Crónicas Jugonas: Semana 1 del 2014 (30/12 – 05/01)

Primera semana del año 2014 (el año de la recuperación, ya, ya…). Y yo de vacaciones en Sevilla y jugando todo lo que puedo, pero no tanto lo que hubiese querido. Pero bueno, no me puedo quejar.

El miércoles jugamos a Un Imperio en 8 Minutos, juego muy de moda últimamente. Tras leernos las escuetas reglas, comenzamos a jugar. Nos resultó muy similar en mecánicas a El Grande, por lo que la partida discurrió a la velocidad del rayo. Sandra cometió un error fatal al dedicarse casi en exclusiva a intentar obtener el mayor número punto de victoria posibles mediante las mercancías, descuidando la conquista de los territorios. Tenía tres grandes aglomeraciones de ejércitos pero se olvidó de expandirlas, cosa que yo si hice. Preferí exponerme, dejando solo un ejército en cada una de las regiones con la idea de intentar sacar el mayor número de puntos. Independientemente de eso, tampoco descuidé las mercancías, obteniendo una gran cantidad de puntos también al final. Como supondréis, la partida callo de mi lado, 24 a 18 puntos. Si Sandra hubiese afinado un poco algunas jugadas, seguramente el resultado final habría estado mucho más ajustado.

La expansión es la clave
La expansión es la clave

El jueves llegó el momento lúdico más esperado de esta semana. Nuestra visita a la casa de Agustín y Pilar para una buena sesión. Empezamos con Spartacus: un juego de sangre y traición, al cual Agustín no había jugado. Pilar no se encontraba muy animada, así que solamente fuimos tres. Tras explicarle las normas, preparamos la partida, eligiendo al azar las casas. A Agustín le tocó Glaber, a Sandra le tocó Tullius y a un servidor Solonius. Comenzamos a jugar. Las primeras rondas fueron un poco de tanteo, aunque Sandra cogió algo de ventaja. Agustín empezó a criticar nuestra forma de jugar alegando que nos vendíamos muy fácil y que realmente estábamos ayudándonos casi sin oposición. Alegación a la que más tarde habría que darle la razón. Yo conseguí ser el anfitrión en estas primeras rondas, por lo que me mantuve a la saga, mientras que Agustín, pagando la novatada, se quedó algo rezagado, y sin muchas monedas. Empezaron a llegar los momentos claves. Yo empecé a tener en mi mano una gran cantidad de cartas que me aumentaban el nivel de influencia si tenía cuatro o cinco gladiadores preparados, así que me centré en intentar poder jugarlas, por lo que en las fases de mercado me aseguraba llevarme a los gladiadores que fuesen saliendo. Pero en las dos fases siguientes de intriga, primero Sandra y luego Agustín jugaron conspiraron contra mi eliminándome siempre un gladiador, de forma que cada vez que me volvía a tocar, no llegaba al mínimo de gladiadores. A todo esto, Sandra conseguía varias veces el anfitrión, y se puso ya con diez puntos de influencia. Finalmente, un combate en la arena victorioso (con bastante suerte, pues el gladiador de Sandra y el de Agustín se quedaron ambos solo con un dado por atributo), Sandra se colocó con 11 puntos de influencia, siendo la anfitriona, utilizó su habilidad de casa finiquitar la partida. Agustín seguía diciendo que todo había sido demasiado fácil para Sandra, y puede que tuviese razón. Ya verás la próxima vez… (siempre digo lo mismo, y luego nada).

Tanto acumular gladiadores para nada...
Tanto acumular gladiadores para nada…

Para liberar la tensión acumulada, antes de cenar sacamos nuestro filler del momento, Noah. Le explicamos a Agustín las normas y comenzamos a jugar. En la primera ronda Sandra fue la que estuvo más viva y se llevó la ronda, cargando a Agustín con 5 lagrimas (duro golpe) y a mí con 2. La segunda ronda me la llevé yo, arriesgándome un poco quedándome con un caracol en la mano, pero que me aseguró poder colocarla. Agustín no aumentó su marcador, pero Sandra anotó 3 lágrimas en su marcador. Finalmente, la última ronda también me la llevé yo, con un marcador similar a la anterior, en la que Agustín no sumó lágrimas pero Sandra se marcó otras 2 más, por lo que al final el vencedor fui yo con 2 lágrimas, quedando Sandra y Agustín empatados a 5.

Noé, ese experto es optimización del espacio
Noé, ese experto es optimización del espacio

Y para cerrar la velada, una gran incorporación a mi ludoteca. Sandra me hizo un pequeño gran regalo, un Tichu en caja metálica. Agustín ya había jugado, por lo que aprovechamos para estrenarlo (y eso que no pude enfundarlo, pero bueno, era una ocasión especial, así que jugamos con sumo cuidado). Como nos faltaba un cuarto jugador, Pilar hizo un esfuercito, y se apuntó a la partida. Agustín nos explicó cómo iba la historia, y formamos parejas «reales», es decir, Agustín con Pilar y Sandra conmigo. Y comenzamos a jugar. En las primeras rondas se notó la experiencia de Agustín, a pesar de que Pilar no le ayudase mucho. Un par de rondas en las que ellos se fueron los primero establecieron una diferencia de casi 600 puntos (también yo me arriesgué un poco con un pequeño Tichu que me salió rana). Pero entonces Sandra y yo entramos en racha y llegamos a ponernos hasta por delante, llegando a unas últimas rondas de máxima tensión. En la última ronda, Sandra se arriesgó con un Tichu, teniendo varios fulls (trío y pareja) en su mano, pensando que podría quitárselos fácilmente. Pero Agustín le cortó la jugada, yéndose el primero, y posteriormente Pilar. Por lo que 200 puntos finales para ellos que le dieron la victoria y a nosotros nos redujo nuestro tanteador. Pero aun así, una experiencia magnifica. Ahora entiendo su posición en el ranking.

Booooooombaaaaaaaaaaaa
Booooooombaaaaaaaaaaaa

El sábado, mientras Sandra se terminaba de acicalar, reté a mi hermano Rubén a una nueva partida a uno de los estrenos de la semana: Un Imperio en 8 Minutos. Tras explicarle las normas a la velocidad del rayo, comenzamos a pegarnos palos. Para darle algo más de chicha e incitar a la expansión, jugamos colocando mercancías en las regiones señaladas para tal efecto. A diferencia de Sandra, mi hermano le pillo más rápido el punto y no me dejó campar a mis anchas por el mapa. Los dos teníamos desplegados todos nuestros ejércitos al final de la partida. De todos modos, mi hermano cometió el mismo fallo que mi hermano, centrándose algo más en las mercancías que realmente en expandirse lo más posible, dejando muchos ejércitos en la región inicial. Al final yo tenía más regiones y continentes conquistados, por lo que me llevé la victoria, aunque de forma bastante ajustada. Mi hermano 15 puntos y yo 18 puntos.

Mas interacción, mas diversión
Mas interacción, mas diversión

Para terminar la semanita, después de ir a ver la cabalgata y antes de que nos visitasen SS. MM. Los Reyes Magos, y aprovechando que andaba por casa un amigo de mi hermano, Ricardo, nos pusimos a jugar de nuevo al Tichu. Como la primera partida, muchas risas y cabreos momentáneos al ver que tu pareja hace todo lo contrario de lo que necesitas. Como era tarde y mis padres ya estaban durmiendo, decidimos jugar solo a 500 puntos. Sandra y yo empezamos jugando bien (mejor que la primera vez) y rápidamente tomamos una ventaja de 200 puntos y cerca de terminar la partida. Pero dos Tichus mal cantados provocaron que Rubén y Ricardo nos empatasen. Pero entonces nos pusimos serios. En una mano nos fuimos Sandra y yo los primeros, más un Tichu, finalizamos el envite. Resultado final, 745 a 355.

Un brillo especial
Un brillo especial

Y con esto finaliza esta primera semana del año. Muchas novedades, muchas partidas (aunque siempre se quiere más). Ahora tengo un enorme cargamento de juegos nuevos por estrenar. Espero que con vosotros sus majestades también se hayan portado tan bien como conmigo y vuestras ludotecas hayan aumentado de forma considerable.

5 comentarios

  1. Enhorabuena por tus partidas y por…los fantásticos Reyes!!!
    Troyes! Tichu!! Lewis y Clark!!!
    Pero bueno…así que el secreto es dejarle ganar a tu chica, no?
    Jeje, es broma.
    Feliz 2014 lleno de juegos!

  2. Por cierto: entonces te ha gustado el Imperio en 8 minutos? Le ves algo de chicha? Cuanto te dura una partida aproximadamente?
    Me llama la atención, pero las críticas son tan desiguales…

    1. A ver, si ponemos en una balanza sus pros y sus contras, a mi me sale un buen juego. Para mí es una revisión de El Grande eliminando las rondas de puntuación y sustituyendo el sistema de elección de cartas de acción (en vez de subasta con cartas con valores tenemos una pequeña gestión de recursos con el dinero). Si El Grande te gusta, aquí tienes una versión filler.

      Si solo son dos jugadores, conocen las cartas y la mecánica y no tienen AP, la partida se ventila en 10 minutos. A mas jugadores se alargará algo mas. Pero vamos, no creo que pase de los 20 minutos.

      Ya sabéis que yo soy muy benevolente con los juegos. Tiene que ser muy malo o calcar exageradamente a otro para descartarlo. En este caso, teniendo El Grande es donde puede aparecer el conflicto. Y aun así, este tiene el plus del tiempo.

      Respecto a tema y alma, las mismas sensaciones que con El Grande 😛

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *