Reseña: Mamma Mia!

Introducción

¡Una de salami! ¡Una Bombástica! ¡Eh! ¿Quién me ha robado el queso? Como maestros pizzeros, los jugadores ponen los ingredientes en la mesa. De vez en cuando un jugador puede poner un pedido, pensando que los ingredientes están disponibles. Si lo están se hace la pizza, si no… desilusión. ¡Táctica, un poco de suerte y parte de memoria pueden llevarte a la victoria! Mamma Mia! fácil y poco usual juego de cartas que calma el apetito.

Portada

Así se nos presenta Mamma Mia!, uno de los primeros diseños del gran Uwe Rosenberg (Agricola, Le Havre, Patchwork, El Banquete de Odín y muchos más). El juego fue publicado en 1998 por ABACUSSPIELE, siendo licenciado por muchas editoriales. De las ilustraciones se encarga un clásico como es Franz Vohwinkel (Tikal, Puerto Rico, Ra).

El juego fue publicado en nuestro país por la extinta Homoludicus (absorbida por Devir), aunque es totalmente independiente del idioma (a excepción del reglamento). Permite partidas de 2 a 5 jugadores, con una edad mínima sugerida de 10 años y una duración aproximada de 30 minutos por partida. El precio de compra recomendado es de 10,5 €. Para esta reseña se ha utilizado una copia de la edición en alemán de ABACUSSPIELE.

Contraportada

Importante: si ya conoces el juego y/o sólo te interesa mi opinión sobre el mismo, puedes pasar directamente al apartado de Opinión. Los apartados Contenido y Mecánica están destinados especialmente a aquellos que no conocen el juego y prefieren hacerse una idea general de cómo funciona.



Contenido

Dentro de una de cartón de dos piezas (tapa y fondo), de dimensiones 11,9×9,4×2 cm. (caja estándar tipo ¡Toma 6! o ¡No Gracias!), nos encontramos con:

  • 106 Cartas (56×87 mm.):
  • 40 Cartas de Pedido (8 de cada color: rojo, verde, amarillo, marrón y morado)
  • 65 Cartas de Ingrediente (13 de cada tipo: pimiento, salami, aceitunas, champiñón y queso)
  • Carta de Mamma Mia!
Contenido

Mecánica

Mamma Mia! es un filler de cartas en el que los jugadores deberán introducir ingredientes y, cuando lo crean conveniente, pedidos en el horno (una pila de cartas común para todos los jugadores). Tras esto se repone la mano y pasa el turno al siguiente jugador. Cuando el mazo de robo se agota, la ronda finaliza y procede a comprobarse cuantos pedidos se han completado correctamente, teniendo en cuenta los ingredientes que queden en el horno, pudiendo completarlos con cartas de la mano del jugador correspondiente. El que más pedido complete a lo largo de tres rondas será el vencedor.


Conceptos Básicos

Empecemos por las Cartas de Pedido. Cada jugador tendrá al comienzo de la partida un mazo con ocho pedidos y del mismo tipo (variando el ingrediente base dependiendo del color). Cada de estas cartas de pedido requiere una serie de ingredientes indicados mediante iconos en las esquinas de la carta. El objetivo será intentar ser el jugador que más pedidos complete al término de la partida.

Pedidos

Los Ingredientes se representan mediante cartas con el símbolo correspondiente. Existen cinco tipos de ingredientes: pimiento (verde), salami (rojo), queso (amarillo), aceituna (morado) y champiñón (marrón). Cada uno de estos ingredientes está, además, relacionado con los pedidos de cada jugador, ya que, en función del color, cada jugador tendrá un ingrediente «base» que estará presente en casi todas sus pizzas. Por ejemplo, para el jugador verde será el pimiento.

Ingredientes

Los jugadores irán jugando sus cartas en una pila central que funcionará como Horno. Así, en cada turno se introducirán ingredientes y, opcionalmente, un pedido. Cuando la ronda finalice, se volteará esta pila y se irán resolviendo los pedidos.

Existe un tercer tipo de carta del que solo existe una copia, la Carta de Mamma Mia! Esta carta tiene dos funciones: asignar el rol de evaluador de la ronda y determinar quién será el jugador inicial para la siguiente ronda. Cuando un jugador robe esta carta, la dejará en su zona de juego, robando una carta más, sin afectar a la partida.

Carta de Mamma Mia!

Con esto tenemos suficiente.


Preparación de la Partida

  1. Cada jugador escoge un color y recibe las 8 cartas de pedido correspondiente. Este mazo de pedidos debe barajarse y colocarse bocabajo en la zona del jugador.
  2. Se conforma el mazo de ingredientes según el número de jugadores:
    • 5 Jugadores: se incluyen todas las cartas de ingredientes.
    • 4 Jugadores: se devuelve a la caja 1 carta de cada tipo de ingrediente.
    • 3 Jugadores: se devuelve a la caja 3 carta de cada tipo de ingrediente.
    • 2 Jugadores: se devuelve a la caja 5 carta de cada tipo de ingrediente.
  3. Se baraja el mazo de ingredientes y se reparten 6 a cada jugador.
  4. Se añade a la mano una carta de pedido que cada jugador roba de su mazo.
  5. Tras esto, se introduce la carta de Mamma Mia! en el mazo y se vuelve a barajar.
  6. Por último, se escoge al jugador inicial.

¡Ya podemos comenzar!

Partida Preparada

Desarrollo de la Partida

Una partida de Mamma Mia! consta de tres rondas. En cada ronda los jugadores alternarán turnos (comenzando por el jugador inicial y continuando en el sentido de las agujas del reloj) hasta que el mazo de robo de ingredientes se agote.

El turno de un jugador se desarrolla de la siguiente manera:

  1. El jugador debe jugar una o varias cartas de un mismo tipo de ingrediente bocarriba en el horno (no se pueden mezclar ingredientes).
  2. A continuación, si el jugador lo cree conveniente, podrá colocar una carta de pedido de su mano bocarriba sobre las cartas de ingrediente que acaba de jugar (en versiones anteriores del juego se colocaban bocabajo).
  3. Finalmente, el jugador debe reponer su mano hasta 7 cartas, decidiendo si robar del mazo de ingredientes o de su mazo de pedidos, no pudiendo repartir el número de cartas a robar entre ambos mazos.
    • Si se robase la carta de Mamma Mia!, se anunciaría al resto de jugadores, se colocaría bocarriba en la zona del jugador y se robaría una nueva carta del mazo de ingredientes.

La ronda finaliza tras el turno de un jugador que, al reponer cartas del mazo de ingredientes, éste se agotase.

Si no quedasen cartas suficientes en el mazo de ingredientes, robará las que pueda y tendrá que jugar con una mano reducida su próximo turno.

Cuando la ronda finaliza, se procede a evaluar el horno. El jugador con la carta de Mamma Mia! toma la pila del horno y le da la vuelta para, a continuación, revelar las cartas una a una e ir formando filas con los distintos tipos de ingredientes.

  • Cada vez que se revele una carta de pedido, se comprobará si hay suficientes cartas reveladas para completar dicho pedido. Si no fuese así, el jugador al que pertenece dicho pedido podrá completar los ingredientes que falten con cartas de su mano. Existen cuatro tipos de pedidos:
    • Pizza Clásica: requiere 4 ingredientes de un tipo más el ingrediente base del jugador según su color.
    • Pizza Bombástica: requiere un mínimo de 15 ingredientes (independientemente del tipo), pero vacía el horno.
    • Pizza Monotoni: requiere el ingrediente base según el color del jugador más seis ingredientes iguales de otro tipo.
    • Pizza Minimale: requiere el ingrediente personal y 3 ingredientes iguales de otro tipo. Este ingrediente será aquel del que menos copias haya en el horno, pero esté presente (no se puede escoger un ingrediente del que no haya unidades en el horno). Si hay varios ingredientes con ese menor número de cartas, el jugador podrá escoger.
  • Si el pedido se completa, las cartas utilizadas (incluidas las que puedan haber sido jugado desde la mano) se retiran del horno (formando una pila) y la carta de pedido se entrega al jugador que la coloca bocarriba en su zona de juego.
  • Si el pedido no se puede completar, las cartas de ingredientes del horno permanecen sobre la mesa y la carta de pedido se coloca en la parte inferior del mazo de robo de pedidos del jugador.

Una vez resuelto el horno, todos los ingredientes que no se hubiesen utilizado se vuelven a apilar y a colocar en el horno. Los ingredientes usados se mezclan con la carta de Mamma Mia! y se conforma un nuevo mazo de robo, procediendo con una nueva ronda, siendo el jugador que robó la carta de Mamma Mia! en el turno anterior el que disfrute del primer turno.


Fin de la Partida

La partida finaliza al término de la tercera ronda. El jugador con más pedidos completados será el vencedor. En caso de empate, el ganador será aquel con más cartas de ingredientes en la mano. Si la igualdad se mantiene, los jugadores comparten la victoria.


Opinión Personal

Hoy toca analizar uno de esos juegos que un joven de la Baja Sajonia, recién terminados sus estudios de estadística, lanzó como encargo de una gran editorial antes de convertirse en uno de los referentes del panorama lúdico. Antes de que nos pusiese a todos a plantar cereales y hortalizas, Uwe Rosenberg diseñó algunos fillers que perduran en el tiempo y que también merecen ser recordados de vez en cuando. Hoy analizamos Mamma Mia!

En este pequeño juego de cartas nos convertiremos en maestros pizzeros atareados que tendrán como objetivo atender las comandas que vayan llegando desde el restaurante en el que trabajamos. Pero claro, trabajamos en un establecimiento humilde, por lo que solo hay un horno para todos, por lo que habrá que estar atentos y no equivocarse a la hora de preparar cada pedido. Tras esto, el jugador repondrá su mano (pudiendo elegir solo un mazo del que reponer, pedidos o ingredientes) y pasará el turno al siguiente jugador. Así hasta que se agote el mazo, procediendo a la evaluación del horno, revelando cartas una a una y completando (o no) los pedidos.

Detalle Horno

Con esta simple pero efectiva premisa Mamma Mia! nos plantea un juego de memoria y planificación muy efectivo y divertido. La mecánica es tan sencilla como ir colocando cartas de ingredientes en una pila y, cuando creamos que en dicha pila hay ingredientes suficientes para completar alguno de los pedidos que pudiésemos tener en mano, meterlo en el horno. Claro, en los primeros turnos de una ronda es fácil llevar la cuenta de qué hay en el horno (solo se ve la última carta jugada). Pero, a medida que la ronda avance la cosa se complica y es cuando el diseño muestra todo su esplendor gracias a tres detalles clave.

El primero es que no es necesario que en el horno se encuentren todos los ingredientes para poder completar un pedido, pudiendo utilizar ingredientes de la mano. Por un lado, esto añade un segundo nivel en la mecánica de memoria, ya que no solo tendremos que llevar la cuenta de cuantos ingredientes creemos que hay «disponibles» en el horno, de forma que podamos trastocar los planes de los rivales introduciendo pedidos que, aun no disponiendo de los ingredientes en el horno, intentaremos aportarlos desde nuestra mano, lo que nos obligará a mantener una lista mental de los ingredientes que tenemos que mantener en mano cuando la ronda finalice. Algo que puede parecer sencillo, pero no lo es, sobre todo teniendo en cuenta que, si queremos intentar alcanzar la máxima puntuación, estaremos obligados a completar tres pedidos en dos de las tres rondas.

El segundo es que no todos los ingredientes tienen el mismo peso para todos los jugadores. Aquí es donde entran los colores de los pedidos, cinco en total, asociados a los cinco ingredientes. Así, el jugador verde, por ejemplo, siempre necesitará pimiento en todas sus pizzas, aunque nunca más de una unidad. Si un rival mete en el horno pimientos para intentar completar su pizza base (ese rival tendrá otro ingrediente base), habrá dispuesto una buena reserva de esos ingredientes clave. Si logramos adelantarnos en el orden de salida de las pizzas en el horno podemos estar causándole un estropicio, al eliminar de «sus cuentas» uno de esos pimientos que necesita. Si no se percata y no reserva uno en su mano por si las moscas, veremos cómo pierde la oportunidad y la comanda vuelve a su mazo, no pudiendo puntuar.

Y el tercero, no menos importante, es la reposición de la mano hasta siete cartas, teniendo que escoger de qué mazo robamos cartas. Obviamente, llenarse la mano de cartas de pedido disminuirá nuestro margen de maniobra, aunque aumentará las probabilidades de poder meter el pedido adecuado en el momento justo. Lo interesante de este detalle es que nos obliga a elegir en momentos puntuales, no solo de donde robar, sino como jugar. Si lo que queremos es robar un par de pedidos y vamos a colocar uno de los que tenemos en la mano en el horno (como ocurre al comienzo de la partida, con un solo pedido en mano), no nos quedará más remedio que jugar un solo ingrediente en el horno más el pedido para tener que robar solo dos cartas. Si metemos una cantidad considerable de ingredientes en el horno más un pedido, será una tontería absoluta robar todas esas cartas del mazo de pedido, pudiendo llegar a quedarnos bloqueados, así que cuidado con lo que se decide.

Por si esto no fuese suficiente para que el juego ya tuviese suficiente interés, se incluyen en el mazo de comandas de cada jugador tres pizzas con ingredientes no determinados, esto es, que dependerá de lo que haya en el horno. Mi favorita es la Pizza Bombástica, probablemente la más fácil de resolver, ya que simplemente requiere un numero de ingredientes en global, pero también la más dolorosa para el resto de rivales, ya que limpia el horno siempre que haya el número mínimo de ingredientes requerido. Y, de nuevo, recordemos que podemos aportar ingredientes desde nuestra mano. Completar una bombástica puede hacer llorar a muchos maestros pizzeros. Pero luego es que tenemos también la monotoni y la minimale. La primera requiere seis ingredientes de un tipo distinto al base, mientras que la segunda exigirá utilizar un tipo de ingrediente, aparte del base, de dependerá del número de copias de cada tipo de carta que haya en el horno, siendo, en mi opinión, la más complicada de completar, ya que con que haya una sola carta de un ingrediente ya estaremos obligados a utilizar cartas de nuestra mano, no pudiendo prever cual será este.

Detalle Resolución Horno

Un juego de memoria exigente cuya mecánica central es utilizada por uno de los grandes familiares de los últimos años, Colt Express (aquí su tochorreseña), añadiéndole programación de acciones, ubicación espacial, habilidades especiales y ubicación espacial. Pero el eje central es el mismo, esto es, una pila común de cartas en la que los jugadores colocan de forma alternada y, cuando se proceda a resolver, se voltea y se revela carta a carta. El efecto conseguido es exactamente el mismo que en el juego del tren en el viejo oeste, esto es, una tensión creciente para ver si lo que hemos planificado concuerda con las cuentas que teníamos en mente. Cuando hay una pifia, risas para todos a excepción del jugador perjudicado. Y cuando se acierta, fiesta solo para el que ha completado el pedido. Aunque, sin duda, lo mejor es que se revele la carta, no haya cartas suficientes, pero sea el escenario que buscábamos, aplicando un golpe de efecto al revelar las cartas necesarias de nuestra mano, provocando maldiciones y lamentos por parte de nuestros rivales.

Como todo juego de cartas, el azar influye notablemente, pero no es algo que moleste. No es lo mismo que el primer pedido en mano sea una Pizza Bombástica a una Minimale. La primera exige muchas cartas en la pila y que nuestros rivales fallen al completar sus pedidos, mientras que la segunda, si hemos logrado trazar el estado del horno si será viable sacarla adelante. De hecho, si fuésemos el primer jugador y tenemos 3 ingredientes iguales distinto del base, tan sencillo como meter esas tres copias y almacenar en nuestro tablón mental de notas que debemos reservar una copia de nuestro ingrediente base para poder completar dicho pedido. Lo mismo con los ingredientes. Si nos toca una combinación mágica respecto a los pedidos en mano, será más fácil completarlos que si robamos ingredientes de distinto tipo y tenemos que paso a paso, exponiéndonos al expolio del horno por parte rival.

Como ya estaréis suponiendo, Mamma Mia! como mejor funciona es con el máximo de jugadores en mesa, añadiendo todas las variables posibles y el caos suficiente como para que la partida sea una fiesta. Por cada jugador que no esté presente en la partida será un poco menos de diversión, dejando de tener especial interés de tres jugadores para abajo. De hecho, no lo recomendaría a dos jugadores en absoluto, ya que es tremendamente fácil trazar el estado del horno y de nuestras opciones. Se elimina esa pizca de caos que tan bien le sienta.

La rejugabilidad es la típica de este tipo de fillers. Como las partidas son rápidas y divertidas, es sencillo que los jugadores encadenen partidas en una misma sesión, aunque no se debe abusar de él si no queremos ver como se queda en el estante durante largo tiempo.

Pasemos a la edición. Nos encontramos con el clásico formato de caja pequeña dividido en dos mazos. Cartas de buena calidad, con un gramaje adecuado, textura en lino y una respuesta elástica perfecta. Aun así, yo recomendaría el enfundado, pues las cartas son principalmente blancas, y los desperfectos y manchas van a apreciarse con relativa facilidad si no utilizamos protección. Póntelo, pónselo. El reglamento es claro y conciso, aunque al principio puede costar asimilar el flujo de la partida. Pero nada que no quede claro en un par de turnos.

En el apartado artístico, el señor Vohwinkel no se complica en exceso, siendo lo más destacado la portada con ese simpático pizzeros que podría ser imagen de cualquier restaurante italiano. Las cartas de ingredientes son algo pobres, mostrando únicamente los ingredientes en el centro y en las cuatro esquinas, con mucho blanco de fondo. No les habría venido mal una encimera o simular que están para ser cortados antes de echarlos por encima de la masa. Las cartas de pedido si tienen algo más de elaboración, con su mantel, su pizza y los ingredientes de cada tipo.

Detalle Mano

Y vamos cerrando. Mamma Mia! es un filler de cartas que pondrá a prueba nuestra memoria, ya que, entre todos, iremos introduciendo ingredientes en un horno (una pila de cartas) y, ocasionalmente, cartas de pedidos que utilizarán dichos ingredientes (siempre que hayamos ajustado bien y en el horno haya suficiente). Cumple perfectamente su función, siendo especialmente divertido el momento de resolución del horno, con momentos de euforia y desolación a partes iguales. Su mayor defecto es que no escala especialmente bien, siendo un juego recomendable solo a cuatro o cinco jugadores, además de requerir alguna regla adicional para evitar posibles bloqueos en caso de que algún jugador tome decisiones extrañas. Pero jugado con dos dedos de frente, es muy divertido. Por todo esto le doy un…

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4 comentarios

  1. Creo que hay un pequeño error en «Preparación de la Partida» al cortar y pegar el texto:

    4 Jugadores: se devuelve a la caja 1 carta de cada tipo de ingrediente.
    3 Jugadores: se devuelve a la caja 1? carta de cada tipo de ingrediente.
    2 Jugadores: se devuelve a la caja 1? carta de cada tipo de ingrediente.

    No he jugado, a pesar de tenerlo, pero imagino que se eliminan más cartas según el nº de jugadores.

    Un saludo.

  2. Hola Iván ¿Cómo estás?. Consulta: Tengo la versión en Alemán/Inglés de A.S. del juego y me surge una duda respecto a tu Trochoreseña respecto a la instancia de jugar las Cartas de pedido.
    En la Trochoreseña ponés que dicha carta debe ser jugada bocabajo, sin embargo, en el reglamento de mi copia dice “…a card face-up…” ¿Tenés idea si es un tema de traducción o si son variantes distintas que hayan cambiado con los años?
    ¡Desde ya muchas gracias! ¡Abrazo!

    1. Tengo entendido que originalmente eran bocabajo. Pero la versión actual es bocarriba. Tengo que actualizar la tocho!

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