Primeras Impresiones: Tobago

Como leísteis en las crónicas, hace algunas semanas tuvimos la oportunidad de probar en casa de unos colegas este Tobago. El juego de Bruce Allen, con una producción de lujo, nos invita a formar parte de una expedición en busca de varios tesoros enterrados en la isla (y no la de Lost, aunque casi). Para ello cooperaremos entre todos para descifrar la ubicación exacta de cada uno de ellos. En nuestro turno podremos movernos por el terreno o jugar una carta de pista, la cual reduce el número de casillas en las que puede ubicarse un determinado tesoro. Cada vez que aportemos una pista, tendremos derecho a una parte del tesoro correspondiente. Cuantas más aportemos, mayor será nuestra recompensa. Pero cuidado, hay tesoros malditos que darán al traste con todo nuestro trabajo.

Portada de Tobago, fiel reflejo de lo que contiene la caja
Portada de Tobago, fiel reflejo de lo que contiene la caja

Dispondremos de un tablero formado por tres piezas (cada una de estas con dos caras, y combinables de diversas formas), con casillas hexagonales con un determinado tipo de terreno. Sobre ellas, además de nuestro flamante 4×4, habrá ciertos elementos como Estatuas, Palmeras y Chozas. Todos estos elementos se utilizarán para dar las pistas, que serán del tipo «el tesoro se encuentra en este tipo de terreno» o «el tesoro se encuentra adyacente a este elemento». Estas pistas vendrán determinadas por las cartas que tenemos en la mano. En nuestro turno podremos hacer una de estas acciones:

  • Dar una pista sobre uno de los tesoros, jugando una de estas cartas y reduciendo el número de casillas en las que uno de los cuatro tesoros puede encontrarse.
  • Mover nuestro 4×4 por el terreno (un máximo de tres tramos, que son casillas de un mismo tipo de terreno adyacentes).
  • Descartarnos de nuestra mano de pistas y robar el mismo número de cartas

Además, a medida que se vayan descubriendo tesoros irán apareciendo por la isla una serie de amuletos, que, básicamente, nos proporcionarán una acción extra cuando decidamos gastarlo. No se consideran acción la recolección de tesoros y amuletos o los usos de estos últimos.

Finalmente, cuando un tesoro es descubierto por alguno de los jugadores, se robarán tantas cartas de tesoro como pistas fueron necesarias para encontrarlo más una. Se entregará a cada jugador que haya participado en la búsqueda tantas cartas como pistas haya aportado, y otra al que descubrió el tesoro. La miran en secreto y la devuelven. Se barajan y se van ofertando, empezando por el que encontró el tesoro hasta el que ofreció la primera pista. Los jugadores pueden pasar o quedarse con la carta (perdiendo esa posición para quedarse con cartas). Aquí es donde entra el faroleo, pues hay cartas de maldición que, una vez reveladas, eliminarán el resto de las cartas que quedan por entregar, quedándose los jugadores que aún no han tomado tesoros sin ellos.

Las cartas de tesoros tienen un determinado valor según el número de monedas que aparecen dibujadas (de dos a seis). De ahí el faroleo. Si un jugador que tiene varias pistas entregadas en un tesoro, a las primeras de cambio se queda con una carta baja puede dar a entender al resto de jugadores que hay una carta de maldición, así que mariquita el último antes de que aparezca. Pero puede que sea mentira, y así obligar a descartarse a los rivales por tesoros menores a sabiendas de que entre las cartas hay algunas mas suculentas.

Espectacular despliegue ¡Las estatuas son lo más!
Espectacular despliegue ¡Las estatuas son lo más!

La verdad es que el concepto de juego es bastante llamativo. Cooperamos entre todos para encontrar un tesoro, pero es una cooperación forzosa. Si por nosotros fuese, lo descubriríamos solos, pero el juego nos obliga a colaborar entre todos. De todos modos, el método para encontrar el tesoro es lo que más me ha llamado la atención. Los tesoros no se encuentran en una ubicación predeterminada, sino que seremos nosotros, con las pistas que vayamos aportando, quienes decidamos la ubicación exacta del tesoro. Aquí habrá que andar con ojo, pues el que llegue primero a dicha ubicación tendrá derecho a otra parte del tesoro. Y ese es otro de los momentos más interesantes de la partida: el reparto del botín. Un momento donde la suerte, las caras de póker y las mentiras se encuentran.

Nos pareció un juego bastante curioso. Sin ser nada del otro mundo, la mecánica original de la «inducción» del tesoro (en vez de la búsqueda) le da bastantes puntos. Ahí está en mi lista de deseos… como se ponga a tiro… No respondo de mí. Aunque de momento intentaré controlarme. Tengo la sensación de que es un juego que el paso de las partidas puede convertirlo en algo monótono, aunque las distintas combinaciones de los tableros, colocación inicial de los jugadores y el azar de las cartas puedan deparar partidas muy distintas. Aunque ya solo por la soberbia producción merecería la pena.

9 comentarios

  1. Yo lo pille en un cholloamazon por 19 €, por ese precio es irrechazable. Es cierto que no es para jugarlo todos los dias pero sacarlo de vez en cuando da muy buenos resultados y con no jugones triunfas.

    1. Esa es la impresión que me dio. Solo lo he jugado una vez, y nos dejó buen sabor de boca, pero tampoco como para abusar de él. Un euro de nivel medio con ciertas mecánicas llamativas 😛

      P.D.: a ese precio, irrechazable! Gracias por pasarte!

  2. Es un juego muy muy bonito, con unos materiales muy cuidado y con una mecanica curiosa, a mi me recuerdo esos juegos de mesa que se hacian, además es asequible para to el mundo porque las reglas son facilitas facilitas, y tampoco se alarga en exceso, buen juego.

    1. Si, creo que como mas luce es a 4. A dos puede ser un poco rollo, sobre todo porque en los tesoros van a participar ambos, así que casi van a saber todas las cartas que hay. Si no se es coleccionista y el número habitual va a ser dos, no es una compra a considerar.

      Gracias por pasaros!!!

    2. A dos no lo veo para nada, pero a cuatro es un juego la mar de majo, incluso a tres es perfectamente jugable, pero sin duda, como más brilla es a cuatro.

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