Crónicas Jugonas: Semana 31 (24/07 – 30/07)

Semana relajada en la que algunos días se quedaron sin partidas. Y es que no todo va a ser jugar y jugar. Eso sí, la ración de estrenos que no falte. Vamos con ese resumen semanal.

Tras un lunes de sequía, el martes sacamos a mesa Fields of Arle (aquí su tochorreseña). Uno de los famosos diseños de colocación de trabajadores de Uwe Rosenberg. En esta ocasión, los jugadores deberán satisfacer las demandas de los pueblos circundantes a sus terrenos mediante carros y carretas. Estas demandas deberán obtenerse mediante diversas acciones que requerirán de herramientas y recursos varios. Adicionalmente, tendremos que ir ganándole terreno al mar para disponer de nuevos espacios de construcción, donde levantaremos bosques, campos, establos, cuadras y edificios diversos. Partida controlada por un servidor desde el primer turno. Ambos estábamos bastante oxidados, pero la señorita pasó durante gran parte de la partida del desarrollo de recursos y las entregas en los pueblos al no hacerse con uno o dos carros, algo que yo tengo grabado a fuego de mis victorias anteriores. Esta fue la clave de la victoria, no por los viajes, ya que Sandra tuvo tiempo de prácticamente igualar mi puntuación en este sentido, sino por la comida necesaria para construir los edificios poderosos, que no solo proporcionan un efecto interesante, sino que otorgan una gran cantidad de puntos al final de la partida. También fue importante mis animales equilibrados, mientras que Sandra, directamente, hubo un tipo de animal del que no tenía ni un ejemplar. Aun así, comencé bastante titubeante, no teniendo claro a qué ir, desarrollando herramientas que, a la postre, no me sirvieron más que para rascar algunos puntos extra. Resultado: 88,5 puntos para el que os escribe por los 70 de Sandra. Un muy buen juego que Uwe Rosenberg añade al árbol genealógico de sus títulos de colocación de trabajadores, esta vez para dos participantes. Su principal novedad es la libertad, ya que todo está disponible desde el primer turno, quedando en manos de los jugadores el camino a recorrer para maximizar los puntos. Aun así, yo solo lo recomendaría para fans acérrimos del diseñador alemán o aquellos que quieran un juego de diseñador alemán (no teniendo ninguno) y suelan jugar en pareja.

Los edificios me dieron la victoria (Fields of Arle)

El miércoles uno de los platos fuertes de la semana, Vinhos (aquí su tochorreseña). En este diseño de Vital Lacerda asumimos el papel de productor de vinos en el país luso. Tendremos que generar los mejores caldos para exportarlos, venderlos a negocios locales o presentarlos a la Feria de Cata de Vinos. La mecánica principal es la de colocación de trabajadores, aunque el jugador dispone de un único trabajador y no existe bloqueo al colocarse en una acción ocupada, sino penalización. La mayor parte de la puntuación la conseguiremos mediante control de ciertas áreas. Tendremos que ir estableciendo viñedos en las distintas regiones del país vecino, mejorando la calidad de los caldos mediante la construcción de bodegas, la contratación de enólogos y expertos en las distintas características. Todo con el objetivo de presentar nuestros vinos en la feria para conseguir prestigio y lograr cerrar tratos con empresarios que nos proporcionarán acciones adicionales. Al igual que ocurrió con el Fields of Arle, la señorita pagó el largo periodo de tiempo que llevamos sin sacar este gran diseño de Lacerda a mesa. Mientras que yo diversificaba y establecía viñedos a diestro y siniestro, ella se conformó con un par de plantaciones. Es cierto que las potenció bien y esto le permitió presentar buenos caldos a las ferias (llevándose 2 de las 3). Sin embargo, a la hora de hacer negocios con los empresarios no disponía de suficiente vino, mientras que yo, con mis cuatro fincas a pleno rendimiento, me podía permitir la activación de acciones extra, así como en bonus finales. Entre estos y algunos vinos exportados logré abrir un hueco que la señorita no pudo reducir en ningún momento. Resultado: 75 puntos para mí por los 42 de Sandra. Un juego de la ya famosa escuela portuguesa: mucha carga conceptual asociada a las acciones y una duración bastante ajustada, lo que produce agobio por tener la sensación de no disponer de mucho margen de maniobra. De explicación compleja (especialmente si se lo tiene que preparar uno desde cero). Pero, una vez asimilado todas las mecánicas, se convierte en una experiencia de optimización bastante gratificante. Además, temáticamente todo encaja bastante bien, así que nadie podrá decir que el tema está pegado. Es probable que algunos sientan que el juego requiere asimilar demasiados elementos para lo que luego ofrece. Esto es algo inevitable en las primeras partidas, ofreciendo luego una grata experiencia. Si os va la marcha, al menos probadlo.

Muy oxidados, aunque la señorita mas (Vinhos)

El jueves algo mas relajado como Cacao (aquí su tochorreseña). Un juego diseñado por Phil Walker-Harding de colocación de losetas con un patrón en damero y una pequeña gestión de recursos con el cacao como eje central, y una pizca de mayorías en la lucha por los templos. Los jugadores tienen losetas de trabajadores (con cuatro símbolos de meeples repartidos por los lados). Al conectarse con las losetas de jungla, las acciones de estas losetas se ejecutarán tantas veces como meeples haya en las losetas de trabajador que se encuentren adyacentes (cada jugador activaría sus trabajadores). Como detalle, añadimos la mini-expansión de los volcanes, que sustituyen a las minas por losetas que, si se activan por la ladera con lava, restan monedas, mientras que, si se activan por las laderas libres de lava, las otorgan. Partida en la que yo me creía claro vencedor al haber progresado en mi canal rápidamente y haberme asegurado un par de templos. Sin embargo, en un turno clave, la señorita logró realizar tres ventas, dos al mercado de 4 y una al de 3, consiguiendo 11 monedas que le darían la victoria. También fue muy importante un apilamiento que le permitió a Sandra la única ficha solar que consiguió en la partida. Resultado: 68 puntos para Sandra por mis 66. Juego entretenido que esconde más de lo que tiene. Pocos conceptos, ajustado en tiempo. Ideal para sacar con cualquier jugador, ya sea ocasional o experimentado. Probablemente si se abusa de él pueda acabar aburriendo, pero no desentona en la ludoteca. Es una muy buena opción para cuando, teniendo ganas de sacar un juego de colocación de losetas, no tenemos tanto tiempo como para disputar una partida a Carcassonne. La miniexpansión de los volcanes le da un punto diferente, añadiendo una penalización durante la propia partida, disuadiendo a los jugadores de colocar losetas en determinadas posiciones.

Me confié y se me escapó la victoria (Cacao)

El sábado llegó el primer estreno de la semana. Una de las reciente novedades de 2 Tomatoes en nuestro país, Yokohama. Un juego de Hisashi Hayashi en el que los jugadores deberán ir activando una serie de localizaciones mediante la colocación de ayudantes que permitirán desplazar a su peón de presidente. Cada localización proporciona un beneficio que dependerá de la fuerza con la que se ejecute la acción. Esta fuerza resulta de sumar el número de elementos del propio jugador presentes en la localización. Estas localizaciones proporcionan recursos, pedidos (que requieren determinados pedidos), cartas de tecnología y entregas a aduanas o a la iglesia. El objetivo será acumular la mayor cantidad de puntos mediante pedidos, objetivos, iglesia y un set colección con cartas que muestran uno de cinco posibles países con los que comerciar. Partida clásica de Sandra en una primera partida, dedicándose a conciencia a ciertos elementos y pasando olímpicamente de otros. En esta ocasión se especializó en el cumplimiento de pedidos, no prestando atención a la iglesia, la aduana ni las tecnologías. No al menos hasta bien entrada la partida, cuando esta ya entró en su recta final. Su afán desmedido por completar pedidos provocó que el ritmo de partida fuese algo y en pocos turnos se finiquitase la cosa. Yo no es que diversificase demasiado, pero si aproveché el efecto de un par de cartas de tecnología para potenciar mis acciones, como la que permite colocar un ayudante más al desperdigar 3 o la que aumenta en 2 puntos de victoria la recompensa al completar un pedido. Me faltó un último turno para completar el último objetivo de los que salieron en esta partida. De lo que si nos olvidamos los dos fue de los centros de negocio, que no llegamos siquiera a sacar del almacén personal. Tal vez el momento clave de la partida fue cuando logré entregar en la aduana 4 recursos de importación para anotarme más de 20 puntos y adelantar a Sandra que, hasta ese momento, iba en cabeza gracias a tanto pedido entregado. A partir de ese momento, mi ventaja no hizo más que aumentar. Resultado: 159 para el que os escribe por los 127 de Sandra. Debo coincidir con la mayoría de opiniones vertidas sobre el nuevo diseño del señor Hayashi. Un buen eurogame que, sin aportar nada especialmente llamativo, ofrece muchas alternativas y te mantiene metido en la partida hasta el momento final. Me recordó ligeramente a Le Havre por aquello de disponer de un único trabajador que ir desplazando por distintas ubicaciones con las que conseguir recursos necesarios para completar ciertos objetivos, aunque aquí se elimina el tema del desarrollo de los recursos. Ganas de volver a sacarlo a mesa.

Ayudante pa’rriba, ayudante pa’bajo (Yokohama)

Y, por segunda semana consecutiva, otro estreno de Rüdiger Dorn. En esta ocasión, un clásico como Louis XIV. Un juego de mayorías en el que los jugadores intentan conseguir el favor de diversos nobles de la corte del monarca francés para conseguir diversos elementos con los que ir cumpliendo una serie de misiones que nos proporcionarán ciertos beneficios (además de puntos al final de la partida). Para conseguir influenciar a dichos nobles los jugadores dispondrán de una serie de puntos que se repartirán entre una reserva general y una personal. Durante la fase más importante de cada ronda los jugadores utilizarán unas cartas que permitirán colocar estos puntos sobre los nobles, con la peculiaridad de que estos puntos podrán repartirse entre varios nobles mediante desplazamientos diagonales. A los puntos obtenidos mediante las misiones se sumarán los puntos de los blasones, que se obtienen de diversas formas. Antes de nada, advertir que a 2 jugadores se introduce a un jugador virtual que añade puntos de influencia según un sistema, pudiendo arrebatar la mayoría a los jugadores, pero no interviniendo en el recuento final ni en algunas fases. Partida extraña, en la que tardamos en hacernos con el flujo de la misma. Pero, a medida que las rondas se sucedían, todo resultaba más claro. Ambos conseguimos completar 6 misiones en toda la partida, por lo que todo se iba a decidir por los blasones. Yo me había hecho con alguno más que la señorita gracias al efecto de algunos personajes y haber tenido que desprenderme de símbolos no empleados en misiones. Sandra lo puso difícil, sobre todo gracias al efecto de un par de misiones que le permitían meter puntos de influencia en los nobles que proporcionan coronas (comodines a la hora de resolver misiones), obligándome a emplear muchos puntos para rascar algo. Una de las claves de mi victoria estuvo en aprovechar un par de veces el efecto del noble que proporciona una carta de influencia, permitiéndome tener un turno más en la siguiente ronda. Aun así, la cosa quedó bastante ajustada, siendo los blasones los que decidieron el vencedor. Resultado: yo vencedor con 41 puntos por los 39 de Sandra. De menos a más. Es un diseño muy abstracto en el que vas comprendiendo como se desarrolla la historia con el paso de las rondas. Y son solo cuatro. A esto hay que añadirle que, siendo un juego de mayorías, estaba claro que dos no es su mejor número (de hecho, implica utilizar a un jugador virtual que añade puntos de influencia mediante un sistema fijo). Pero tenía ganas de darle un tiento y asimilar sus mecánicas de cara a una futura partida con un número de jugadores más adecuado. De todos modos, tengo que admitir que me esperaba más, y me sorprendió la importante influencia del azar: cartas de influencia, cartas de pedido y, especialmente, el tema de los blasones. Que haya una bonificación por los distintos tipos de blasón cuando estos se reciben aleatoriamente… A lo mejor es que interpreté erróneamente alguna regla, pero me resulta muy raro. De todos modos, me gustó el desarrollo mental que hay que ejecutar en cada ronda en función de las cartas de influencia que se reparten y las cartas de misión que cada jugador posee en cada ronda.

Los blasones me dieron la victoria (Louis XIV)

Para cerrar la semana, una partidita a Caverna (aquí su tochorreseña). Otro diseño de Uwe Rosenberg que no deja de ser una versión 2.0 de Agricola en la que se modifican ciertos detalles, como la sustitución de los oficios por las habitaciones de la caverna, la posibilidad de intercambiar por comida los animales en cualquier momento o el tema de las aventuras, en las que nuestros enanos (trabajadores) irán adquiriendo experiencia y consiguiendo mejores botines. Un juego de colocación de trabajadores en el que cada jugador deberá desarrollar su caverna y alrededores para intentar acumular puntos de diversas formas. Partida muy igualada que se decidió por detalles. Yo me centré en el desarrollo de mi tablero, sin prestar mucha atención a la familia. Es por ello que excavé numerosas minas de mineral y de rubíes, haciendo hueco a muchos burritos que, gracias a la caverna que aplica un descuento por cada ejemplar en esta ubicación en la fase de alimentación, viví bastante desahogado en los últimos turnos. Me faltó, tal vez, haber conseguido alguna caverna que puntuaba por sets de hortaliza y trigo, ya que finalicé con un buen número de estos. Sandra por su parte, optó por una familia amplia, obteniendo en la ronda final la caverna que le proporcionaba 5 puntos si había conseguido 5 miembros (como así fue), clave para hacerse con la victoria. Antes, había reunido muchos jabalíes, ovejas y burros, dejando para el final la obtención de una vaca que no le penalizase. Resultado: Sandra vencedora con 66 puntos por mis 61. Como heredero del mejor juego de todos los tiempos (para mi), mantiene el nivel magníficamente. Mecánicamente es igual, aunque aquí hay mucha más libertad y, por tanto, un grado de agobio mucho menor. En Agricola es fundamental desarrollar un motor de comida que te permita desarrollarte. Aquí es más complejo conseguir esto, por lo que las acciones son más versátiles (especialmente las aventuras). Mi recomendación es que, si el agobio te gusta, elijas Agricola. Si prefieres más libertad, Caverna.

Me faltó algún enano mas (Caverna)

Como veis, no demasiadas partidas, aunque si han pasado por la mesa juegos de mucho nivel, como Vinhos, Caverna o el reciente Yokohama. A ver como se presenta esta primera semana de agosto.

6 comentarios

    1. Efectiviwonder. Jugamos con la variante oficial de el primero se lleva los puntos de la primera posición y el segundo los puntos de la tercera. Es un ventaja importante, pero si descuida el resto de aspectos… Como le pasó a la señorita, pues… :p

  1. Hola iMisut, soy Fran, un saludo!
    Vaya semana de juegos duros, qué envidia!
    Yo espero estrenar el Vinhos la semana que viene, tengo la nueva versión de Eagle Games, ¿la has probado? si es así, ¿cuál te gusta más? Creo que os escuché en el podcast de Más madera hablar sobre ellas (o me lo he inventado que son muchos podcast que escucho), pero no me acuerdo si recomendabas una u otra.

    Muchas gracias por tus tochoreseñas, que aunque no me las leo todas, sé (o me imagino) el currazo que llevan, desde las fotos hasta el texto tan cuidado. Sigue así, que te sigo desde hace un montón de años.

    Saludos!!

    1. No, no he tenido la ocasión de probar la nueva, aunque creo que, salvo ciertas variantes, no se modifica el juego. Así que, ¡adelante!

      Muchas gracias por la fidelidad. Y el objetivo de las tochorreseñas es ofrecer el máximo de información posible. No espero que todo el mundo se la lea entera. Que cada uno consuma lo que considere de interés :p

      Saludetes!

  2. Hablando de Vinhos, ¿hay planes de probar el Lisboa en el futuro? Me está interesando conseguir o ese o el Gallerist, y quisiera saber tu opinión, que ya me hizo comprar el Kanban ^.^

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