Reseña: Hong

Introducción

En una mística y lejana tierra un imperio es atacado por un osado Maestro del Dragón, que intentará conquistarlo invocando Hongs (dragones de dos cabezas) y derrocar al emperador. Este podrá contener el ataque si el número de estos dragones bicéfalos no es elevado, pero el maestro sabe que un grupo numeroso de pequeños Hongs pueden suponer su victoria. ¿Podrá el emperador salvar sus tierras o será el maestro del dragón el que conquiste el imperio?

Portada
Portada

Así se nos presenta este Hong, un juego de Néstor Romeral Andrés, probablemente nuestro autor más internacional. Con su propia editorial,  Nestorgames, y una enorme lista de juegos abstractos en su currículum, como Adaptoid, RED u Omega. El juego fue publicado a través de su editorial en 2013. En 2016 White Goblin Games adquirió la licencia para publicar una edición en inglés y alemán. Del arte de esta última se ha encargado otro grande del panorama lúdico nacional como es Chechu Nieto (Dominant Species, Twilight Struggle o Fire in the Lake).

Se trata de un juego absolutamente independiente del idioma (a excepción del reglamento). Permite partidas a 2 jugadores, con una edad mínima sugerida de 8 años y una duración aproximada de 30 minutos. El precio de compra recomendado es de 19,95 €. Para esta reseña se ha utilizado una copia de la edición en alemán/inglés de White Goblin Games.

Contraportada
Contraportada

Importante: si ya conoces el juego y/o sólo te interesa mi opinión sobre el mismo, puedes pasar directamente al apartado de Opinión. Los apartados Contenido y Mecánica están destinados especialmente a aquellos que no conocen el juego y prefieren hacerse una idea general de cómo funciona.



Contenido

Dentro de una caja de cartón de dos piezas (tapa y fondo), de dimensiones 20,5×20,5×5 cm. (caja cuadrada pequeña tipo Los Príncipes de Catán o Asante), nos encontramos con los siguientes elementos:

  • Tablero de juego a doble cara (de cartón)
  • Tablero de Gran Dragón (de cartón)
  • 70 Losetas de Hong (de cartón)
  • 7 Losetas de Gran Dragón (de cartón)
  • 15 Contadores de Hong (de cartón)
  • Reglamento
Contenido
Contenido

Mecánica

Hong es un juego abstracto asimétrico para dos jugadores con una mecánica principal de colocación de losetas. Uno de los jugadores, el Maestro del Dragón, debe intentar componer un determinado número de Hongs (dragón de dos cabezas con un cuerpo), mientras que el otro, el emperador, debe evitar que su rival lo consiga.


Conceptos Básicos

Empecemos con los Hongs. Un Hong un dragón con dos cabezas y cuerpo. Estos se forman mediante unas losetas que muestran, por un lado, un cuerpo que cruza longitudinalmente dicha loseta y, por otro, dos cabezas independientes en los otros dos lados. Así pues, el número mínimo de losetas que se necesitan para formar un Hong completo es 3 (un cuerpo y dos cabezas). Estas losetas muestran en su reverso unos sellos rojos que funcionarán como obstáculos.

Losetas
Losetas

Las losetas se colocarán sobre un tablero cuadriculado que delimita el área de juego. Este tablero posee dos caras, una para partidas largas (castillo) de y otra para partidas cortas (jardín).

Tablero a Doble Cara
Tablero a Doble Cara

Por último, el juego incluye unos marcadores circulares con un sello verde para realizar el conteo de Hongs al final de la partida.

Marcadores
Marcadores

Con esto es suficiente.


Preparación de la Partida

  1. Se elige el tipo de partida (corta o larga) y se despliega el tablero por la cara correspondiente (jardín para partida corta y castillo para partida larga).
  2. Se disponen las losetas de Hongs en una reserva general al alcance de los dos jugadores.
  3. Se toman 3 losetas de Hong y se disponen bocabajo (mostrando el sello rojo) en 3 espacios del tablero de forma aleatoria.
  4. Se dejan los marcadores de evaluación a parte (no se usan durante la partida).
  5. Por último, cada jugador elige su rol (Maestro del Dragón o Emperador).

¡Ya podemos comenzar!

Partida Preparada
Partida Preparada

Desarrollo de la Partida

Una partida a Hong consta de un número indeterminado de turnos alternados entre ambos jugadores.

En su turno, un jugador debe tomar una loseta de la reserva y colocarla en cualquier espacio vacío del tablero en la orientación que considere oportuna. Tras esto, el turno pasa al otro jugador.

 


Fin de la Partida

La partida finaliza una vez que el tablero se complete de losetas (todas las casillas ocupadas). Se procede a contar el número de Hongs correctamente formados (2 cabezas y al menos un cuerpo) colocando uno de los marcadores de sello verde encima de su cuerpo.

El Maestro del Dragón será el vencedor si ha conseguido conformar el número de Hongs indicados en el tablero (15 o más en el tablero del castillo, 13 o más en el tablero del jardín). En caso contrario, el vencedor será el Emperador.


Variantes

  • Partida aún más corta: jugando con el tablero del castillo, se puede jugar con el tablero del castillo sin las dos columnas de los laterales (con un tono distinto). El Maestro del Dragón debe conformar al menos 11 Hongs para ganar.
  • La Guarida del Dragón: el juego incluye un tablero y siete losetas especiales que se activan al formar hongs:
    • Preparación: adicional a la preparación normal, se dispone el tablero de la guarida del dragón y se colocan aleatoriamente las siete losetas bocarriba en los espacios de dicho tablero.
    • Desarrollo: cada loseta de la guarida del dragón se corresponde con un Hong de un determinado tamaño (número de cuerpos). El primer jugador en conformar un Hong de un determinado tamaño obtendrá el derecho a activar la loseta correspondiente a dicho tamaño, aplicando su efecto. Tras esto, la loseta es descartada, no pudiendo ser utilizada en lo que queda de partida. Estas losetas permiten las siguientes acciones:
      • Rotar una loseta de Hong 90º.
      • Colocar una segunda loseta de Hong.
      • Desplazar una loseta de sello a cualquier espacio vacío.
      • Voltear una loseta de Hong, de forma que muestre la cara del sello.
      • Desplaza una loseta de Hong a un espacio ortogonal (que comparta un lado) vacío.
      • Colocar una loseta con sello en cualquier espacio vacío.
      • Permutar una loseta de Hong y una loseta de sello que ya se encuentren en el tablero.
Expansión
Expansión

Opinión Personal

Bueno, hoy analizamos un juego abstracto con origen patrio, publicado en su día a través de la editorial del propio autor, y que ahora nos llega con una importante capa de chapa y pintura aplicada por el que, probablemente, es nuestro artista lúdico más internacional. Vamos a ver qué tal es este Hong.

Nos encontramos con un juego abstracto para dos jugadores de esos que tanto me gustan a mí. Si deconstruimos el plato nos encontramos con colocación de losetas, condición de victoria asimétrica y confrontada, y una pizca de visión espacial.

Detalle Tablero
Detalle Tablero

El desarrollo es tremendamente sencillo y ágil, ya que un jugador, en su turno, se limita a tomar una loseta (que son todas iguales), orientarla (solo tiene dos posiciones) y colocarla en el tablero. Listo. Así de simple. Así de complejo.

El objetivo de uno de los jugadores será conformar una serie de dragones de dos cabeza, los cuales se conforman con un mínimo de 3 piezas (dos para las cabezas y uno para un cuerpo de tamaño mínimo), aunque la longitud puede aumentar según el caso. Su rival tendrá como meta evitar que el primero alcance su objetivo. De esta forma, nos encontramos que, con una misma mecánica, los jugadores persiguen objetivos contrapuestos.

Así pues, la partida se convierte en un tira y afloja constante, aunque la forma de colocar losetas será muy distinta. El Maestro del Dragón buscará al menos ir conectando las losetas de dos en dos para obligar al Emperador a perder turnos alargando futuros dragones que se conformarán con casi todas seguridad. Un cuerpo o una cabeza con varias libertades es un peligro absoluto, ya que una loseta adicional dará pie a un Hong con casi toda seguridad.

El actual dirigente del imperio intentará colocar losetas que, precisamente, eliminen estos grados de libertad que compliquen la vida al Maestro del Dragón.

A medida que el tablero se va llenando de losetas evaluar la situación se vuelve más y más difícil, ya que la paleta de colores elegida y la forma zigzagueante de los cuerpos de los dragones provoca cierto efecto óptico que complica el proceso de conteo. Prestando atención se saca, pero es por ello que se incluyen los marcadores, ya que contar al vuelo provoca errores constantemente. Errores que seguramente cometa el jugador al evaluar mentalmente.

Con todo, se trata de un juego tremendamente táctico en el que estaremos constantemente contragolpeando en función del movimiento anterior de nuestro rival, a la vez que intentamos posicionar las cartas para que, a futuro, tengamos una situación favorable.

Tablero Expansión
Tablero Expansión

En sensaciones puede recordar un poco al Go en el sentido de que uno, cuando coloca una loseta, siente que el cambio que acaba de aplicar al tablero no tiene una importancia significativa. Sin embargo, paso a paso se hace el camino hacia la victoria si se sabe escoger adecuadamente en momentos puntuales y cruciales.

El problema es que sabe a poco. Es cierto que a medida que se le echan partidas y el nivel se iguala, es muy complicado alcanzar la victoria y la cosa quedará ajustadísima (en uno o dos puntos), pero en cuanto a sensaciones, debido a esa importantísima carga táctica y a que el tablero es de dimensiones reducidas (incluso el grande), la impresión que se lleva uno es que no hay gran diferencia entre unas y otras.

Menos mal que el juego incluye una pequeña expansión que le aporta la chispa suficiente para que cada partida tenga ese elemento variable que permite desarrollos dispares. Y es que esas losetas de acción que alteran el tablero tienen una potencia extrema. De esta forma, ambos jugadores añaden una nueva variable a la ecuación: calibrar el cuándo dejar al alcance de la mano cerrar un Hong con bonificación. Tarde o temprano irán ocurriendo, por lo que ser el que sufra un determinado efecto puede ser un poderoso aliciente para no colocar losetas en ciertos espacios. Como digo, este nuevo plano de decisiones le da el toque justo para que el juego gane bastante y nos e convierta en un toma y daca monótono.

Así pues, la rejugabilidad depende de esta pequeña expansión, ya que las losetas de acción aparecen en orden aleatorio, y activar las de valor mayor es harto complicado. Sin esta expansión el juego se quemaría muy rápido.

También hay que tener claro el objetivo que busca Hong, que no es otro que una partida en un corto intervalo de tiempo. Es una opción más que aceptable si solo contamos con 15 o 20 minutos. Alguno me podrá decir que para eso ya tenemos juegos como Hive (aquí su tochorreseña) o Patchwork (aquí su tochorreseña). Pero el primero, con jugadores experimentados, puede alargarse bastante, y el segundo es, para mi gusto, demasiado ligero. Hong no es que lo sea mucho más, pero esa tensión constante entre ambos jugadores le confiere un peso algo mayor.

Pasemos a la edición. White Goblin Games no suele defraudar en sus producciones, aunque Hong aprueba justito. Lo más destacable es el tablero, de cartón con buen grosor y resistencia. Sin embargo, las losetas son algo finas para mi gusto. Es cierto que se destroquelan fácilmente, pero uno tiene la sensación de que se van a doblar en cualquier despiste. No llega a la falta de grosor de algunos juegos de la serie Alea, como The Castles of Burguny, pero casi. El reglamento es claro, conciso y no deja lugar a dudas, aunque es cierto que se trata únicamente de una hoja a doble cara.

Detalle Tablero
Detalle Tablero

Pero si por algo destaca Hong es por su aspecto gráfico. Aquí el señor Nieto vuelve a demostrar el por qué es el ilustrador nacional que más reconocimiento posee actualmente, especialmente en el extranjero. Desde la portada hasta detalles nimios como los sellos en los contadores. Me encanta esa portada con los Hongs y su cara de ¿pero qué hacemos nosotros aquí?, aunque si me tuviese que quedar con un elemento, sería con los tableros. Sencillamente preciosos, especialmente la cara del jardín. También es destacable el diseño de las losetas, que provocan un efecto óptico que dificultad la evaluación parcial, detalle que favorece al juego elevando un poco su dificultad. El tema, como ya supondréis, sirve únicamente como excusa para que el señor Nieto se explaye, pero podría haberse obviado directamente.

Y vamos cerrando. Hong es un decente abstracto, de reglas muy sencillas y corta duración. Lo más destacable es su importante carga táctica y su desarrollo asimétrico, a pesar de tener una mecánica común para ambos jugadores. Su mayor defecto es que se puede volver monótono con facilidad, pero dosificado adecuadamente, no es una mala elección, sobre todo si los pequeños ratos muertos (15-20 minutos) son habituales en nuestro día a día y no queremos perder la ocasión de echar una partida. Por todo esto le doy un…

Aprobado

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