Crónicas Jugonas: Semana 18 del 2015 (27/04 – 03/05)

Grandiosa semana lúdica, con partidas todos los días. Y con mucha variedad: juegos sesudos, juegos clásicos, estrenos, fillers, juegos de habilidad… Vamos al lío.

Empezamos el lunes con un The Speicherstadt. Un título de Stefan Feld con una original mecánica de subasta en el que nosotros pujamos por el orden de compra de cartas (bomberos, barcos con mercancías, artesanos, edificios, etc.) pero, a su vez, el precio se va a ir modificando en función de los jugadores que se vayan colocando a la cola. Diabólico. Y todo sin olvidarnos de los incendios, que irán restando puntos a aquel jugador que menos potencia de bomberos haya conseguido. Además siempre se va muy justo de monedas. Conmigo en la mesa estaban Víctor C., Víctor F., Marta y Sergio. Ahora ya con la mecánica controlada de la semana anterior resultó una partida mucho más interesante. Este es un juego en el que tienes que tener muy claro qué carta necesitas, y no dejarte llevar por los cantos de sirena. Un error que cometí en ella fue fiar mi suerte completamente a los pedidos y pasar de los incendios. Esta vez no iba a ser así, así que cada vez que se me ponía a tiro algún bombero, intentaba quedármelo de cara al sprint final. A parte de eso, dos pedidos, uno grande y otro pequeño. Con esto fue suficiente para ganar la partida con un amplio margen. Resultado final: yo 26 puntos, Víctor F. 18 puntos, Sergio 14, Marta 13 y Víctor C. 6. Muy recomendable para cuatro/cinco jugadores, con una mecánica de subastas muy curiosa y original. Eso sí, muchas opciones durante la partida. Hay que tener muy claro que se quiere en cada ronda porque cada moneda tiene una importancia vital. Y más a cinco jugadores, que desde que colocas un meeple hasta que te vuelve a tocar, la situación en el tablero puede haber cambiado radicalmente para tus intereses. Da pie a un poco de faroleo intentando engatusar a la gente para que se tire a por cartas que no te interesan y no encarezcan las que sí.

Bomberos mas pedidos completos, victoria segura
Bomberos mas pedidos completos, victoria segura

El martes llevé mi querido Carcassonne, además de con Posadas y Catedrales, con Constructores y Comerciantes, aunque solo utilizamos las losetas y las bonificaciones por los bienes (no utilizamos ni el constructor ni el cerdito). Un juego de Klaus-Jürgen Wrede en el que, mediante la colocación de losetas, iremos formando Carcasona. Los jugadores, en su turno, roban una loseta y la colocan de forma coherente sobre la mesa, pudiendo colocar un meeple sobre ella para intentar completar una estructura con la que puntuar (caminos, castillos o claustros, además de los granjeros). La norma más importante es que no se puede colocar un meeple en una estructura en la que ya haya alguno otro, de forma que solo se podrá intentar arrebatarla mediante una incorporación indirecta (comenzando otra estructura del mismo tipo y contándolas). Participantes además de yo mismo: Víctor F., Víctor C., Borja y Marta. La partida estuvo dominada de cabo a rabo por el señor Cima, que logró agenciarse las dos ciudades con Catedral y, a pesar de compartirlas con otros jugadores, estos no consiguieron lo mismo, de forma que la ventaja que tomó fue prácticamente insalvable. Además, se llevó dos de los tres bonus por mercancías. El resto nos enzarzamos en una ajustada lucha por la segunda plaza, a excepción de Víctor F., que optó por una estrategia a corto plazo anotando puntos con estructuras pequeñas pero seguras. Resultado final: Víctor C. 126 puntos, Borja 90, yo 88, Marta 78 y Víctor F. 63. Cuando un juego es bueno, da igual el tiempo que pase y las novedades que aparezcan, que siempre va a volver a la mesa. Y ser una de las tradicionales puertas de entrada a un hobby en auge ayuda mucho. Para mí es el mejor en este sentido. Reglas sencillas, pero con el punto de profundidad suficiente para que los que llevamos más tiempo disfrutando de este mundo no nos aburramos.

Bonita composición final
Bonita composición final

El miércoles me llevé el filler que más ha gustado en el grupo. Me refiero a Abluxxen, de los incombustibles Wolfgang Kramer y Michael Kiesling. Un juego con mucha interacción genial en el que se van jugando cartas sobre la mesa en filas, de forma que cuando juegas un número de cartas igual que las de otros pero de valor superior puedes levantar las cartas de ese jugador (o jugadores), llevándotelas a tu mano u obligando a los rivales a decidir si las quieren recuperar o desechar para robar del suministro. Al final de la partida el ganador será el que más puntos obtenga (las cartas sobre la mesa suman un punto pero las cartas en la mano restan un punto). Echamos tres partidas. En las dos primeras, además del que os escribe, jugaban Sergio, Víctor F., Marta y Jorge. En la primera, victoria contundente por mi parte, que supe ir acumulando cartas para asestar un golpe final importante, cubriendo bien mis cartas, pillando desprevenidos al resto de jugadores. Resultado: yo 18 puntos, Víctor F., Jorge y Marta con 5 y Sergio con 3. La segunda fue mucho más disputada, tanto que la victoria fue compartida entre Marta y un servidor. Resultado: Marta y yo 15 puntos, Jorge 13, Víctor F., 9 y Sergio 7. En la última Marta dejó su puesto a Víctor C., aunque no pudo hacer mucho. Partida muy similar a la primera, con gran victoria para mí. Resultado: yo 13 puntos, Jorge 7, Sergio 4, Víctor C. 3 y Víctor F. -4. Es sublime. Ya lo reseñamos en el blog y le otorgamos un sobresaliente porque así lo es. De esos fillers que puedes echar una partida tras otras y vas encontrando más y más sutilezas. Con dos normas sencillas la doble K se saca un señor juegaco de la manga.

Estuve intratable
Estuve intratable

El jueves tocaba subir el nivel, así que me llevé The Island al trabajo. Un juego de Julian Courtland-Smith en el que tomamos el control de los habitantes de una pequeña isla en cuyo centro se encuentra un volcán a punto de entrar en erupción. Nuestro objetivo: intentar poner a salvo cuantos más habitantes mejor. Pero no todo será tan sencillo, ya que el agua se encuentra repleta de peligrosas criaturas, como serpientes marinas, tiburones, ballenas o calamares gigantes. Mediante puntos de movimiento y acciones especiales intentaremos poner a salvo a nuestros meeples, los cuales se encuentra numerados (no todos valen lo mismo). Únicamente jugamos con la expansión para 5-6 jugadores. Jugadores (además de uno mismo): Marta, Víctor C., Víctor F. y Jorge. Como era de esperar, mucha fricción y mala leche hundiendo losetas de la isla con el mayor número posible de meeples. Como suele ser habitual, mis rivales se cebaron conmigo por aquello de ser el dueño del juego, por lo que solo tuve oportunidad de salvar un triste peón, mientras que los demás conseguían llegar a tierra en muchas más ocasiones. Resultado final: victoria compartida entre Marta y Víctor C. con 15 puntos, seguidos de Jorge con 14 y Víctor F. con 13, mientras que yo solo pude obtener 2 míseros puntos.  Un juego extremadamente cruel y divertido, en el que hay que andarse con cuidado si no queremos tener malos rollos, porque los ataques directos son constantes, y las venganzas están a la orden del día.

Antes del desastre
Antes del desastre

El viernes Sandra y yo estrenamos mi copia de It Happens…, un pequeño filler de dados de Stefan Feld con un tema muy original, en el que cada jugador se mete en la piel de un oso-hormiguero intentando pegarse un festín de termitas. Pero en su búsqueda, ira encontrándose todo tipo de objetos que las escurridizas termitas han ido acumulando en sus termiteros. Los jugadores tienen una serie de dados que irán colocando en uno de los tres termiteros disponibles en cada una de las cuatro rondas, con la restricción de que solo podemos ocupar una única columna (una vez que coloquemos un dado en ella ya no podemos colocarnos en otra columna de ese termitero). Además, si el termitero aún no tiene ningún dado de nuestro color, siempre habrá que colocarse en la primera columna disponible empezando por la izquierda. Al final de la ronda (cuando todos los jugadores han colocado sus dados o no se pueden colocar más), se evalúan los termiteros, los cuales otorgan puntos a los jugadores que mayor valor en conjunto han introducido en cada uno. Además hay un pequeño set-collection con los objetos que se han ido capturando A dos se introduce un jugador virtual manejado por ambos jugadores. Sencillo y directo. Entendí rápido que los objetos iban a tener una vital importancia, así que no me centré tanto en los termiteros como en la colocación en sí. Y, efectivamente, estos me dieron la victoria. Resultado: yo 70 puntos, Sandra 61 y el dummy 17. Entretenido y con un tema divertido. Tampoco es nada del otro mundo, al menos a dos jugadores, que queda bastante descafeinado. A ver si me lo llevo al trabajo que a 4 o 5 tiene que ser más interesante.

Mi oso-hormiguero con Síndrome de Diógenes
Mi oso-hormiguero con Síndrome de Diógenes

Por la tarde, para mantener a Feld en la mesa, sacamos el Trajan. Un juego que gira en torno a un mancala mediante el cual iremos avanzando en una serie de minijuegos que nos permitirán hacer combos y puntuar por casi todo. Para que la cosa no sea tan sencilla, a lo largo de las rondas se irán sucediendo una serie de trimestres tras los cuales el pueblo necesitará tener cubiertas una serie de necesidades que, si no cumplimos, nos hará perder puntos. Partida desastrosa por mi parte, que decidí no echar mucha cuenta a la acción de puerto, mientras que Sandra centró su estrategia casi completamente sobre ella. Yo pensé en avanzar mucho en los campos militares y en los trabajadores. En el mapa si conseguí un progreso adecuado, pero en los trabajadores Sandra supo colocarse adecuadamente para trabar mi progreso y asestarme un golpe mortal. Resultado final: Sandra 138 puntos por 103 míos. Sin duda este es, para mí, el juego más quemacerebros que tiene el afamado autor alemán. Considero que es el máximo exponente de su estilo, con una ensalada de puntos variada, donde casi todo hace avanzar el marcador, y con un elemento central que sirve de conexión, el mancala, que hará que más de uno quiera tirarse por el balcón debido a la desesperación que llega a provocar el que los cubitos no caigan donde nos interese y cueste horrores encadenar acciones eficientes. Eso sí, cada vez que logras montar alguno de los combos es un subidón.

Soberana paliza de la señorita
Soberana paliza de la señorita

El sábado quedamos con José Luis y Silvia para disfrutar de una de nuestras megasesiones. Comenzamos con Director de Fabrica, el segundo juego de la saga Alta Tensión de Friedemann Friese. Un juego de optimización económica en el que cada jugador se pone al frente de una factoría y tendrá que progresar adquiriendo equipamiento para aumentar tanto su producción como su capacidad logística, de forma que las ganancias vayan creciendo. Pero no será fácil, ya que habrá que atender a los gastos en forma de energía y personal. Gran partida, tensa e igualada. De esas con las que tienes que tener casi una calculadora en la mente para ir cuadrando tus gastos. Como aficionados a Alta Tensión, nos contuvimos bastante en el gasto y siempre intentamos mantener bajo el consumo eléctrico como la necesidad de trabajadores, para así tener margen de maniobra en el mercado de losetas. Sandra fue la primera en quedarse un poco descolgada en la penúltima ronda, no pudiendo optar a la victoria. Yo cometí un fallo en esa penúltima ronda al no contratar a un trabajador eventual que me podría haber permitido ampliar mi capacidad de producción y obtener más beneficios. A Silvia le pasó algo parecido. Finalmente José Luis se llevó la partida gracias a los ahorros que tenia de la ronda anterior y su buena estrategia energética. Resultado final: José Luis 289 electros, Silvia 280, yo 272 y Sandra 230. Me pareció un gran título, muy en la línea de Alta Tensión de tener que estar cuadrando el dinero para poder prosperar. Por un lado me pareció menos exigente que el título que da nombre a la saga en el sentido de que las subastas únicamente son por el orden de turno y no se realizan con dinero, siendo este uno de los elementos que más bloquean en el título de las centrales eléctrica. Pero, por otro, aquí hay que estar optimizando constantemente dos marcadores (producción y almacenamiento), sin perder de vista el consumo eléctrico y la mano de obra necesaria. Hay que logra un sutil equilibrio que depende en gran medida de las losetas que saquemos a mercado y la posición en la que podamos comprar. En definitiva, me pareció un gran juego, que recuerda a Alta Tensión en el tema de tener la cabeza calculando constantemente, pero con un sabor totalmente distinto. Se cambia la ubicación espacial de las conexiones por la mayor complejidad de cálculo al tener que mantener en equilibrio cuatro marcadores. Muy recomendable si Alta Tensión es un juego con el que disfrutáis.

Jugando a ser empresaurio
Jugando a ser empresaurio

Para soltar algo de tensión, nada mejor que un Gloobz. Un juego de habilidad diseñado por Alexandre Droiten en el que tendremos que ser los más rápidos en atrapar unos graciosos y adorables bichos que pululan por un laboratorio intentando cambiar de color usando unos botes de pintura. Unas cartas definirán que botes y que gloobz tendremos que coger para acumular puntos. ¡Pero cuidado! Si elegimos mal perderemos puntos. Dura pugna que mantuvimos Sandra y yo, con Silvia siguiéndonos muy de cerca, mientras que José Luis luchaba consigo mismo por hacer un papel decente. La balanza se decantó hacia mi lado, siendo el primero en alcanzar los 24 puntos necesarios para la victoria, quedando Sandra con 20, Silvia con 12 y José Luis con 4 puntos. No deja de ser una nueva versión de este tipo de juegos de habilidad y reflejos. Pero, entre el alto nivel de producción, y la cantidad de elementos a los que hay que atender, el juego funciona algo mejor. Si andáis a la busca de algún título de esta clase, Gloobz es una opción muy recomendable.

¡Por fin gané!
¡Por fin gané!

Después de los manotazos, volvimos a estrujarnos el cerebro un poco. Sacamos Rococo, de Matthias Cramer, Louis Malz y Stefan Malz. Un juego que utiliza una gestión de mano como principal motor para ir realizando una serie de acciones que nos permitan confeccionar vestidos para la corte del rey Louis XV. Con un puntito de draft, otra pizca de mayorías y un chorreoncito de construcción de mazos. Partida con caminos muy diversos, marcados por una primera colocación feroz en la fuente. José Luis y Sandra consiguieron ubicarse en los dos niveles, mientras que Silvia solo lo consiguió en el que premiaba los vestidos y yo solo pude colocarme en el que premia los ornamentos. Una de las claves de la partida estuvo en que fui el primero en lograr tener presencia en los cinco salones, asegurándome una buena cantidad de puntos al final. Estos acabaron repletos de vestidos, pero, mientras que mis tres rivales competían por posicionarse adecuadamente para el momento de los fuegos artificiales, yo iba ganando posiciones en el resto de salones para anotar todos los puntos posibles por las mayorías. Por último, una colocación en una de las estatuas me dio la victoria. Resultado final: yo 60 puntos, Sandra 52, José Luis 50 y Silvia 49. Tremendamente igualado. Me sorprendió lo bien compensado que está. Tuve la sensación de que iba a ser fundamental ir a por los fuegos artificiales, pero finalmente me llevé la partida sin subir a la azotea. Como supuse en la primera partida, a cuatro jugadores el juego gana muchísimo, siendo tremendamente competitivo, especialmente a la hora de confeccionar vestidos y tomar los recursos necesarios para ello. Más de una vez se escuchó algún improperio por destrozar los planes de alguien. Se nota la mano de Cramer. Un juego que, sin destacar por nada en especial, tiene pinta de estar magníficamente engrasado.

Me puse nervioso con la victoria y no hice la foto... vaya fail
Me puse nervioso con la victoria y no hice la foto… vaya fail

Para cerrar la sesión, un Tikal, de mi adorado Wolfgang Kramer, junto a su inseparable Michael Kiesling. Un juego con una mecánica principal de puntos de acción con un toque de mayorías y colocación de losetas muy interesante. Somos exploradores en busca de templos perdidos en la selva. Iremos avanzando por la jungla, explorando templos y desenterrando tesoros, en competencia directa con el resto de exploradores. Tres fases de puntuación de aparición variable y una final decidirán quién rebusca mejor en el corazón de la naturaleza. Si algo quedó claro en esta partida a cuatro es que los tesoros son algo fundamental. En la partida a dos que eche hace dos semanas con Sandra los dejé de lado porque se podían compensar con los templos. Pero a cuatro son un elemento demasiado importante. Y dejamos que José Luis y Silvia acumulasen muchos en el primer tercio de la partida, lo que produjo un escape progresivo cada vez que aparecía un volcán. Sandra pudo paliar un poco la sangría gracias a la colocación de dos guardianes en dos templos de gran valor, pero, aun así, no pudo hacer mucho más. Entre José Luis y Silvia, esta última se llevó la partida gracias a una mejor gestión de los templos. Resultado final: Silvia 117 puntos, José Luis 108, Sandra 93 y yo 81. Me dejó ese sabor agridulce de no tener una forma alternativa de paliar esta brecha debida a los tesoros. Estamos demasiado acostumbrados a juegos con mil formas de puntuar que permiten deshacer errores. Y aquí se pagan, porque los tesoros, a diferencia que los templos, son puntos constantes y casi asegurados. Los templos requieren gastar muchos puntos e, incluso, sacrificar muchos exploradores para mantener puntos seguros. De todos modos, me parece un gran título, aunque se le notan los años en este sentido, y no lo digo como algo necesariamente malo.

Nota mental: los tesoros son importantes
Nota mental: los tesoros son importantes

El domingo, para cerrar la semana, Sandra yo sacamos otro juego de Matthias Cramer a la mesa: Glen More. Un juego en el que nos ponemos al frente de una pequeña aldea escocesa y tendremos que hacerla prosperar, construyendo emplazamientos que produzcan las materias necesarias para poder seguir creciendo. Lo más destacado, un sistema de orden de turno en el que los jugadores van comprando losetas en un circuito cerrado, de forma que el turno siempre le corresponde al jugador que está en última posición, ya que, un jugador, en su turno, puede tomar la loseta que quiera del circuito, pero si elige una que se encuentre demasiado adelantada, permitirá al resto de jugadores disfrutar de varios turnos consecutivos. Para contrarrestar el efecto expansivo que puede tener esto, al final de la partida los jugadores perderán puntos en comparación con el jugador cuya aldea sea de menor tamaño. Pero antes de esos, tienen lugar tres fases de puntuación en las que, de nuevo, se comparan tres elementos con el jugador que menos unidades tenga. Partida muy entretenida, con un sistema muy curioso de orden de turno, que te hará pensar en cada ocasión si tirar para adelante para coger una loseta muy interesante a costa de permitir que los rivales disfruten de varios turnos. Sandra tardó en pillarle el truco al juego, de forma que, cuando quiso darse cuenta, ya no pudo remontar. En todas las fases de puntuación acumule bastantes puntos, ya que Sandra se olvidó por completo de los barriles de whiskey y, en menor medida, de los jefes de tribu. En la puntuación final yo tenía cinco losetas más, por lo que perdí 15 puntos, pero aun así la diferencia fue importante: 90 a 57. Me pareció un gran juego, sencillo, pero con mucha chicha. Cramer es un valor seguro, con juegos bastante originales y muy bien ejecutados. A dos jugadores tiene un pequeño dummy en forma de dado que va limpiando losetas pero, al contrario de lo que podría pensarse, funciona bastante bien, porque fastidia bastante quitando de en medio losetas que más de uno estaría pensando en adquirir.

En las aldeas se aprecia claramente la diferencia
En las aldeas se aprecia claramente la diferencia

Y con esto finaliza la semana. La verdad es que no me puedo quejar, ya que todos los días ha salido algo a la mesa. Un pleno, aunque con el grupo de juego del trabajo que se está formando es más fácil. Dentro de poco voy a tener que llevar dos juegos para separarnos en dos mesas.

17 comentarios

    1. A mi me gustó mucho. Si me parecio mas agil al tener menos interacción, ya que los jugadores solo compiten por el orden de turno. El resto es interacción indirecta. Y que la subasta sea con los trabajadores en vez de con dinero también agiliza mucho la historia. Muy recomendable. Sabor a Alta Tensión, pero con sensaciones muy distintas.

  1. Mira que te lo dije en la anterior crónica. Ojo con los tesoros, que cuanto más apretado esté el mapa de jugadores, más importancia tienen. Y caiste. xD

    Es cierto que una mala colocación o una lucha excesiva por algunos templos y no remontas. Máxime cuanto tienes a 2 por delante. Yo recuerdo que en una de mis primeras partidas a 4 perdí miserablemente y no solo por los tesoros, si no por intentar conquistar templos con demasiada gente. Una de las cosas más importantes del juego es saber adaptarte a las rondas de puntuación individual, intentando adivinar o planificar por dónde van a ir los demás y cómo puedes ganar más puntos con menos exploradores.

    1. Además es que José Luis y Silvia se tiraron a degüello a por los tesoros! Pero bueno, no volverá a pasar 😛

  2. Qué buen ritmo de partidas!! No he probado aún el trajan, pero… Más complejo que el Bora Bora? Yo creía que el mas durillo era el Bora Bora! Tengo que probarlo YA entonces 😉

    1. Oh, sin duda!

      Trajan es, probablemente, el quemacerebros mas poderoso de Feld. Bora Bora es duro, pero, quieras o no, en cierto modo te guia. Los dados, las losetas que van saliendo y la interacción con los demás reducen el abanico de acciones. En Trajan la interacción es indirecta y de refilon (aunque hay mucha competencia por muchos elementos). El problema es que el mancala puede llegar a sacarte de tus casillas. Tienes que ir planificando con 2-3 turnos de antelación para que los marcadores encajen donde mas te interese para intentar cazar los mejores combos. Pero todo va a depender de ti. 0 azar en ese sentido. Por eso llega a ser desesperante. Muchas veces juegas a corto plazo y entras en una voragine de acciones que no son la que querias hacer que dan ganas de suicidarse 😛

  3. Qué envidia d semana. Yo he jugado 0 días. No había manera. Es lo q tiene vivir a 45 min de Zona Ludica, q durante la semana tol mundo me decía q pasaban d kedar xq en el finde iban para ZL. Y yo sin poder ir 🙁

    1. Bueno, yo tampoco pude ir, si te sirve de consuelo 🙁

      Del año que viene no pasa. Cojo vuelo si hace falta 😛

  4. Me sorprendió positivamente el Tikal. Esperaba algo menos profundo. Lo de los tesoros… se veía claro. La única fuente de ingresos pasivos de puntos de todo el juego. Los demás puntos hay que pelearlos mucho e incluso matar miembros de la expedición para asegurarlos. Con los tesoros, sólo hay que esforzarse en emparejarlos y a vivir de las rentas toda la partida.
    Que dolor de partidas al Gloobz! Tengo algún tipo de minusvalía no diagnosticada aún. Lo mejor de ese juego es que no tiene puntos negativos.
    Rococo muy bueno aunque me costó meterme en la temática (todavía estoy buscando alguna loseta de traje azul, que no necesite tela azul), pero juego, aunque no me gusten demasiado los festivales de puntos, es bueno.
    El director de fábrica también me gustó aunque las subastas me parecieron un poco "bajistas" (fuimos muy agarraos) y eso hacía que casi siempre el orden fuera el mismo.
    Muy buena sesión

    1. Como dice vilvoh, una y no mas. La próxima en cuanto vea un tesoro, me dará igual todo lo demás :P.

      Yo creo que en el Director de Fabrica tuvimos que gastar a full, especialmente en las primeras rondas.

      La verdad es que salió una sesión muy maja, con grandes juegacos.

  5. Pedazo de semana, y aún te queda tiempo para trabajar y demás? (Eres un adicto de verdad)
    La mayoría de los juegos no los conozco, se nota que soy nuevo en esto de los juegos de mesa, me sacan de lo mio y ya… gran artículo, con razón sabes tanto de lo tuyo.

    1. Entre semana es que me llevo los juegos al curro, y engatuso al personal para jugar despues de comer, que tenemos ahi 45 minutillos para disfrute.

      Y muchas gracias por el comentario!

    2. Se empieza conociendo pocos, pero con el tiempo acabas con las estanterías llenas de juego!

      Muchas gracias por comentar!!

  6. Madre mia que envidia de poder jugar en el curro, supongo que tendréis tiempo en la comida porque para un desayuno un The island no da tiempo ni de coña.
    Si Trajan te parece quemacerebros prueba Aquasphere, ya es el colmo de la programación, para hacer una accion tienes que programarla previamente (algo que no termino de entender)
    Lo dicho envidia y voy a echar curriculums en tu curro para apuntarme a las partidas 🙂

    1. Si, ahora las echamos despues del almuerzo a la hora de comer. Tenemos unos 45 min. aprox. Eso y que les achucho para que no piensen mucho. Jugadores intuitivos, venid a mi. Hoy me he traido el Qin 😛

  7. Hola.
    Estaba interesado en Glen More 2.
    No se si es el mismo juego pero con un «lavado de cara» en lo que se refiere a la ilustración.
    Me llama mucho la atención la sensación de que es fácil de jugar pero dificil de dominar y con cierta interacción.
    Parece que no lo hay en castellano, pero se puede jugar con las reglas traducidas.
    Saludos

    1. El juego es independiente del idioma. Se que tiene añadidos, pero que el eje fundamental del juego de mantiene intacto.

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