Crónicas Jugonas: Semana 8 del 2014 (17/02 – 23/02)

Estamos de enhorabuena. Se nos ha dado una semana intensa, con muchas partidas y muy variadas. Vamos a ello que hay mucho de lo que hablar.

El martes sacamos el Tuareg, al que solo le habíamos echado una partida y teníamos la mecánica un poco oxidada. De hecho jugamos mal, porque mantuvimos al asaltante en las esquinas, cuando tras cada asalto este debe avanzar inmediatamente, por lo que parecía que la partida iba a alargarse. Pero no. Sandra la finiquito precisamente en la ronda número doce. Yo empecé colocando cartas de pozo, llenando incluso la fila, para luego proseguir con cartas de camello. Pero de repente, un par de rondas me atasque haciendo acopio de mercancías, y Sandra me tomó la delantera, consiguiendo varias cartas de tribu en rondas consecutivas. En el recuento final, yo tenía más puntos de victoria acumulados, pero me faltaban 3 cartas para completar mi matriz, mientras que Sandra tenía todas. Resultado final: 32 a 25. Y 7 puntos en este juego son muchos. Se notó que tenemos pocas partidas encima. Apenas hubo bloqueos y poca mala baba. Tenemos que darle más caña porque es un juego genial.

Fui vapuleado vilmente
Fui vapuleado vilmente

El miércoles sacamos el Bora Bora, que hacía tiempo que no lo jugábamos. De hecho, también andábamos un poco oxidados, lo que se notó sobre todo en la primera ronda. Pero un rápido vistazo a las normas y todo recordado. Como novedad, esta era la primera vez que íbamos a jugar con la miniexpansión de los dioses naranja que pille por la BGG. Para los que no la conozcáis, cuando al lanzar los dados se sacan dos valores iguales se toma una loseta dios naranja de la reserva, y si se sacan tres valores iguales, se toman dos losetas de dios. Una loseta de dios naranja permite cambiar el valor de un dado sumándole o restándole uno (como las losetas de trabajador en el The Castles of Burgundy, pero del 6 no se pasa al 1 ni viceversa). Bueno, volvamos a la partida. Yo, como siempre, intenté centrarme en hacer una partida lo más regular posible, sin descuidar ningún aspecto. Mis objetivos iniciales me orientaban a conseguir losetas de hombre y mujer. En cambio, a Sandra le tocaron muchas losetas de cartas de Dios, por lo que tuvo que gastar mucho tiempo en conseguir las combinaciones adecuadas, descuidando las losetas de trabajador. De hecho, no consiguió ninguna de mujer, lo que fue fatal para el desarrollo de su partida, porque contó con 6 acciones menos que yo. Durante la partida Sandra siempre fue en torno a 10 puntos por delante, pero yo fui sembrando y sembrando. Gracias a un buen conjunto de losetas de hombres y mujeres fue expandiéndome, consiguiendo materiales y conchas. Al final de la partida recogí los frutos de mi trabajo. Tuve seis losetas de joyería, tuve relleno mi espacio ceremonial (aunque solo con materiales), me llevé casi todos los puntos de los peces en prácticamente todas las regiones, y logré cumplir mis 9 losetas de objetivos. Sandra no obtuvo ningún bonus, ya que ni siquiera pudo cumplir sus nueve losetas de objetivo. Resultado final: victoria para mí por 169 a 124.

Una gran partida de los verdes
Una gran partida de los verdes

El sábado por la mañana vino Adriano con ganas de guerra (literalmente). Se trajo el Hannibal: Rome Vs. Carthago. Tengo que decir que es mi primera experiencia con un WarGame serio. Yo jugué con Roma y Adriano con Cartago. Las primeras rondas me sentí sobrepasado. Demasiados conceptos, sensación de no controlar nada. A medida que fue avanzando la partida me fui sintiendo más cómodo y jugando con algo más de cabeza (pero no mucha). Así por narrar un poco, me lancé a lo loco a atacar a los cartagineses en el norte de África a las primeras de cambio, dándome la primera en la frente. Mi cónsul murió junto a todo su ejército, y perdí el apoyo de gran cantidad de regiones. Empecé a recuperarme pero el empuje cartaginés fue impresionante. Me dejó en cuadro. Aunque cuando más negro estaba todo, gané una batalla épica cerca de Lucania, en la que todo estaba en contra de mí, con una diferencia de muchas cartas en la batalla. Pero dio la casualidad de que mi combinación de movimientos fue la idónea, ya que Adriano no pudo contrarrestarla. Entonces me vine arriba, recuperé el control de prácticamente toda Italia. Pero el ansia me pudo. Estaba Hannibal ahí, al alcance de mi mano, en Italia, solo con su ejército y yo con tres cónsules cerca. Una batalla épica en los Alpes suizos lo decidió todo. Tras muchas rondas de combate, una carta derrotó al noble Escipión el africano. Esto produjo una gran bajada del apoyo a la causa romana. En plena decadencia, Hannibal aprovecho, y tras una cruenta batalla en Samnium, perdí los pocos apoyos que me quedaban, finalizando la partida con victoria cartaginesa.

Y la historia cambió...
Y la historia cambió…

Ya por la tarde fuimos a casa de José Luis y Silvia a disfrutar de una buena sesión de juegos. Empezamos con el juego más adorable de Vlaada Chvatil: Dungeon Petz. Tras explicarles las normas comenzamos a jugar. Esta vez decidí que me iba a tomar las cosas con calma. Iba a intentar asegurar las acciones que consideraba necesarias en cada ronda y, si me quedaban diablitos y opciones, intentar pescar lo que se pudiese. Pero nada de agobiarme demasiado. Nunca llegué a tener más de dos mascotas simultáneas, lo que probablemente fuese mi mayor lastre. Tal vez tendría que haberme centrado en intentar optimizar al máximo los puntos que estas pocas mascotas iban a otorgarme. Más o menos durante toda la partida fui a un ritmo aceptable, pero en las dos últimas rondas no hice acciones muy provechosas y, sobre todo, me quedé sin mascotas (tendría que haberlas aguantado hasta el final). Consecuencia: la gente empezó a adelantarme y a distanciarse. Tanto es así que al final quedé último, siendo la victoria para Silvia, a la que le encantó el juego. Puntuaciones: Silvia 57,5, José Luis 50, Sandra 44,5 y yo con 44.

Pocas mascotas y mal gestionadas
Pocas mascotas y mal gestionadas

Después José nos sacó otro de los grandes juegos del Dr. Knizia, el Genial. Tras explicarnos las reglas de este vistoso juego abstracto, comenzamos a jugar. La partida estuvo muy igualada en todo momento, con el peor color más o menos en la misma puntuación. Por mi parte falle en las verdes. No hubo nunca ningún filón al que pudiese adherirme, y cuando quise reaccionar, ya era tarde y no quedaba espacio para nada. La ganadora fue Sandra (con el verde y el morado en 11), quedando yo en segunda posición (con el verde en 9) y José (amarillo en 8) y Silvia (verde en 8) empatados, aunque José por delante por el segundo peor color.

Me encantan los abstractos preciosos como éste
Me encantan los abstractos preciosos como éste

Después José nos sacó el Marrakech, un juego que sin tener unas altas pretensiones, la verdad es que nos deparo unos grandes momentos  Sobre todo por la mala suerte que tuvo José, que el pobre siempre caía en mis dominios textiles, abonándome cuantiosas sumas. De hecho, gracias a él me alzaría con la victoria, ya que al final Sandra y yo quedamos empatados, pero yo tenía más dinero, que hacia el desempate.

Mira que cómodo está encima de tanta alfombra
Mira que cómodo está encima de tanta alfombra

Para rematar la sesión, sacamos el Félix, El Gato Encerrado. Tras explicar las normas comenzamos a jugar. Hubo tres grandes momentos. Uno en el que, comenzando yo y terminando Sandra, cada carta que se iba descubriendo era un gato de los buenos, y Sandra apostó más que nadie y se llevó un saco de más de 30 puntos. El siguiente fue otra ronda que yo comenzaba primero, puje, y de repente todo el mundo se tiró del barco y me lleve un saco lleno de gatos negativos. Por último, una ronda en la que se quedaron José y Silvia, ofreciendo el oro y el moro, para que al final se lo llevase Silvia, que tenía un perro grande escondido que dejó el saco casi en nada. Al final, Sandra vencedora con 49 puntos, Silvia segunda con 46, José tercero con 31 (practicamente todo en ratones) y yo último con unos irrisorios 10 puntos.

Un desastre de partida
Un desastre de partida

Y para acabar la semana, Ishtar y Juan se vinieron a casa. Ishtar se trajo su magnífico Crokinole, al que teníamos muchas ganas de jugar. Jugamos tres partidas, con todas las combinaciones de parejas posibles. Y en todas ganó la pareja en la que la dueña del soberbio tablero era componente. La verdad es que es una maravilla. El mejor juego de habilidad al que he jugado hasta ahora. Destacable la última ronda, en la que Juan e Ishtar hicieron directamente 135 puntos. Fue humillante. Eso si, mi juego fue mejorando a lo largo de las tres partidas. Una pena que no pude aprovechar mi mejor adaptación en esa última partida, en la que nos vapulearon a Sandra y a mí sin piedad.

Es una preciosidad
Es una preciosidad

Para terminar, sacamos de nuevo el Lewis & Clark. Esta vez sí que lo jugamos bien. Sandra andaba algo cansada, así que solo jugamos nosotros tres. Yo me monté un mazo curioso, con vistas al futuro. Conseguí la carta que permite avanzar por las montañas sin gastar recursos. También tenía un par de cartas de fuerza 2, por lo que una vez que alcance las montañas (lo hice en tercer lugar) es cuando comenzó mi remontada, ya que por las montañas iba a velocidad supersónica. Juan el pobre eliminó, seguramente sin querer, la carta que inicial que le permitía avanzar, y cuando se dio cuenta estaba atrapado en las montañas, sin apenas margen para mover siquiera a su explorador. Ishtar mantuvo más o menos el ritmo durante toda la partida, aunque el demarraje que realice en la cordillera fue demasiado. Victoria para el que os escribe.

Se notó mi experiencia
Se notó mi experiencia

Y con esto finalizan estas crónicas. Perfectamente puede haber sido la semana más jugona desde que este blog existe. Muchas partidas y muy variadas. Firmaba hoy mismo que todas las semanas fuesen así. Pero bueno, esta que comienza pinta también interesante, porque el fin de semana estaré en la CometCon ’14 jugando sin parar. ¡Nos vemos!

6 comentarios

  1. El Roma vs Carthage es uno de los primeros juegos que jugamos y nuestro primer "wargame". Es cierto que son más detalles de lo habitual y que hacen falta varias partidas para sacarle todo el partido (muchas veces dudas, y por no andar consultando el manual, uno no se decide a sitiar, por ejemplo). Pero al menos te dejaron el bando fácil para empezar, aunque quizá no te dijeron (hay que mirar las cifras de nuestros cónsules!) que Roma tiene que esperar a Scipio Africanus y aguantar como sea el embate de Hannibal por el norte y una posible conjunción de la suerte que le haga perder su desventaja marítima (en ese caso puede que cuando llegue Scipio sea tarde)…en fin, partidas tremendas.
    Es muy grande ese momento del Genial en el que te das cuenta que ya es tarde… pero tengo muchos amarillos…para qué quería tantos amarillos… 😛
    Menuda semana de partidas! De calidad no te podrás quejar 😉

    1. La verdad es que ha sido una gran semana!

      En el Hannibal si, me lo dijo… pero después :P. Las primeras rondas sufrí mucho, pero bueno, logré recomponerme. Pero fui presa de mis fallos en la segunda mitad de la partida. Eso sí, me gustó mucho. A ver cuando repetimos.

  2. Toma maratón de partidas!
    El Marrakech es un juego que quiero probar hace bastante tiempo, y el Dungeon Petz tb.
    Por cierto, probé el The Orcfather. A ver si me pongo con la crónica en breve.
    Saludos!

    1. Yeah!!! El Marrakech me sorprendió para bien. Pensé que iba a ser mas chorra, pero es muy divertido. Y la calidad de los componentes es sublime! Hay ropa en Zara de peor calidad que las alfombras de este juego.

      Estaré atentísimo a tu blog (como siempre), que quiero ver esa crónica de todas las jornadas. Este finde tengo jornadas aquí en Asturias!

      Gracias por pasarte Neiban!

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