Crónicas Jugonas: Semana 19 del 2015 (04/05 – 10/05)

Gran semana lúdica. Hemos cogido racha. En el trabajo hemos subido el nivel y ya no saco solo chorrifillers. ¡Vamos allá!

El lunes comenzamos con un The Island, después del furor causado la semana anterior.  Un juego de Julian Courtland-Smith en el que tomamos el control de los habitantes de una pequeña isla en cuyo centro se encuentra un volcán a punto de entrar en erupción. Nuestro objetivo: intentar poner a salvo cuantos más habitantes mejor. Pero no todo será tan sencillo, ya que el agua se encuentra repleta de peligrosas criaturas, como serpientes marinas, tiburones, ballenas o calamares gigantes. Mediante puntos de movimiento y acciones especiales intentaremos poner a salvo a nuestros meeples, los cuales se encuentra numerados (no todos valen lo mismo). Participantes: yo mismo, Enrique, Marta, Jorge, Víctor C. y Víctor F. Esta vez sí metimos los calamares gigantes. De nuevo, partida en la que se cebaron conmigo y solo logré salvar. Siempre que había oportunidad, allí que iba un meeple verde al cementerio. Aunque tampoco puedo quejarme tanto porque Marta salió aún más escaldada que yo. La pobre no pudo salvar ninguno de sus isleños. Enrique y Víctor F. tampoco se libraron de las maldades del resto de jugadores. La venganza es un plato que se sirve frio, pero aquí los ajustes de cuentas ocurren en la siguiente ronda. La partida se la disputaron los Víctor C. y Jorge, siendo el señor Cima quien finalmente se llevase la victoria. Resultado: Víctor C. 12 puntos, Jorge 11, Enrique 6, yo 4, Víctor F. 3 y Marta 0 puntos. Uno de esos juegos caóticos que tanto divierte si se saben enfocar como es debido. Hay que competir, sí, pero también hay que tener claro que el caos se va a adueñar del tablero. La persuasión es una poderosa arma que salvará a más de uno de nuestros meeples de acabar en las fauces de alguna criatura marina. Teniendo esto claro, es uno de los juegos más divertidos que descansa en mis estanterías. Eso sí, considero indispensable hacerse con las expansiones, al menos, la de 5-6 jugadores y los calamares. La de los delfines no me parece tan vital, aunque el añadido de la pareja de dados para un movimiento variable para las criaturas es bastante interesante.

Antes de la hecatombe
Antes de la hecatombe

El martes un fijo después del almuerzo: Carcassonne. En esta partida, además de Posadas y Catedrales, me traje la miniexpansión Ladrones. Un juego de Klaus-Jürgen Wrede en el que, mediante la colocación de losetas, iremos formando Carcasona. Los jugadores, en su turno, roban una loseta y la colocan de forma coherente sobre la mesa, pudiendo colocar un meeple sobre ella para intentar completar una estructura con la que puntuar (caminos, castillos o claustros, además de los granjeros). La norma más importante es que no se puede colocar un meeple en una estructura en la que ya haya alguno otro, de forma que solo se podrá intentar arrebatarla mediante una incorporación indirecta (comenzando otra estructura del mismo tipo y contándolas). Participantes: Víctor F., Víctor C., Marta, Jorge, Sergio y el que os escribe. Partida, esta sí, marcada por los granjeros. Marta consiguió despegarse, gracias a aprovechar algunos castillos conjuntos y, especialmente, caminos con posada. También supo colocar su ladrón adecuadamente para anotarse una buena cantidad de puntos. El resto íbamos en un pelotón agrupado dándonos relevos, pero sin apenas separarnos, aunque Víctor F. flaqueó en los últimos turnos y si quedó algo rezagado. Víctor C. tardó en arrancar, ya que hipotecó casi todos sus meeples. En el recuento final, como digo, remontada espectacular por mi parte y, especialmente, por la de Sergio, que logro llevarse la victoria adelantando a Marta en el último momento. Resultado: Sergio 75 puntos, Marta 73, yo 67, Jorge 62, Víctor C. 60 y Víctor F. 49. Partida muy interesante estratégicamente hablando. Se nota que la gente va conociendo los entresijos del juego. Sergio supo aprovechar muy bien sus granjeros y, gracias a ellos, se llevó la victoria. Los Ladrones me parece una de las miniexpansiones más interesantes, ya que añade un puntito de interacción bastante curioso al intentar obligar a los rivales a cerrar estructuras pequeñas para no regalar puntos. Como siempre, Carcassonne no defrauda. Gran puerta de entrada al mundillo pero que no se quedará en la estantería cogiendo polvo cuando nuestra ludoteca aumente. Valor seguro.

Confié demasiado en mis granjeros y me quedé atrás
Confié demasiado en mis granjeros y me quedé atrás

El miércoles me llevé el Qin de nuestro querido Reiner Knizia. Un juego de colocación de losetas rectangulares sobre un tablero con casillas cuadradas (cada loseta ocupa dos casillas). Estas casillas pueden ser de 3 colores, de forma que vamos formando provincias que vamos reclamando colocando una serie de pagodas, hasta que algún jugador las coloca todas, convirtiéndose en el ganador, o no se pueden colocar más losetas, ganando aquel con menos pagodas en su reserva. Jugamos con el tablero del pájaro. Gustó y echamos dos partidas. En la primera estábamos Borja, Jorge y Víctor F., además de yo mismo. Partida en la que mi experiencia fue clave para llevarme la partida. Aun así, Borja y Víctor F. le cogieron rápido el truco y estuvieron siempre cerca. Resultado final: yo vencedor, Víctor F. con 2 pagodas, Borja con 5 y Jorge con 6. En la segunda partida, ya con la mecánica asentada, la lucha fue sin cuartel. Borja nos abandonó, así que solo éramos tres. Tuve que realizar muchos movimientos defensivos para intentar evitar que Víctor F. se quedase con una única pagoda para cerrar en su turno. Sin embargo, Jorge hizo un poco de kingmaking involuntario, dejando demasiadas puertas abiertas. Finalmente, no pude contenerle y la partida se la llevó Víctor. Resultado: Víctor F. vencedor, yo con una pagoda y Jorge con 7. Es uno de esos juegos que, con unas pocas reglas y una producción cuidada ofrece una experiencia plenamente satisfactoria en un intervalo de tiempo reducido. Las partidas no nos duraron ni veinte minutos. No es un juego imprescindible, pero funciona genialmente, y si queremos sacar algo a mesa que no sea un filler pero que no se nos vaya de madre en tiempo, es una opción muy interesante.

Partidas tensas, con mucho toma y daca
Partidas tensas, con mucho toma y daca

El jueves otro pequeño estreno. Esta vez me llevé al trabajo Las Vegas. Un filler de dados de Rüdigern Dorn. En cada ronda (se juegan cuatro) hay seis casinos sobre la mesa, cada uno identificado con un valor del 1 al 6. Al comienzo se colocan billetes por valor de 50.000$ o superior. Un jugador en su turno lanza todos sus dados y deberá colocar un valor en el casino correspondiente, ubicando todos los dados coincidentes con dicho valor. Así hasta que todos se queden sin dados. Al final de la ronda, los billetes se reparten por mayoría: el primero para el jugador con más dados, el segundo para el segundo jugador con más dados, etc. Pero falta por indicar un detalle importante. Si dos o más jugadores tienen un mismo número de dados en un casino, estos son descartados. Partida entretenida, que comenzó un poco errática por lo abstracto del concepto de colocación pero, una vez comprendido, empezó una guerra furtiva por intentar evitar que los jugadores se llevasen billetes e intentar aprovechar resquicios para rascar algo. En la partida estábamos Víctor F., Víctor C. y Marta. En las dos primeras rondas Víctor C. y Marta se despegaron bastante, lo que provocó que Víctor F. y yo fuésemos a degüello contra ellos para intentar evitar que la brecha aumentase. Al final quedó todo más igualado de lo que podría haberse esperado. Resultado: Víctor C. ganador con 340.000$, segunda Marta con 320.000$, Víctor F. tercero con 260.000$ y yo último con 240.000$. Filler entretenido, que cuando comprendes la mecánica tiene un punto muy interesante. No lo he dicho arriba, pero a menos de cinco jugadores aparece un jugador fantasma que controlan entre todos los jugadores y que da muchísimo juego. El juego funciona muy bien con 4-5 jugadores. A pocos es algo sosete. Un Alea caja mediana que puede servir como aperitivo o intermedio en una sesión con títulos más pesados.

Los casinos no son lo mío
Los casinos no son lo mío

Por la tarde había quedado con Marta para darle el empujoncito final de entrada al mundillo. También se iba a apuntar su compañera de piso, Noe, pero a la hora que llegué aún no había vuelto, por lo que para hacer tiempo le saqué a Marta el Fungi. Un juego para dos de Brent Povis en el que nos metemos en la piel de dos expertos micólogos pegándose un paseíto por el bosque para recolectar y cocinar las mejores setas y conseguir así puntos de victoria. Un juego de familias con mecánica principal de gestión de la mano con ligero toque de gestión de recursos y un poco de memory. Como era de esperar, primera partida para el que más experiencia tiene. Esta vez probé el sistema en cuadrado para el bosque, mucho más fácil de mantener que la estándar (en fila). Yo me centré en intentar juntar dos buenas familias de setas. Tuve la suerte de poder tomar los Rebozuelos y cocinarlos con Sidra, lo que prácticamente me aseguraba la partida. Resultado final: yo 53 puntos por 36 de Marta. Un juego de familias similar a muchos otros en cuanto a concepto (como Jaipur), pero con la diferencia de ofrecer un buen número de familias y un sistema de gestión de la mano bastante interesante con el tema del bosque en descomposición y el no poder descartarse salvo para conseguir palos o comerse una amanita. Un muy buen juego para dos.

Experto micólogo
Experto micólogo

Con Noelia ya en la mesa, llegó el momento de sacar EL JUEGO. Como supondréis, estoy hablando de Agricola. La obra maestra de Uwe Rosenberg en la que cada jugador toma el control de una familia de granjeros intentando prosperar tras la peste. Un juego de colocación de trabajadores y gestión de recursos en el que habrá que intentar desarrollar lo mejor posible nuestra granja, ampliando la casa, arando campos, cercando pastos, pastoreando ganado y sembrando trigo y hortalizas. Todo ello sin dejar de ser previsores y tener suficientes reservas cuando llegue la cosecha y tengamos que alimentar a nuestros humildes granjeros. Jugamos en el modo familiar, que para una primera partida para jugadores no habituales ya supone un reto importante. Como era de prever, la partida me la llevé yo con claridad, aunque Noelia capto bastante bien la esencia del juego y desarrollo una granja bastante decente. Marta sin embargo tuvo problemas con la comida y tuvo, incluso, que mendigar un poco, lo que le destrozó la puntuación. Yo cometí un fallo garrafal que me impidió mejorar mi casa y haber anotado unos buenos puntos. Pero tampoco era plan de arrollar, que no iban a querer volver a jugar. Resultado final: yo 38 puntos, Noelia 26 y Marta 6. ¿Qué os voy a contar de mi juego favorito? Por un lado, es adorable. Ya lo hemos dicho infinidad de veces, pero es que tiene alma. Todas las acciones tienen sentido. El desarrollo de la granja es acorde. Y, sobre todo, los jugadores lo pasan mal (como los granjeros de la época) por intentar sacar adelante a su familia. Cada unidad de comida vale su peso en oro. Este juego es absolutamente imprescindible.

Buena partida de introducción
Buena partida de introducción

El sábado, con Sandra ya en casa, tocaba estrenar la última novedad de Devir, Cacao. Un título de Phil Walker-Harding en el que representamos al líder de una tribu experta en el cultivo del cacao. Se trata de un juego de colocación de losetas en el que cada jugador dispone de once losetas con cuatro trabajadores divididos entre los cuatro lados de la loseta. Sobre el tablero irán apareciendo losetas de selva. La colocación de las losetas permitirá activar estas y obtener sus beneficios tantas veces como trabajadores colinden con dichas losetas. Ante todo, como suele ser costumbre, jugamos mal porque a dos jugadores se deben dejar en la caja una serie de losetas de selva, y no lo hicimos, por lo que la parte final de la partida quedó algo descafeinada al no poder utilizar los templos para colocar losetas sobre otras ya colocadas. Obviando esta, la partida me la llevé yo principalmente por el avance en el rio en mi tribu, que me dio una ventaja suficiente como para contrarrestar los grandes beneficios que Sandra obtuvo con la venta de cacao. La lucha por los templos fue bastante igualada. Resultado final: yo 69 puntos por los 66 de Sandra. La verdad es que nos dejó un gran sabor de boca. Reglas muy sencillas y duración muy contenida, con solo 11 turnos por jugador. Pero cada colocación tiene su miga y hay que sopesar muy bien entre el beneficio actual y el beneficio futuro de las losetas de selva que están por aparecer. También se presta a contar losetas, ya que es fácil evaluar cuales aún tiene cada rival en su pila. Muy recomendable y gustará mucho a los amantes de los juegos de colocación de losetas.

Muy buen sabor de boca (inteligente juego de palabras)
Muy buen sabor de boca (inteligente juego de palabras)

El domingo tocaba estrenar copias de juegos recién adquiridos, aunque no era nuestra primera partida a ellos. Primero empezamos con un Stone Age. Un título de Bernd Brunnhofer (bajo el seudónimo de Michael Tummelhofer). Un juego de mezcla colocación de trabajadores con puntos de acción, set-collection y gestión de recursos con un puntito de azar introducido mediante dados. Partida definida por las cartas. Sandra potenció los bonus por herramientas y por reliquias, mientras que yo me centré en los bonus por edificios. Así que durante la partida intenté obtener el máximo número posible de edificios, llegando a acumular diez. Sin embargo, Sandra, sin tantos edificios, logró mantenerse en la pelea, para, posteriormente, adelantarme claramente mediante las bonificaciones ya comentadas. Tal vez me faltaron más trabajadores, ya que me quedé con siete. Resultado final: 237 puntos para Sandra por mis 210. Victoria inapelable. ¿Qué voy a contar de este grandioso juego? Un juego familiar que sirve perfectamente para introducir a jugadores primerizos en el mundo de la colocación de trabajadores y gestión de recursos antes de pasar a pesos pesados como Caylus o Agricola. Con unos componentes espectaculares. Imprescindible.

Me faltaron trabajadores
Me faltaron trabajadores

Después pasamos a Splendor, uno de los nominados al Kennerspiel des Jahres del año pasado. Diseñado por Marc André, se trata de una carrera por ser el primero en conseguir los quince (o más) puntos. Para ellos los jugadores irán adquiriendo gemas y, con ellas, comprando cartas que otorgan descuentos para adquirir nuevas cartas, además de puntos. Adicionalmente, existen unos nobles que funcionan como bonificaciones que se obtienen cuando se cumplen las condiciones exigidas. Si la derrota al Stone Age fue rotunda, lo del Splendor no tiene nombre. Pero, con mención especial a vilvoh, ahí van algunos calificativos de mi papelito: calamitoso, infausto, pavoroso, truculento o, incluso, tremebundo. Sandra se centró en los zafiros, lo que le permitió arrancar con fuerza e ir acumulando puntos poco a poco, mientras yo intentaba hacer acopio de todo tipo de descuentos para, al final, no pillar ninguna carta con puntos. Resultado final: 15 a 0. A pesar del desastre, Splendor es un gran juego, con una buena producción y unas señoras fichas para las gemas que te mantendrán jugueteando con ellas durante toda la partida. Y con un ritmo magnifico. Muy recomendable para echar un buen rato, y con tantas cartas sobre la mesa para elegir impide jugarlo en automático demasiado pronto.

Ni me enteré
Ni me enteré

Para cerrar la semana, un clásico de nuestra mesa, Noah. Un juego de cartas  diseñado por Bruno Cathala y Ludovic Maublanc en el que tendremos que ir creando series de animales según su género (alternado o del mismo) cumpliendo una restricción de peso máximo. Se juegan tres rondas en las que intentaremos quedarnos sin cartas. Los jugadores van anotando los puntos correspondientes a la tristeza que le provoca a Noé el no haber podido salvar a esos animales. Como viene siendo habitual cada vez que lo sacamos, partida tensa, con grandes vuelcos en el último momento. Emocionante. Las dos primeras rondas me las llevé yo claramente, aunque Sandra solo anotó seis lágrimas. Esto me hizo acordarme de la última partida, con situación exacta, en la que tire por la borda una ventaja de seis puntos para acabar perdiendo. Y tal y como comenzó desarrollándose esta tercera ronda, parecía que la historia iba a repetirse. De hecho, lo que parecía que iba a ser mi jugada supuso un punto de inflexión. Me la jugué a que esa última carta de Sandra no era una hembra, ya que si lo hubiese sido, habría anotado 8 lágrimas y perdido. Sin embargo, tuvo que tomar todos los animales y vuelta a empezar. Finalmente ella se llevó la ronda, pero, por suerte para mí, logré limpiar mi mano y al final solo anoté tres lágrimas, llevándome la partida por 3 lágrimas de diferencia. Uno de los fillers que más nos gusta, que a dos/tres jugadores tiene un tempo y unas decisiones muy interesante (a cuatro/cinco es mas caótico). Es cierto que el aspecto infantiloide puede engañar, pero es un juego muy apañado al que nunca le digo que no a una partida.

Casi se repite la misma historia
Casi se repite la misma historia

Y con esto finaliza otra buena semana. Muchas partidas, con vuelta a la mesa de mi querido Agricola y estrenos como Cacao. ¡Ahora a por una nueva semana!

9 comentarios

  1. Hola. Las fotos del Stone Age y del Splendor están intercambiadas.

    Magnífico blog, no me pierdo ni una entrada. Gracias por el esfuerzo.

  2. Vaya súper semana!
    Yo 0 partidas, sigo en mi ritmo: ouuhh yeeaahhh
    Qin es una joya. Juego que no tiene el reconocimiento que merece, por ser de Knizia. Es más, he leído a mucha gente calificándolo de filler, cuando ni de coña lo es.
    A Las Vegas me encantaría jugar. Estuve a puntito de comprarlo en su día. Los juegos del crack Dorn siempre los investigo. Súper autor.
    Y me pones los dientes más largos (aún) con el Cacao, que sé desde hace unos días que me lo compraré sí o sí, tras hablar con un colega por tlf y contarme por encima cómo iba el juego. Además, a mí el loseteo me pirra xD

    Saludos! y que no decaiga ese ritmo 😉

    1. Men, tienes que animarme el cotarro. ¡No puede ser que te me quedes sin jugar! Yo también creo que el Cacao iba a gustarte mucho, pero cuidado con el hype!!!

      Saludos crack!

  3. Buena semana!!

    A mi el The Island, me funciona muy bien con la gente no jugona, yo le meti unos meeples que tenia por ahi por si quieren jugar 5 o 6 personas y luego utilizo las ballenas como si fuesen los calamares gigantes.
    Otro que tambien triunfa con primerizos el Stone age, perfecto para intentar meter en el mundillo de los eurogames.

    Y lo del 15-0 del Splendor , me parece muy dificil !! Veias que Sandra hacia puntos y puntos y se acercaba a 15 y no podias hacer ningun punto??
    A mi me gusta mucho, es perfecto para sacarlo en cualquier momento y hecharte un par de partidas rapidas.l Cac

    El Cacao tiene buena pinta, parece un juego sencillo bastante entretenido.

    Un saludo , y un placer leer tus cronicas jugonas !!

    1. Lo del Splendor fue una alineación de astros. Quise hacer acopio de gemas para centrarme en los nobles, pero cuando quise reaccionar, Sandra finiquitó la partida. 🙁

  4. Que pechá de partidas madre mía. Todas a juegos que me gustan excepto carcassonne que nunca me llegó a calar del todo. Por cierto, prueba la variante a 2 jugadores de las vegas de Rudinger Dorn que está bastante bien.

  5. Ya me estais mosqueando con el Cacao, estoy oficialmente hypeado. Me encantan los colocacion de losetas, y este tiene muy buena pintica.
    un saludete

    1. Es un juego majo. Su mayor problema probablemente sea la rejugabilidad. Pero es ideal para sacarlo con gente de todo tipo. Tiene su chicha pero también es muy asequible.

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