Crónicas Jugonas: Semana 39 del 2014 (22/09 – 28/09)

Buena semana con muchas y variadas partidas. Voy a tomar nota de una sugerencia que me hicieron la semana pasada. Siempre voy a hacer un breve comentario sobre el juego, de forma que cada crónica quede algo más completa y los que no conozcan el juego se puedan hacer una idea de que va. Vamos al lío.

Empezamos el martes con nuestra segunda partida al Praetor, esta vez jugando correctamente (en la primera partida se nos pasó el uso de la experiencia de los trabajadores para tomar recursos en las losetas, a excepción de las minas). Para aquellos que no lo conozcáis, Praetor es un juego en el que los jugadores adoptan el papel de arquitectos erigiendo Roma. Un juego que mezcla colocación de trabajadores y gestión de recursos con colocación de losetas, añadiéndole un pequeño giro de tuerca con el tema de la experiencia de los trabajadores, que les permite ejecutar las acciones de forma más potente. La partida estuvo mucho más disputada. Hubo un momento en el que Sandra se destacó gracias a las losetas de muro, ya que le dejé tomarla tres veces. Viendo que podía convertirse en una sangría, decidí entrar al trapo. Por otro lado, volví a centrarme en la misma estrategia que me dio la primera partida: construir e ir a la loseta que me da puntos por mi nivel de moral, habiéndola subido hasta el máximo previamente. Esto me permitió darle la vuelta al marcador y distanciarme. Llegamos al final de la partida casi empatados, pero la falta de monedas le supusieron a Sandra un bajón moral importante, lo que se tradujo en una separación en el resultado mayor: 135 a 127.

Partida mucho mas ajustada que la anterior
Partida mucho mas ajustada que la anterior

El miércoles tuvimos la oportunidad de jugar a Ars Universalis. Los chicos de Meridiano 6 me hicieron llegar una copia de su prototipo que esta semana intentará buscar financiación mediante una campaña de crowdfunding a través de Verkami. Desde aquí les deseamos mucha suerte. Respecto a la partida. En Ars Universalis los jugadores se convierten en una familia de mecenas que intentan convertirse en la más prestigiosa de toda la historia financiando a los más famosos artistas y científicos para que puedan completar sus obras. Un juego cuya mecánica principal es la resolución de puzles, aderezado con subastas y pujas. Esta primera fue a dos jugadores, en la que la fase de subasta de artistas se sustituye por un «lo tomas o lo dejas», de forma que cada jugador tiene opción de llevarse un artista. La partida pintaba genial, hasta que se dio una pequeña alineación de astros que nos dejó con mal sabor de boca. A dos jugadores la partida avanzaba a un ritmo endiablado, sobre todo si los jugadores adquieren artistas multidisciplinares, de forma que las edades pasan volando. En esto que Sandra se quedó con dos de estos artistas multidisciplinares colgados (y las obras de artistas desfasados otorgan la mitad de puntos y monedas), de forma que cuando llegamos a la edad contemporánea se dio la circunstancia de que no tenía suficiente dinero para poder contratar nuevos artistas, y con los recursos que tenía no podía completar ni siquiera una obra desfasada. Mientras tanto, yo iba a obra completada por turno, de forma que la partida me la acabé llevando yo por una gran diferencia: 81 a 42. Tal vez habría que añadir algo para que los jugadores que se queden trabados puedan progresar algo en el siguiente turno.

A dos nos dejó un poco fríos
A dos nos dejó un poco fríos

El viernes tocaba sesión lúdica de categoría en casa de José Luis y Silvia. Empezamos con otro estreno en la semana, el famoso Tinners’ Trail del gran Martin Wallace. Tras el éxito rotundo en el grupo de Brass, le teníamos ganas a otro de esos juegos económicos centrados en la extracción de recursos (aunque este es mucho más ligero). Un juego en el que nos convertiremos en empresarios mineros buscando hacer fortuna. Un juego económico de subastas y gestión de recursos con un proceso muy intuitivo: gastamos capital en infraestructuras, extraemos recursos, los vendemos, y con los beneficios invertimos. Todo perfectamente encajado temáticamente. Hablemos de la partida. Como siempre suele ocurrirme en este tipo de juegos económicos, intento centrarme en lo que veo en el tablero más que en hacer números, y tardo en adaptarme a las mecánicas básicas, de forma que en los primeros turnos suelo quedarme atrás y luego me cuesta remontar. Exactamente lo que me volvió a ocurrir. Malas elecciones a la hora de edificar mis minas, un puntito de mala suerte a la hora de fluctuar los valores de venta de los recursos y el resto lo podéis suponer. La partida estuvo muy disputada entre Sandra, José Luis y Silvia, siendo esta última la tapada, que parecía que andaba igual de perdida que yo, pero al final dio la sorpresa y se llevó la victoria. Resultado final: Silvia vencedora con 131 puntos, José Luis segundo con 126, Sandra tercera con 113 y yo último, a años luz, con 86. Prometo ser mucho más analítico en mi próxima partida.

¡Más madera!
¡Más madera!

A continuación, para liberar un poco la tensión mental acumulada, sacamos uno de los fillers más molones que he probado nunca, Las Vegas, de nuestro querido Rüdiger Dorn. En Las Vegas somos expertos jugadores que apostarán fuerte en los distintos casinos para ser los que más fortuna amasen al final de la partida. Un juego de apuestas con dados, con una curiosa mecánica. En cada tirada tendremos que colocar un valor concreto en uno de los casinos (cada uno admite dados de un determinado valor). Las ganancias se las llevarán los jugadores que más dados hayan metido en cada casino. Pero cuidado, aquellos jugadores que empaten en número de dados no se llevaran nada. Superdivertido. La partida fue sorprendente, ya que José Luis no suele ser un hombre afortunado cuando hay dados de por medio, y Silvia es la cara opuesta. Sin embargo, en la partida ocurrió justo lo contrario. A José Luis le salían los valores adecuados a sus intereses, mientras que Silvia no daba pie con bola. Hubo una buena disputa entre José Luis y yo, pero en la última ronda quise diversificar demasiado, y al final apenas tuve ganancias, llevándose la partida José Luis con bastante claridad. De hecho, casi me adelanta Sandra. Resultado final: José Luis vencedor con 430.000 $, yo segundo con 300.000 $, Sandra tercera con 280.000 $ y Silvia ultima con 110.000 $.

Quien mucho abarca...
Quien mucho abarca…

Era turno de ver en mesa uno de los últimos Print&Play que José Luis se ha fabricado. En esta ocasión era el turno de San Marco, uno de los grandes títulos del celebérrimo Alan R. Moon, junto a Aaron Weissblum. Un juego de mayorías con una curiosa mecánica de reparto de acciones en las que, en cada turno, se roban 8 cartas que hay que dividir en dos grupos. Otro de los jugadores será el que elija el grupo que más le convenga, mientras que el que formó los grupos tendrá que quedarse con el que descartó el segundo jugador. Como suele ser habitual en los juegos de mayorías, el caos aumenta proporcionalmente al número de jugadores. La partida estuvo muy caliente. Más de lo habitual. Es lo que tienen los juegos sesudos con tanta interacción. En un momento dado, Sandra tenía una carta de permuta de fichas, y decidió cambiar una ficha mía por una suya, cuando yo le advertí que lo más conveniente para ella y para todos es que hiciese dicha permuta con una ficha de Silvia. Pero como no me hizo caso, entré en cólera, y utilice mi carta de expulsión sobre San Marco, donde tenía una amplia representación de fichas. Y me salió un 6. Menudo escarnio. Y menudo cabreo. Nos llevamos toda la partida de morros, aunque fui a disculparme por mi ataque de ira descontrolada. Aunque razón tenía. Y es que Silvia se había despegado bastantes puntos de nosotros. Menos mal que pude lograr reducir la ventaja. De hecho, la remontada casi fue épica, si no fuese por un último movimiento de Silvia que le permitió anotar un par de puntos que le dieron la partida. Resultado final: Silvia vencedora con 51 puntos, José Luis segundo con 49 puntos, los mismos que yo, pero el con más representantes en San Marco. Última quedó Sandra con 44.

El juego de las hostilidades
El juego de las hostilidades

Para relajar los ánimos, nos pusimos culturetas. Saque por segunda vez esta semana el Ars Universalis, esta vez con la intención de probarlo a cuatro y ver que tal funcionaba el tema de la subasta. La verdad es que el juego, por un lado, gana bastante, porque la partida tiene más enjundia, pero por otro se hace algo más pesada, porque es prácticamente imposible controlar lo que hacen los demás, y acaba siendo un multisolitario de completar puzles. La partida no tuvo mucha historia. En esta ocasión, los multidisciplinares le dieron a Sandra la victoria. Fue la única que pudo hacerse con algunos, y logró completarlos, por lo que se disparó en el marcador al lograr anotar ciertas bonificaciones. Yo iba medianamente bien, pero al final me adelantó hasta el apuntador. Resultado final: Sandra vencedora con 78 puntos, segunda Silvia con 64, tercero José Luis con 63 y yo último con 61.

Mucho mas interesante a cuatro, pero también mucho mas solitario
Mucho mas interesante a cuatro, pero también mucho mas solitario

Tras esto, sacamos uno de los juegos del momento en el panorama lúdico nacional e internacional. El famoso Camel Up, un juego de carreras de camellos en el que haremos apuestas parciales y finales sobre las mismas, en el que destaca un elemento sobreproducido, la pirámide, que simplemente sirve para sacar los dados. Pero a todos nos gusta darle la vuelta y pulsar la palanquita. Como el juego es bastante sencillo y familiar, Nico también se apuntó a la fiesta. La partida no tuvo mucha historia, sobre todo porque Nico se convirtió en fan número uno de sacar dados de la pirámide, de forma que las rondas avanzaban a toda pastilla. Además, José Luis era el jugador que iba justo antes que él, de forma que cuando le volvía a tocar, todos los beneficios de la información proporcionada por ese nuevo dado ya no le servía de nada. Y como Nico solo se limitaba a ir a la pirámide, ya os podéis imaginar quienes quedaron los dos últimos. Resultado final: Silvia vencedora con 32 monedas, Sandra segunda con 26, yo tercero con 24, Nico cuarto con 15 y último José Luis con 14.

El componente estrella
El componente estrella

Para cerrar la sesión, un poquito de tensión y habilidad. Sacamos el Jungle Speed: Rabbids. Un juego de habilidad en el que tendremos que deshacernos de todas las cartas de un mazo inicial mostrándolas de una en una. Independientemente del color, cada vez que una carta recién revelada coincide con la de otro jugador, ocurre un duelo, en el que ambos deben intentar atrapar un tótem colocado en el centro de la mesa. El que lo consiga, pasará todo su descarte al otro jugador. Además, en esta versión está el Rabbid, que podrán intentar coger todos los jugadores. El que lo consiga pasará una carta directamente a otro jugador de su elección. La partida fue superdivertida, sobre todo por las cartas de acción chorra de esta versión. José Luis y yo fuimos los que mejor íbamos, mientras que Silvia comenzaba a poder esconderse tras el mazo que se le iba formando. Pero en un momento dado a mí me pegó el bajón y no pude aguantar el ritmo de José Luis, que finalmente se llevó la partida.

Entré en reserva y se me acabó la gasolina
Entré en reserva y se me acabó la gasolina

El domingo amaneció lluvioso en Gijón. Que mejor excusa para quedarse en casa y echar algunas partidillas. El día de antes, dando uno de nuestros paseos típicos por centros comerciales, tuve la oportunidad de conseguir un Aviador Loco de estos que están de saldo en los Alcampo. Tras montarlo, que mejor manera de comprobar si funciona que echando un par de partidillas. En el Aviador Loco somos los dueños de un corral y tendremos que evitar que el aviador desplume a nuestras pequeñas. Para ello hacemos uso de una pequeña palanca situada justo delante del corral para poder hacer remontar el vuelo al aviador y, de paso, intentar que aterrice directamente en el corral de nuestro vecino. Los juegos de habilidad suelen dárseme muy bien, mientras que Sandra suele tardar algo más en cogerle el truco. Y como una partida al Aviador Loco dura muy poco, pues no tuvo tiempo para ello. Me llevé las dos partidas que echamos, la primera de forma muy clara, y la segunda algo más disputada. A cuatro tiene que ser un desfase muy divertido.

Vuela amigo, vuela alto...
Vuela amigo, vuela alto…

Después, para recuperar la compostura, otro estreno más (empiezan a quedarme pocos juegos sin partidas, hay que comprar): Un Mundo Sin Fin, que llevaba en la estantería desde aquella ofertaza del Poly. Tras leernos las reglas nos pusimos a convivir con los habitantes de Kingsbridge. En Un Mundo Sin Fin tomamos el papel de comerciantes intentando ganar el máximo prestigio posible. Un juego de gestión de recursos y gestión de cartas. La partida se divide en cuatro periodos de 6 fases cada una. En cada una de estas fases jugaremos una de nuestras 12 cartas y descartaremos otra, que no podremos volver a usar hasta el siguiente periodo. Construir edificios, ayudar a los leprosos o comerciar con lana y paño serán alguna de las tareas que realizaremos, todo ello mientras mantenemos nuestra piedad intacta, alimentamos a nuestros trabajadores y pagamos los tributos correspondientes. Pero cuidado, los eventos pueden trastocar nuestra estrategia. La verdad es que el juego me gustó bastante. Muchas cosas por hacer y la sensación constante de que no se puede ir a todo. Hay que saber elegir muy bien para intentar destacar. Aun así, el juego está magníficamente equilibrado. Sandra y yo nos mantuvimos en pugna hasta casi el final, donde la partida se decidió gracias a que yo había hecho acopio de dinero, y pude distanciarme. Si no llega a ser por eso, no sé qué habría ocurrido. Resultado final: 53 a 43,5. Tiene pinta de que a cuatro jugadores es aún más estresante. Hay que probarlo.

Menzel es el amo. ¡Qué preciosidad!
Menzel es el amo. ¡Qué preciosidad!

Y para cerrar la semana, un clásico. Un Carcassonne, aderezado con Posadas y Catedrales y Círculos en las Cosechas, una de las miniexpansiones que más me ha llamado la atención, ya que permite añadir o quitar meeples de una forma alternativa. Solo que esta miniexpansión a dos jugadores no luce tanto. Para aquellos pocos que no conozcáis Carcassonne, es un juego de colocación de losetas y control de áreas en el que iremos formando Carcasona colocando losetas que contendrán castillos, caminos o claustros. Hay que colocar las losetas de forma coherente. En ellas iremos colocando unos meeples que nos otorgaran puntos cuando la estructura sobre la que se ha colocado se complete. Un clásico. La partida estuvo bastante reñida, ya que desde el principio forzamos a que solo hubiese un pasto principal en el que acabaron erigiéndose 12 castillos. Como he dicho, la expansión de los círculos es muy interesante, pero cuando la partida es a dos jugadores, lo normal es que estos estén pugnando por las mismas estructuras, de forma que añadir o quitar meeples de ellos no supone gran cosa, ya que la diferencia sigue siendo la misma. Y ese superpasto se lo iba a llevar Sandra, así que me dedique a intentar abrir el mayor hueco posible para poder aguantar el subidón que iba a suponer la puntuación final para Sandra. Y lo conseguí. Monté suficientes castillos y claustros para no ser adelantado. Resultado final: 156 a 155. Por un pelo.

Justo antes del recuento final
Justo antes del recuento final

Y con esto termina la semana. Esperemos mantener la buena racha de partidas en esta que entra. Y la siguiente, ¡Córdoba!

12 comentarios

  1. Me gustó mucho el Tinners trail (a partir de ahora "el de las empanadas"), aunque sigo refiriendo el Brass.
    La partida al San Marco, casi nos cuesta una separación y un divorcio, pero mereció la pena. A mi me gustan mucho los juegos en los que se puede fastidiar y hacer daño, jeje. Por eso mi juego favorito es el Dominant Species. San Marco es un mini-dominant, muchísima interacción, puteo y caos controlable (o al menos hay que intentar controlarlo).
    Que yo gane a un juego de dados… es raro. Tal vez fue porque el juego jugó por mí. Todas mis tiradas tenían una clara jugada óptima.
    Anda que… el juego del avioncito… vaya tela. Adultos hechos y derechos jugando a eso… (no te olvides de traerlo el próximo día)

    1. Oh Dios Mio! Es cierto. Lleva mucho tiempo metido en mi cabeza que es de Kramer. Vaya fail mas gordo. Lo corrijo ahora mismo. Muchas gracias!!

  2. Buenas:

    ¡Gracias por las partidas y por los comentarios!

    Al respecto de lo que comentas, vamos a poner una regla para evitar alineaciones de astros y que nadie se pueda quedar colgado 😉 Y con respecto a lo de estar atento a lo que hacen los demás, muchas veces centrándote en el tablero sabes por qué va a intentar tirar cada uno, pero claro, cada partida es un mundo.

    ¡Un saludo!

    1. De nada Antonio! Y cuando me refiero a lo de estar pendientes, yo creo que la gente suele tirar mas a por Artistas que les sea "mas facil" completar (al menos en las primeras partidas), que centrarse en intentar coger Artistas que, potencialmente, puedan darles mas puntos mediante los bonus. A medida que se le pille el truco al juego entrarán en liza estos factores!

      Un saludo y gracias por comentar!

  3. Me gusta bastante el Tinner's Trail pero me chirría mucho el tema de los puntos. Si fallas en la primera ronda o hay algun jugador con más experiencia que el resto y se desmarca en la primera ronda luego es muy complicado (por no decir imposible) volver a pillarlo.
    Creo que hay alguna modificación para minimizar este factor.

    1. Hombre, también es cierto que en la primera ronda, conseguir muchas ganancias es porque los demás le han dejado hacerse rico. Tienen que existir los juegos en los que los errores se paguen. Y mas cuando la partida tiene tan poca duración.

      Pero consultaré a ver que tal esas modificaciones! Gracias!!!

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