acumulado muchos elementos de los bonificados por el pergamino. De esta forma el juego gana ligeramente en carga estratégica, por lo que siempre la aplicaría.
Pasemos a la producción. Nos encontramos con unos acabados bastante decentes, ya que los elementos de cartón muestran un grosor adecuado y un prensado interesante, siendo muy fácil destroquelar todo el conjunto. Las cartas muestran un gramaje aceptable, textura lisa y decente repuesta elástica. El enfundado no lo veo necesario ya que las cartas solo se barajan al comienzo de la partida y no se tienen en mano casi en ningún momento. Eso sí, mi mazo de cartas venía algo combado. El reglamento está bien estructurado y no deja lugar a dudas.
A nivel visual los acabados son correctos. Echo en falta algo mas de variedad en las losetas de bonsái, que son todas iguales. Me habría gustado distintos tipos de hojas, tonalidades, flores variadas o frutos diversos para un despliegue mas atractivo. Y es que uno de los puntos interesantes del juego era el poder desplegar las losetas al gusto, pero al final quedan unos arboles visualmente pobres. No es mal trabajo, pero impacta menos de lo que uno esperaría.
Y vamos cerrando. Bonsái es un juego más ambientado en elementos de la naturaleza (aunque los bonsáis tienen mucha intervención detrás) combinando draft, colocación de losetas y creación de patrones. El problema principal del diseño es que muchos de sus elementos resultan redundantes, no generándose la tensión suficiente a la hora de resolver los turnos, teniendo la sensación de que siempre haremos lo mismo. Me falla que el juego no incida mas en la forma que le damos al bonsái, lo que acaba provocando que el poder colocar las losetas al gusto se convierta en un mero artificio. De esos juegos que la primera partida es la que mejor sensación te dejan y, de ahí, hacia abajo. No es ningún desastre, pero se queda a mucha distancia de los referentes dentro de este subgénero. Por todo esto le doy un…
Si te ha sido útil lo que has leído
¡Ayúdame a mantener el blog!