Crónicas Jugonas: Semana 40 del 2014 (29/09 – 05/10)

Octubre va elevando el listón. Como se nota que comienzan a llegar esos días de otoño en los que apetece quedarse en casa jugando unas buenas partidas (aunque a mí me apetece con cualquier condición climática). ¡Y justo antes de Córdoba! Por si alguien no se ha enterado aun, la señorita Sandra y el que os escribe estarán en el Festival los dos días centrales, sábado y domingo. Pero eso será esta semana que comienza. Centrémonos en la que acaba de finalizar.

Se notaba que iba a ser una semana intensa, comenzando ya el mismo lunes con una buena partida de Carcassonne con Sandra. Por si acaso, recuerdo que Carcassonne es el juego de colocación de losetas por antonomasia. Un juego en el que iremos construyendo Carcasona colocando losetas de forma coherente a lo que contienen para ir completando estructuras en las que iremos poniendo nuestros meeples de forma que cuando se completen puntúen aquellos jugadores con más representantes. En esta ocasión, además del juego básico, añadimos la expansión Constructores y Comerciantes y la miniexpansión Ladrones. La partida comenzó con una gran pugna por lo que parecía que iba a convertirse en la gran granja de la partida, pero los claustros tardaron mucho en salir, de forma que este no creció como esperábamos, desaprovechando meeples de mala manera. De hecho, al final cada uno opto por formarse su granja propia en la que acabamos metiendo nuestros correspondientes cerditos para aumentar su valor. La partida se mantuvo igualadísima, gracias principalmente a los ladrones, que evitó en muchas ocasiones que se abriese una diferencia importante. La partida se decidió por detalles, aunque el más importante de ellos fue que yo acumule más marcadores de comercio que Sandra, llevándome 20 puntos por barriles y trigo, mientras que ella solo se llevó 10 por las telas. Resultado final: 226 a 208. Me gustó mucho la mini de los ladrones. Puede dar mucho juego, sobre todo en partidas de 3 o más jugadores. A 2 pierde bastante gracia porque no puedes elegir a que jugador le endiñas el ladrón, obligándole a terminar una estructura menor si no quiere regalarnos puntos.

Justo antes del recuento final
Justo antes del recuento final

El miércoles tocaba sacar uno de nuestros fillers favoritos, que hacía tiempo que no veía mesa. Nada más y nada menos que el gran Noah de Bruno Cathala y Ludovic Maublanc. En Noah tomamos el papel de ayudantes de Noé en su compleja tarea de intentar salvar a la mayor cantidad posible de animales. Para ello iremos usando unos ferris que pueden albergar unas determinadas unidades de peso. Los jugadores irán colocando animales de su mano en el ferri en el que esté Noé, cumpliendo la serie de genero establecida (mismo género, femenino o masculino, o géneros alternados). Cuando un ferri alcance el número de unidades exactas, zarpará. Pero si no podemos colocar un animal (porque no tengamos el género necesario o porque sobrepasemos el peso), tendremos que tomar todos los animales de ese ferri y volver a comenzar. La gracia es que los animales ponen triste a Noé si no conseguimos salvarlos. La partida no tuvo mucha historia, ya que yo me llevé las dos primeras rondas. Eso sí, con muchísima tensión y momentos en los que me la jugué, abriendo la puerta a que fuese Sandra la que cerrase la ronda. Pero mi memoria y mi intuición funcionaron a la perfección. Tras esas dos primeras rondas la diferencia ya era demasiado elevada como para perder la partida. Aun así, la tercera ronda fue claramente para Sandra, que logró reducir la diferencia para acabar con un tanteo final de 6 a 9 (recordemos que pierde el que más lagrimas acumule, el que más triste ha puesto a Noé). Me encanta este juego. Al principio cuesta dominarlo, pero una vez que te has hecho con él, tiene muchísima más profundidad de la que las ilustraciones cuquis intentan hacernos creer.

Casi hago un perfect
Casi hago una partida perfecta

Como la partida anterior no duró mucho y seguía siendo temprano, pues decidimos echar otra. Esta vez sacamos el gran Kingdom Builder de Vaccarino (creador de Dominion). En Kingdom Builder los jugadores pugnarán por erigir el reino más próspero según unas cartas de objetivos en un tablero formado por cuatro cuadrantes. En su turno, un jugador deberá colocar obligatoriamente tres asentamientos, pudiendo realizar una serie de acciones especiales que se van consiguiendo a medida que construimos cerca de ciertas ubicaciones. La gracia reside en que estos tres asentamientos deberán colocarse en un terreno indicado por la carta de terreno que nos haya tocado en ese turno, cumpliendo una leonina regla de adyacencia, por la cual será obligatorio colocar los asentamientos colindantes con los que ya tengamos en el tablero, salvo que no sea posible. Para darle más enjundia a la partida, decidimos estrenar la segunda expansión, Crossroads, que añade cartas de tarea para cada cuadrante (y no son fáciles de conseguir), así como la inclusión de muchas losetas especiales que ofrecen mucha capacidad de maniobra. Centrándonos en la partida, los objetivos eran Lores, Comerciantes y Trabajadores. Sandra se obcecó con una de las tareas (porque era fácilmente conseguible con la ciudad), lo que le llevó a ponerse adyacente a casi todo tipo de terrenos, de forma que solo podía expandirse desde esa colocación inicial. Yo, por mi lado, me centré en poder colocar en todos los cuadrantes, pues la carta de los Lores era muy potente en esta partida. Además, eso me permitió conseguir losetas especiales de todo tipo, pudiendo hacer uso de la carretilla, el barco y los guardias, que me daban libertad absoluta para moverme por el tablero. Como supondréis, la victoria fue para mí de forma bastante clara. Yo me llevé la mayoría de 3 de los 4 cuadrantes, los dos conseguimos una tarea, pero yo conecté más ubicaciones y contacte con más palacios. Resultado final: 83 a 59. Me ha gustado mucho esta segunda expansión. Ofrece más variantes a la hora de jugar que la primera expansión, Nomads. Si tuviese que recomendar solo una, me quedaría con este Crossroads.

Masificación Vs. Diversificación
Masificación Vs. Diversificación

El jueves tocaba volver a sacar el último juego al que me he enganchado. Tercera semana consecutiva que sale a mesa. Estoy hablando del juego de Andrei Novac, Praetor. Para los que no lo conozcáis, es un juego en el que los jugadores adoptan el papel de arquitectos levantando Roma. Mezcla colocación de trabajadores y gestión de recursos con colocación de losetas, añadiéndole un pequeño giro de tuerca con el tema de la experiencia de los trabajadores, que les permite ejecutar las acciones de forma más potente, con un cierto regusto a Caylus por el tema de la propiedad de las losetas y tener que pagar al dueño para poder activarla. A la tercera fue la vencida. En la partida anterior volvimos a jugar mal, ya que no aumentábamos la experiencia de los trabajadores que ejecutaban acciones rojas, de forma que apenas teníamos jubilados. Con la regla correctamente aplicada la cosa cambia mucho, ganando gran importancia la loseta que permite utilizar a un jubilado y la que nos permite formar aprendices. La partida en si no tuvo mucha historia, porque salió muy pronto mi combo favorito: la loseta que aumenta un nivel de moral por cada dos edificios propios y la loseta que anota los puntos del nivel de moral al activarla. Logré subir mi moral muy pronto y me limité a ir anotando 16 puntos tras 16 puntos mientras intentaba trabar todo lo posible las estrategias de Sandra. Resultado final: 322 a 264. A dos jugadores me parece un juego magnifico, tanto por duración (en menos de una horita se ha ventilado la partida) como por sensaciones.

Definición gráfica de abuso
Definición gráfica de abuso

La hermana de Sandra se enamoró del Aviador Loco cuando le mandamos un video con nosotros jugando, de forma que el martes, en otra visita al Alcampo, acabo comprándoselo. Y el viernes fue el momento de estrenarlo. En el Aviador Loco somos los dueños de un corral y tendremos que evitar que el aviador desplume a nuestras pequeñas. Para ello hacemos uso de una pequeña palanca situada justo delante del corral para poder hacer remontar el vuelo al aviador y, de paso, intentar que aterrice directamente en el corral de nuestro vecino. Un juego de habilidad para niños y no tan niños. A tres jugadores mucho más interesante que a 2. Echamos tres rondas, de las cuales yo me llevé 2 y Lara 1. Sandra la pobre sigue sin ver la luz.

No quedó ni una gallina con plumas
No quedó ni una gallina con plumas

El sábado tocaba sesión en casa de José Luis y Silvia. Teníamos pendiente de la semana anterior una buena partida a uno de nuestros juegos favoritos: Alta Tensión. Un juego económico en el que representamos a compañías que buscan hacer negocio edificando centrales eléctricas y expandir su red para suministrar a los hogares del país. Un juego con subasta, gestión de recursos y conexión de nodos. Aprovechamos para jugar con el mapa de la Península Ibérica, pero anulando Portugal y la región catalano-valenciana (éramos cuatro), por lo que gran parte de la gracia se pierde (hay una norma que prohíbe tener centrales nucleares si solo tienes conexiones en Portugal). Pero bueno, aun así modifica bastante la historia debido a las cantidades de reposición de los recursos. La partida comenzó con una apuesta muy fuerte de Sandra por una central de basura de las más caras, que permitía abastecer a 6 ciudades. Pero esto provocó que comenzase muy lenta, aunque logro recuperarse. Mientras, José Luis, Silvia y yo avanzábamos lentos pero seguros. La clave de la partida estuvo en el cambio de fase, que Silvia logró pegar un acelerón abasteciendo a todas las ciudades que había construido, de forma que logró abrir un pequeño hueco de diferencia que ya nos fue imposible de reducir. Siempre acababa las rondas con más dinero que nosotros, de forma que siempre pudo ir a más. De hecho, dinamitó la partida, pudiendo abastecer solo a 16 ciudades, pero es que el resto no llegamos a ese número ni de lejos. Resultado final: Silvia vencedora con 16 ciudades abastecidas, yo segundo con 14, José Luis tercero con 13, los mismo que Sandra, pero ella con menos electros. Tal vez teníamos que haber intentado cortarle el paso a Silvia, pero cuando nos dimos cuenta era demasiado tarde.

Norte y sur
Norte y sur

Después, para liberar estrés, nueva ronda de partidas al Aviador Loco que, en cuanto Nico lo vio, solo quería jugar a este. Así que Silvia y José Luis fueron rotando. Echamos 5 rondas, de las cuales Nico ganó una, yo dos y Silvia otras dos. Sandra, de nuevo, se quedó a cero. Definitivamente cuatro es el número de este juego. Cada jugador que falte va descafeinando aún más la partida. A dos es un poco rollo. A tres es aceptable. Pero a cuatro es un desfase magnifico. La avioneta no para de hacer piruetas y no sabes por donde te va a acabar viniendo. Hay que andar fino de reflejos.

Antes de cenar sacamos el juego gran juego de Stefan Feld ambientado en la ciudad de Hamburgo, The Speicherstadt. Un título con una original mecánica de subasta en el que nosotros pujamos por el orden de compra de cartas (bomberos, barcos con mercancías, artesanos, edificios, etc.) pero, a su vez, el precio se va a ir modificando en función de los jugadores que se vayan colocando a la cola. Diabólico. Y todo sin olvidarnos de los incendios, que irán restando puntos a aquel jugador que menos potencia de bomberos haya conseguido. Además siempre se va muy justo de monedas. Como la mecánica es bastante sencilla, decidimos meter a Nico, que iba a funcionar prácticamente como un jugador caótico, pero así jugábamos todos. La partida, como siempre, muy tensa. José Luis y Silvia tardaron en verle el concepto al juego (como nos pasó a nosotros al principio). Los primeros bomberos nos los llevamos José Luis y yo. José Luis consiguió esquivar el primer incendio, pero tras este, los demás le quemaron todo, teniendo un saldo de 9 puntos negativos que tuvo que remontar después. Nico por su parte, en modo aleatorio, no paraba de conseguir barcos y monedas. Yo me centré en el único contrato que adquirí, para después intentar conseguir algún edificio que diese puntos. El que más me convenía era el que me otorgaba un punto por cada barco (que para mí eran muchos puntos), pero me lo quitó José, vetándome la posibilidad de optar a por la victoria. Victoria que se llevó, sorpresivamente, Nico, empatado a 15 puntos con Silvia, pero con mayor cantidad de monedas. Sandra quedó tercera con 13 puntos, los mismos que yo, pero, de nuevo, ella con más monedas. Último quedó José Luis con 7 puntos. Los incendios al principio parecen poca cosa, pero después… A cinco jugadores el juego es una maravilla. Muy difícil meterse en la cabeza de los demás para intentar averiguar que van a hacer con sus monedas.

Esto es lo que pasa por dejar al niño tranquilo
Esto es lo que pasa por dejar al niño tranquilo

Para cerrar la velada, tras la cena, volvió el magnífico Praetor a escena. Esta vez a cuatro jugadores. Quería comprobar que tal funcionaba. A más jugadores la cosa se complica bastante. Si bien es cierto que la ciudad que acaba formándose es mucho mayor y que la mayoría de acciones rojas están repetidas, también aumenta el Análisis-Parálisis y los bloqueos. Yo volví a tirar de mi combo estrella centrado en la moral, esta vez por partida doble, porque a cuatro jugadores salen dos losetas de anotar puntos por el nivel de moral, y las dos las construí yo. Silvia y José Luis lo vieron tarde. De vez en cuando las usaban, pero la mayoría de las rondas fueron ejecutadas por mí, lo que me permitió despegar en el marcador. José Luis me mantuvo el pulso hasta el final ya que él también fue a las losetas de muro, anotando una gran cantidad de puntos tras cada edificación. La partida probablemente se decantó en el último turno, al comienzo del cual José Luis y Silvia no tenían monedas, por lo que la primera ejecución de estas losetas la hice yo. José Luis pensó que cuando le tocase seguiría sin dinero, pero gracias a otras edificaciones suyas, Sandra y Silvia le dieron cash suficiente como para poder ejecutarla en su segundo turno, pero ya se olvidó de ella, dejándome usar la segunda loseta y consiguiendo definitivamente la partida. Resultado final: yo vencedor con 280 puntos, José Luis segundo con 250, tercera Silvia con 203 y Sandra última con 162. Como veis, esos 30 puntos de diferencia se habrían esfumado, poniéndose José Luis por delante (sin contar con otras acciones que hubiese hecho yo). Seguramente habría ganado también la partida, pero de forma muchísimo más ajustada. Aunque fue una partida interesante, a cuatro jugadores se hace algo más pesado. La partida se nos fue a las dos horas y se hizo un tanto repetitiva, sobre todo en los últimos turnos.

Una Roma mas grande y difícil de gestionar
Una Roma mas grande y difícil de gestionar

Y para cerrar la semana, otra sesión lúdica, esta vez en casa de Roberto (gixmo), junto a Berto (Lediakhov). Esta vez Sandra si se apuntó a la fiesta. El juego principal de la sesión iba a ser Tzolk’In: El Calendario Maya, jugado con la expansión, Tribus y Profecías. Solo jugamos con las tribus. Para los que no lo conozcan, Tzolk’In es un juego de colocación de trabajadores y gestión de recursos en el que cada jugador controla a una tribu maya que intenta prosperar, construyendo edificios y adorando a los caprichosos dioses. Lo más importante, la inclusión del tiempo como parte de la gestión, ya que los trabajadores se colocan sobre unas ruedas que giran con el paso de las rondas, permitiendo a los trabajadores colocados en ellas realizar acciones cada vez más potentes. Las tribus de la expansión ofrecen características diferenciadoras. Respecto a la partida, Berto era novato y fue el que más cojo anduvo toda la partida. Sandra y Roberto fueron más o menos a lo mismo, disputándose los templos. Yo por mi parte, me centré en edificar. Construí el monumento que me otorgaba puntos por las losetas de bosques talados, así como el que me otorgaba puntos por cada edificio marrón construido. Entre medio, coloqué una calavera en Chichen-Itzá, de forma que no tuve que remontar tanto. En el último turno cogí el marcador de jugador inicial y avancé dos posiciones las ruedas, pudiendo hacer mi último gran combo, consiguiendo dos losetas de bosque y construyendo un edificio. En el recuento final es donde hice mi gran remontada, llevándome la partida gracias a estos edificios, así como a una buena colección de recursos acumulados. Resultado final: yo vencedor con 55 puntos, Roberto segundo con 50, Sandra tercera con 40 y Berto último con 26.

Espectacular remontada
Espectacular remontada

Sandra tenía muchas ganas de jugar al Top This! A Pizza Flicking Game tras contarle lo bien que nos lo pasamos la otra vez que quedamos. Para los que no lo conozcáis, es un juego de flicking (como su propio nombre indica) al más puro estilo Crokinole, en el que iremos metiendo fichas con ingredientes dentro de un tablero con forma de pizza dividido en 8 porciones. En su turno un jugador tiene dos acciones, a elegir entre meter una ficha en el tablero o voltear todas las fichas de un mismo tipo. Hay una serie de porciones objetivos que hay que intentar cumplir al final de cada turno. Estas porciones serán los puntos de victoria. La partida estuvo mucho más igualada que la primera que echamos, aunque al final los que nos la disputamos fuimos Sandra y yo. Tengo que admitir que tuve algo de suerte porque en varios turnos tuve muy a tiro ciertos objetivos, por lo que pude anotarme puntos extras con las propinas. Propinas que me dieron la victoria. Resultado final: yo vencedor con 26 puntos, Sandra segunda con 23 y Roberto y Berto empatados con 20 puntos. Necesito hacerme con una copia de este juego.

¡Ponme una de peperonni!
¡Ponme una de peperonni!

Tras hartarnos de comer porciones de pizza, había que hacer algo de ejercicio. Y nada mejor que correr huyendo de una muerte horrenda. Era hora de jugar a The Downfall of Pompeii. Un juego del autor de Carcassonne, Klaus-Jürgen Wrede, en el que veremos el auge y la caída de Pompeya. La partida se divide en tres fases: una primera en el que los primeros pompeyanos llegan a la ciudad, una segunda en el que la ciudad prospera, y los familiares de los primeros también llegan, y una tercera en el que el volcán entra en erupción, arrasando con todo. Ganará el jugador que más habitantes de su color logre poner a salvo, fuera de los muros de la ciudad. Gestión de mano de cartas, puntos de movimientos y colocación de losetas. Un juego con mucha mala leche. Partida muy igualada que se decidió por detalles. La verdad es que Berto y Roberto se cebaron en la fase en la que la lava comenzaba a arrasar con todo, dejándome en los últimos turnos con poco margen de maniobra. Fue Berto el que se llevó la victoria por un único habitante de diferencia. Resultado: Berto con 9, Sandra y yo con 8 (aunque yo con muchos más muertos) y Roberto con 7. Un grandioso juego que podéis probar en Yucata.

Ese volcán despierta lo más perverso que hay dentro de nosotros
Ese volcán despierta lo más perverso que hay dentro de nosotros

Iba tocando echar una partidita a algo de habilidad. Y en las estanterías de Roberto destacaba una caja, sobresaliendo hacia fuera: Hamsterrolle. Un divertidísimo juego de habilidad en el que una rueda de madera con unos soportes en la que iremos colocando piezas de madera. Al colocar, la rueda ira girando por culpa de los contrapesos. Cada pieza que caiga ira a manos del jugador en turno. El ganador será el jugador que se quede sin piezas. A cuatro jugadores se juega por parejas, acabándose la partida cuando ambos jugadores se quedan sin piezas. Yo formé pareja con Berto y Sandra con Roberto. La partida fue superdivertida, sobre todo por el pulso de cirujano que poseemos todos. Aunque la palma se la lleva Sandra, que tiene un pulso ideal para robar panderetas. Fue la que más piezas acabó tirando durante toda la partida. Berto y yo tuvimos la partida en un momento dado, pero justo cuando yo iba a colocar la última pieza, se cayó otra que me acabé comiendo. Pero la victoria no se nos escaparía. Grandioso juego, muy divertido.

¡Ese pulso!
¡Ese pulso!

Para cerrar la sesión, una partidita al Polilla Tramposa. Un juego de cartas cuya mecánica principal es la gestión de la mano. Se juega a cuatro rondas, cada una de las cuales finaliza en el momento que un jugador se queda sin cartas. El ganador será el que, en conjunto, haya acumulado menos cartas entre las cuatro cartas. Hay ciertas cartas especiales que desencadenas efectos, pero lo mejor es que hay un rol, el guardián, que es el único que puede jugar un tipo de carta especial, la polilla. El resto de jugadores no podrán jugarlas en sus turnos. Pero lo que si podrán intentar hacer es deshacerse de cartas como ellos lo crean más conveniente… siempre y cuando el guardián no se percate. La cosa es que jugábamos en un ambiente muy poco ruidoso, y con la gente muy pendiente. Era difícil quitarse de en medio cartas, pero aun así muchas de ellas desaparecieron «misteriosamente». Eso sí, los guardianes andaban muy pendiente, rotando el rol constantemente. Menos Berto, que acumuló bastantes cartas en todas las rondas, el resto nos disputamos la victoria, cayendo finalmente de mi lado, con 4 puntos, Sandra y Roberto empatados con 8 puntos y último Berto con 13. Un juego muy cachondo.

Con tanta concentración era difícil deshacerse de cartas
Con tanta concentración era difícil deshacerse de cartas

Y con esto finaliza una grandiosa semana, cogiendo ritmo para la que se nos viene encima, con nuestra visita durante el fin de semana al festival de Córdoba. ¡Espero veros a muchos de vosotros!

8 comentarios

  1. Te quejarás de esta semana lúdica :p. Tengo una espinita clavada con el maldito aviador, va a convertirse en mi segundo Agrícola…
    Y el Hamsterrolle lo habéis entendido mal, ganaba el que más piezas se quedaba…si es que… xD 😛

  2. Ahora que me hice con un Krosmaster veo que habeis dejado de jugarlo, ¿se quema pronto o es que va por rachas?
    A ver si vuelven las partidas y comparo alineaciones aunque ahora mismo Kreol Panicon es uno de mis preferidos

    1. Hombre, el concepto de juego no deja de variar. Realmente la salsa de las partidas está en la combinación de equipos. Estamos tras el mapa nuevo que ha salido (el de las minas).

      Nosotros no lo tenemos quemado, pero es que tenemos muchos títulos por estrenar, y estas últimas semanas no ha surgido la ocasión. A ver si esta semana cae alguna 😛

  3. Joer qué súper semana!
    Ay que ver que el Speicherstadt no me hizo demasiado tilín cnd lo probé, y a dia de hoy confieso que si lo viese barato lo pillaría xDD. Qué bellas son las contradicciones! xD

    Tengo ganas de probar Crossroads. No la tengo, pero me leí el reglamento hace tiempo y me pareció que ya añadía cosas que "desvirtuaban" el juego original (cosa que no hace Nomads). Enfin, intrigado ando. Necesito jugarla realmente para ver si estoy en lo cierto.

    Saludos!

    1. Es cierto que esta segunda expansión añade mas elementos de control. El uso de los guardias, las carreras y los barcos, mas ciertas habilidades especiales eliminan gran parte del factor azar que posee el juego. Es "mas fácil" poder llegar a un punto que te interesa. Pero aun así, me parece bastante interesante.

  4. Pedazo de semana! Parecía que sólo iban a ser fillers pero luego ha habido de todo y muy variado, Hamsterrolle incluido 🙂
    Quién pillara una así en estos tiempos, con el jaleo que tenemos en el colegio. Y ahora encima festival!! A seguir jugando!

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