Crónicas Jugonas: Semana 46 del 2014 (10/11 – 16/11)

Aquí estamos de nuevo con el resumen de lo que ha dado de sí la semana lúdica para un servidor. A destacar que se mantienen las partiditas a la hora del café en el trabajo, de ahí que esta semana haya hasta seis partidas al Hive. Intentaré no ser muy plasta.

Lo dicho. Lunes por la mañana Hive con Enrique Para los que no conozcáis el gran juego de John Yianni, Hive es una especie de ajedrez con piezas hexagonales, donde el tablero lo forman ellas mismas. El movimiento de las mismas variará en función del insecto al que representen. Solo hay dos normas básicas: no se puede romper la colmena y para introducir una nueva ficha en juego hay que hacerlo de manera que solo toque a fichas de nuestro color. El primero en rodear a la Abeja Reina del rival gana. Partida tensa (yo negras, Enrique blancas), con bastantes momentos interesantes. Comencé fuerte y le tuve contra las cuerdas en pocos turnos. De hecho, con un movimiento más cerraba la partida con mi Abeja Reina, pero entonces, en ese, a priori, penúltimo movimiento, Enrique bloqueo a la mía, y ya no me quedaban más bichos por meter en juego. Me llevé el resto de la partida moviendo la única araña que tenía libre para adelante y para atrás, viendo como Enrique iba metiendo lo que le quedaba en la recamara. Finalmente encerró a mi pobre Abeja Reina. Ya lo sabréis, pero para mí es, probablemente, el mejor abstracto a dos. No llega a tener la profundidad estratégica del ajedrez, pero si es un juego mucho más directo. Un toma y daca constante.

Negras sin capacidad de movimiento
Negras sin capacidad de movimiento

Por la noche, Sandra y yo sacamos el juego reseñado la semana pasada: Soccer City, The Beautiful Game, diseñado por Lisandro Nembrini y Gonzalo Rodrigo. Un juego táctico que nos pone en la piel de un entrenador que tendrá que usar sus mejores armas para conseguir la victoria ante su rival. Lo más destacable, una curiosa mecánica de apuestas con cartas a la hora de realizar los regates y las entradas. Echamos un partido corto, ya que no queríamos acostarnos muy tarde. La primera oleada de Sandra fue bastante intensa, con hasta 3 tiros a puerta. Desafortunadamente para mí, se cumplió el dicho y a la tercera fue la vencida, consiguiendo anotar. No me quedó más remedio que lanzarme al ataque a la desesperada. También dispuse de tres disparos a puerta, pero no conseguí materializar ninguno, de forma que la victoria fue para la señorita por 1-0. Por si no os leísteis la reseña, este juego consigue captar la esencia del futbol y convertirlo en un juego de mesa, adaptando prácticamente la totalidad de situaciones y resolviéndolas de manera bastante efectiva, aunque solo se lo recomendaría a amantes de los juegos tácticos y aficionados al deporte rey.

Se nota que soy del Betis... nula capacidad de reacción
Se nota que soy del Betis… nula capacidad de reacción

El martes por la mañana cayeron dos partidas más al Hive con Enrique. Ambas dos muy veloces. En la primera (yo negras, Enrique blancas) estuve lento y despistado. Tardé en sacar hormigas que me permitiesen defenderme bloqueando las fichas que Enrique iba metiendo. Fui derrotado de forma rápida e indolora.

Paliza absoluta de las blancas

En la segunda (yo blancas, Enrique negras) la cosa estuvo mucho más igualada, con movimientos casi calcados en los primeros turnos. Pero yo me anticipe y tape su Reina con un escarabajo, teniéndola bloqueada previamente con una araña. Esto me permitió sacar varios insectos directamente adyacentes a la reina. Finalmente metí un saltamontes para cerrar. Enrique debió sacar una hormiga para poder taparlo, pero metió un saltamontes, de forma que no pudo defenderse y me llevé la partida.

Partida ajustada con colmena concentrada
Partida ajustada con colmena concentrada

Por la noche estrenamos un juego con bastantes años que Morapiaf ha reeditado hace poco. Hablo del Space Walk de nuestro querido Rüdiger Dorn. Un juego en el que tendremos una serie de planetas sobre los que colocaremos nuestras naves (hay tres tamaños). Es un mancala en el que iremos moviendo todas las naves de un planeta (siempre que haya uno de nuestro color), de forma que iremos depositándolos en los planetas siguientes, empezando por las naves más grandes y acabando por las más pequeñas. Pero cuidado, en el viaje nos iremos encontrando con agujeros negros que engullirán a las naves más incautas. Esta primera partida fue casi de prueba, caracterizada principalmente por la colocación aleatoria de las naves, al no saber cómo iba a ir la historia. La partida comenzó igualada, perdiendo naves ambos bandos a un ritmo similar. Sin embargo, Sandra engarzó un par de jugadas interesantes, de forma que empezó a abrir brecha. De hecho, llegó un momento en el que solo tenía una nave. Pero no iba a rendirme tan fácilmente. Sandra tuvo en su poder la victoria hasta en tres ocasiones, pero prefirió no sacrificar ninguna nave suya, lo que me dio la oportunidad de salvar tres agujeros negros y colocarme en posición ventajosa, de forma que al final la victoria fue para mí. Muy interesante este Space Walk. Por su aspecto puede parecer un juego simplón, del estilo del Marrakech. Pero ni mucho menos. Un mancala con mucha interacción en el que hay que sopesar cuidadosamente cada jugada. A dos jugadores funciona decentemente. Quiero probarlo a más.

Las ganas de darme una paliza pudieron con Sandra
Las ganas de darme una paliza pudieron con Sandra

El miércoles mañana, por variar un poco, me llevé Un Imperio en 8 Minutos, de Ryan Laukat. Un juego de mayorías en el que mediante un pequeño motor de cartas (que a su vez añade un pequeño set-collection) iremos expandiéndonos por un pequeño mapa. Como buen juego de mayorías, a dos no luce, así que convencimos a Diego para que se uniese a nosotros. Comienzo con muchas cartas de inclusión de ejércitos, lo que formó un buen atasco en la región inicial. Diego y yo avanzamos hacia las esquinas del mapa, donde fundamos sendas ciudades. Enrique, por su parte, siguió introduciendo ejércitos en la región central. Luego, desde ella, los fue expandiendo y se dedicó a acumular mercancías de un único tipo (zanahorias), mientras que yo intenté diversificar mis mercancías. Pero me quedé sin monedas para el final y no pude mover a mis soldados lo que me habría dado la partida. Finalmente, victoria para Enrique por tener bajo su control dos continentes. Un gran juego para estos momentos. Una versión ultrareducida de El Grande ideal para cuando se tiene poco tiempo. Algo distinto a los típicos fillers de cartas.

Me faltó desplegar las tropas...
Me faltó desplegar las tropas…

El jueves por la mañana volvía Hive al desayuno. En esta yo iba con negras y Enrique con blancas. Partida que comenzó con mucha cautela por parte de los dos, pero a medida que los insectos entraban en juego la cosa se ponía interesante. Esta vez le pasó a Enrique lo mismo que a mí en la primera partida del martes. Tardó en meter las hormigas y cuando quiso intentar frenarme no tuvo opción. Yo coloqué bien mis piezas para poder ir cercando a la reina poco a poco. Tuve que dejar bastante expuesta a la mía, que estuvo mucho tiempo a falta de dos piezas para ser encerrada. Pero logré mantenerme vivo. Finalmente, cuando el cierre por mi parte estuvo cerca, Enrique tuvo que sacar a su única hormiga de tenerme fijada a mi reina para intentar evitar la derrota, lo que me permitió mover a mi reina, liberarla y, de paso, usarla para encerrar a la suya.

Gran vuelco de las negras
Gran vuelco de las negras

Por la noche llegó un gran momento que esperábamos desde hace mucho. Por fin nos llegó el nuevo mapa para Krosmaster: Arena (Las Minas Ekibles), así que no pudimos esperar. Para los que no lo conozcan, Krosmaster: Arena, diseñado por Murat Célébi y Nicolas Degouy, es un juego de combate táctico entre figuras adorables con poderes únicos. No es nada que no se haya visto ya, pero el nivel de producción es exquisito. Sandra formó equipo con Kitty Rajo, Makum Bah y el Caballero Gota. Yo junté en el mismo bando a Sara Fin, Mali Bu y Katsou Mee. Comienzo arrollador de Sandra con el tándem Caballero Gota y Kitty Rajo, dejándome relativamente pronto fuera de combate a Katsou Mee. Por otro lado Makum Bah iba minando poco a poco a Sara Fin. Logré frenar su avance aprovechando las dos cajas de dinamita del tablero para infligir el máximo daño posible. Cuando todo estaba de cara para Sandra, decidió guardar la ropa y alejo al Caballero Gota, por lo que yo centré mis esfuerzos en Makum Bah, que en dos turnos estaba lista de papeles. Eso me dio algo de aire, compre una recompensa que me curaba un poco a Sara Fin y comencé el ataque contra el Caballero Gota, que tampoco aguantó mucho. Por último, le llegó el turno a Kitty Rajo. Victoria para un servidor. La verdad es que este nuevo mapa le añade un par de cositas interesantes, como son las cajas de dinamita y las carretillas, que permiten desplazar a las figuras de forma veloz por el mapa. Un juego que nos encanta. Eso sí, si no os gustan los juegos tácticos, huid de él, por muy adorable que parezca.

Divertidísimo mapa
Divertidísimo mapa

El viernes por la mañana, dos nuevas partidas al Hive con Enrique. Ambas victorias suyas. En la primera (Enrique negras, yo blancas) caí en la trampa y no pude escapar de una derrota segura, a pesar de tener piezas en juego como para conseguir la partida. Pero dejé que mi reina fuese bloqueada y no pude centrarme en atacar.

Mala partida de las blancas
Mala partida de las blancas

En la segunda (yo negras, Enrique Blancas), tuvo lugar la partida mas larga y tensa que he jugado hasta ahora a Hive. Basta decir que todas las piezas entraron en juego. Pero gracias al bloqueo de dos de mis hormigas por parte de Enrique no pude cerrar a tiempo, llevándose, de nuevo, la victoria. Un balance final de 4-2 en la semana para él. A ver que tal la próxima.

La partida mas larga y tensa de la semana. Todas las fichas en juego
La partida mas larga y tensa de la semana. Todas las fichas en juego

Por la tarde teníamos sesión con Roberto (gixmo) y Berto (Lediakhov) para jugar a las últimas novedades. Comenzamos con el Imperial Settlers que traía Roberto (que a mí me llegaría al día siguiente). Uno de los grandes éxitos de la última feria de Essen, el juego diseñado por Ignacy Trzewiczek es una reimplementación de uno de sus juegos más famosos, 51st State, pero con un buen lavado de cara y simplificación de ciertas mecánicas. En el juego representamos a una de las cuatros facciones disponibles (egipcios, romanos, japoneses y barbaros) intentando convertirnos en la civilización que más y mejor se desarrolle. Un juego de cartas con cinco rondas en las que hay cuatro fases, e iremos erigiendo edificios de forma exponencial. A excepción de Roberto, ninguno habíamos jugado a 51st State o New Era, así que el desarrollo del juego era nuevo para todos. Tras la explicación pertinente, comenzamos a construir edificios. Yo iba con los japoneses, Roberto con los egipcios, Berto con los romanos y Sandra con los barbaros. Afortunadamente, pudiendo recibir palos, nadie vino a darme mucha caña, por lo que más o menos fui haciendo mi pequeña colonia. La partida se mantuvo bastante igualada en todo momento, aunque Roberto comenzó bastante rezagado, acelerando en los últimos turnos. De todos modos, Sandra se colocó en cabeza rápido, gracias a un edificio que le permitía anotar puntos cada vez que arrasaba, y ya no soltó el primer puesto. Resultado final: Sandra vencedora con 53 puntos, yo segundo con 44, Berto tercero con 43 y Roberto cuarto con 42. La verdad es que el juego nos encantó. Rápido, dinámico y con muchas posibilidades. Menos mal que el sábado llegaría a casa.

Gran primera partida. Hay que sacarle mas jugo
Gran primera partida. Hay que sacarle mas jugo

Después tocaba el turno, por tercera semana consecutiva, de que Alchemist viese mesa. Un juego diseñado por Matúš Kotry en el que tendremos que convertirnos en el alquimista más famoso del lugar. El titulo mezcla una mecánica de deducción con puntos de acción y gestión de varios elementos para ir ganando puntos de reputación. Tras la larga explicación, comenzamos a realizar pruebas. En esta ocasión yo me hice con el artefacto que me permitía consultar uno de los dos ingredientes utilizado por otro jugador a la hora de realizar una poción (solo una vez por turno), de forma que podía obtener la mitad de la información. Plantee mi estrategia en base a esto, de forma que apenas realicé pruebas. El problema vino en que no tuve que anotar bien algo, porque llegó un momento en el que todas mis deducciones iban siendo erróneas. Me refutaron 2 o 3 veces de forma correcta, con la correspondiente pérdida de puntos. Y a la hora de apoyar teorías, resulto que apoyé aquellas que estaban mal. Incluso en la exhibición final no logré apenas pociones correctas. Un desastre absoluto. La partida se la llevó de calle Roberto, que logró meter casi todos sus sellos con puntos en las teorías correctas. Los demás fatal. Eso explica la gran diferencia de puntos: Roberto vencedor con 36 puntos, Sandra segunda con 18, Berto tercero con 14 y yo último con 12. La verdad es que cada vez me gusta más el juego. Eso sí, es duro. No tanto en mecánica y conceptos, pero tras la partida uno queda exhausto, con la cabeza hecha trizas de pensar y hacer cábalas a la vez que se debe estar pendiente de lo que ocurre en el tablero. Un gran acierto, aunque puede no ser para todos los públicos.

Tanto elucubrar para nada
Tanto elucubrar para nada

El sábado descansamos, y el domingo, tras una buena tanda de limpieza, echamos unas cuantas partiditas por la tarde Sandra y yo. Empezamos con el Imperial Settlers, que nos dejó muy buen sabor de boca el viernes. Sandra jugaba con los egipcios y yo con los romanos. Yo intenté aprovechar la tendencia de mi facción por construir, aunque no terminé de encontrarle el punto. Sandra se dedicó, meter edificios con los que pudiese ir puntuando y aprovecharlo casi desde el principio (además de construirse el edificio con el que se apropiaba de uno de los míos durante la ronda). Esto le permitió abrir brecha, la cual solo pude reducir a la hora del recuento final gracias a que yo tenía muchos más edificios de facción construidos que ella. Pero no fue suficiente. Victoria para la señorita 45 a 40. A dos jugadores la partida vuela. Creo que no tardamos ni media hora. Hay que seguir dándole, que hay que averiguar cómo los compañeros lúdicos consiguen hacer puntuaciones que doblan a las nuestras.

Segunda partida con menos puntos que la primera. Vamos a peor
Segunda partida con menos puntos que la primera. Vamos a peor

A continuación tocaba estrenar el Alea Iacta Est, uno de los juegos de la serie de Alea de caja mediana. Un juego diseñado por Jeffrey D. Allers y Bernd Eisenstein en el que mediante la colocación de dados en una serie de edificios iremos conquistando provincias y poblándolas con patricios. El punto más interésate es la competición por los edificios (cada cual con sus propias reglas de colocación). Yo le tomé el pulso a la partida mucho más pronto que Sandra, habiendo turnos en los que yo me llevé muchos más patricios y provincias que ella. Y esto se notó en el recuento final. Yo me llevé la victoria con 70 puntos, por los 45 que consiguió ella. Un juego simpático, con bastante interacción, pero que tal vez a 2 no sea su mejor número. A ver si lo probamos la semana que viene con más gente. Aun así, promete.

Entretenido juego de dados con mas chicha de la que parece
Entretenido juego de dados con mas chicha de la que parece

Y por seguir con los estrenos, sacamos el curioso ¡Tiburón! de Dave Chalker. Un juego en el seremos un pirata que ha sido arrojado por la borda del barco e intenta llegar a nado a tierra firme. Pero un hambriento escualo nos persigue, deseando zaparse nuestras pequeñas extremidades. En cada turno, cada jugador juega una carta, de forma que se reordena la fila de piratas. Pero si dos o más jugadores sacan el mismo número, sus piratas no se mueven. Tras la reordenación, el tiburón morderá al último pirata, que perderá uno de sus miembros. El último pirata en seguir con vida será el ganador. Como suele ser habitual en este tipo de juegos, Sandra se llevó la victoria. Estuvo mucho más avispada que yo, y me llevó por donde quiso. Un filler simpático con un poco de memoria y un pellizco de caos. Ideal para echar unas buenas risas. Eso sí, a 2 y 3 jugadores no termina de cuadrar, ya que cada jugador tiene que llevar a 2 piratas, y queda la cosa un poco más descafeinada. Igual que con el anterior juego, a ver qué tal a más jugadores.

Pobre pirata cachondo...
Pobre pirata cachondo…

Por último, para cerrar la tarde volvimos a sacar el Space Walk. Esta vez, conociendo la mecánica, si colocamos adecuadamente las naves, de forma que en la partida hubo mucho más control. No hacíamos movimientos cuasi-aleatorios como en la primera. Y esto lo noté yo especialmente, que logré tomarle ventaja a Sandra bastante rápido. De nuevo le ocurrió lo mismo que en la primera partida. Con tal de no sacrificar alguna de sus naves, acabo siendo derrotada. Hay que asumir que varias de nuestras naves van a ser engullidas por los agujeros negros. Intentar salvarlas a todas es regalarle la partida al rival. Muchas mejores sensaciones. De todos modos, sigo pensando que el juego será mucho más interesante a 4 o 5.

Victoria clara. ¡Soy el rey del espacio!
Victoria clara. ¡Soy el rey del espacio!

Y con esto acaba esta intensa semana. Muchas y variadas partidas, con muchos estrenos y cositas interesantes. A ver qué tal se da la nueva que comienza.

8 comentarios

  1. Comparto totalmente tu valoración del Hive. Es un puro toma y daca entre ambos jugadores, donde al contrario que el ajedrez, puedes ganar sin jugar todas las piezas, si lo haces de forma inteligente. Y se nota que cuantas más fichas distintas entran en juego, más táctico se vuelve. Intentas bloquear para defenderte y posicionarte para atacar al mismo tiempo, o viceversa. La colmena se alarga y se hace más fina, lo cual implica que muchas piezas quedan bloqueadas pero hace que otras entren en juego.

    1. Totalmente! Y cuanto mas juega, mas cositas le ves al juego. Además es ideal para traérselo al curro 😛

  2. Deja de jugar a juegos buenos, te odio y envidio a partes iguales! T-T

    Que editen pronto el Alchemists y el Imperial Settlers en español, que me los quiero compraaaaar *-*

    1. Al Alchemists, siendo un gran juego, empiezo a sospechar que tal vez la rejugabilidad pueda ser uno de sus puntos flacos. Pero es un juegazo. Te deja exhausto tras cada partida, sobre todo a 4.

  3. ¿Qué dices? ¿que no has jugado a Hive? xDD
    Le tengo ganas al Imperial Settlers. El Space Walk lo probaría por el autor, que tiene algunos juegos que me parecen obras maestras. Y el Alea Iacta Est tb me tenta, lo de los dados me pone mucho, aunque le he leído cosillas malas al juego.
    Saludos!

    1. Es que en el curro tengo un colega muy aficionado al ajedrez y le metí el gusanillo y me lo pide :P. Intentaré llevarme abstractos distintos para variar un poco y que las crónicas no queden tan monotonas 😛

      El Imperial mola sobre todo por la agilidad que tiene. El Space Walk no deja de ser un mancala con puteillo. No es nada del otro mundo pero cumple perfectamente su funcion. Hay juegos que me parecen mucho peores y estan mucho mejor clasificados en la BGG. Y el Alea no está mal, aunque a dos queda bastante descafeinado. Tampoco es nada del otro mundo, pero quiero probarlo a 4 a ver que tal, que tendrá mejor pinta seguro.

  4. Pero cómo conseguís hacer esas puntuaciones en vuestra primera partida al imperial setters?!? Si el track ni si quiera llega a 50?!?! 😱

    1. No se si te has fijado en el modo solitario que dice que si no llegas a 90 no eres un master!

      Combos combos dubiduuu xD

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