Crónicas Jugonas: Semana 51 del 2013 (16/12 – 22/12)

Penúltima semana del año. En nada ya están aquí Papa Noel y los Reyes Magos para aumentar nuestras ludotecas de forma significativa. Esta semana, por variar un poco, hubo mucho ajetreo lúdico intersemanal, y, por contra, el fin de semana, entre cenas de empresas y otras cosas, no jugamos a nada.

El martes vinieron a casa Adriano y José Luis a jugar su primer Le Havre, que repite esta semana después del gran sabor de boca que dejó el domingo. Sandra andaba algo saturada y no se apuntó, por lo que solo éramos tres. Al ser su primera partida, decidimos jugar en la versión corta para que no se hiciese muy pesada. Aun así nuestras dos horas echamos. Esta vez si jugamos bien, aunque hubo un par de instantes en el que casi cometemos errores, pero ahí estaba José Luis que se había empapado bien las reglas para corregir el rumbo. Metiéndonos en la partida, José Luis se montó un motor generador de comida curioso, consiguiendo la carnicería y manteniendo siempre dos vacas, además de coger las reses del mercado de vez en cuando, tenía el tema de la comida solucionado. Todo lo contrario que Adriano, que fue siempre a remolque en este tema, tirando de pescado la mayoría de las veces, teniendo que llegar a pedir un préstamo (al igual que yo, aunque, en mi caso, me lo quité rápido de en medio yendo a por los francos que había en el mercado). Viendo que los barcos eran fundamentales, Adriano empezó a construir barcos de madera a cascoporro para no estar siempre con el agua al cuello al final de cada ronda. José y yo nos dedicamos a construir edificios para intentar optimizar nuestros recursos de la mejor forma posible. Tal vez la clave de la partida estuvo en que yo logré construirme la fundición, y, haciendo uso de la mina de carbón y la coquería en poder de José, más una ingente cantidad de hierro que tenía en mi reserva, pude conseguir bastantes vigas de acero, lo que me permitió construir un par de barcos de acero (más uno de hierro que ya tenía), lo que al final de la partida me permitió vender todas mis mercancías en el muelle, consiguiendo unos valiosos 21 francos que me dieron la victoria. Resultado final: yo con 140 francos, José Luis con 125 francos y Adriano con 80 francos.

Al final apilñabamos los componentes de cualquier forma
Al final apilñabamos los componentes de cualquier forma

El miércoles quedamos con los chicos de Juegos de la Mesa Redonda para echar nuestra partidita semanal. Aarón estaba liado, así que solo se apuntó Alejandra, y como estaba algo cansada, decidimos echar un Stone Age. Sandra empezó procreando mucho, en la tercera ronda ya tenía 7 trabajadores. Alejandra y yo intentamos seguirle el ritmo, y rápidamente subimos a 6 trabajadores. Como siempre mucha lucha por las cartas. Al principio andamos algo justos de comida. Ronda importante en la que conseguí dos niveles de agricultura gracias a una carta disponible, por lo que iba a estar muy relajado durante unas cuantas rondas. Ya llevo unas cuantas partidas y volví a centrarme en intentar optimizar al máximo mis acciones. Si tenía que ir a por recursos para ir a por las cartas, mandaba el máximo de trabajadores posible a por madera. Si necesitaba comida, mandaba al máximo de trabajadores posibles a por comida para olvidarme durante unas cuantas rondas. Esto me permitía ir consiguiendo más cartas que mis dos competidoras. Alcanzado el ecuador de la partida, estaba claro que debía ir a por edificios, pues tenía muchas cartas que me daban puntos extra por cada uno que construyese, así que empecé a diversificar para obtener de todo un poco. Tengo que admitir que tuve bastante suerte con las tiradas y que prácticamente ninguna tuve malos números que dieran al traste con mi estrategia. Alejandra siguió consiguiendo trabajadores, pues tenía prácticamente todas las cartas de bonus que premiaban tener una familia numerosa, mientras que Sandra jugó de forma más transversal, intentando conseguir un poco de todo. Pero teniendo en cuenta la especialización de Alejandra y que yo había tomado mucha ventaja en el tema de cartas, ya no pudo hacer gran cosa. Al final la partida me la llevé yo con 194 puntos, segunda Alejandra con 166 y Sandra tercera con 158. Gran victoria.

La prueba de mi buen desarrollo
La prueba de mi buen desarrollo

Como jugamos muy rápido y estaba recién estrenado el Hive en BoardGameArena, decidimos echar uno. Sandra estaba algo cansada y nos animó a ello. Total, que empezamos echando una primera partida que consideramos de prueba, porque Alejandra no recordaba que sus propias fichas también cuentan a la hora de encerrar a su Reina, por lo que en poquísimos movimientos me hice con la partida. La segunda estuvo mucho más entretenida, con mucha estrategia y contraataques para evitar la victoria del otro. Pero en un movimiento crucial, en el que Alejandra tendría que haber bloqueado una hormiga mía, intento atacar, pero sin cerrar la partida, lo que me dio vía libre para tapar el último hueco que quedaba para llevarme la partida.

Estuve a punto de... a casi casi nada...
Estuve a punto de… a casi casi nada…

El jueves, para despedirnos antes de vacaciones (la semana que viene no estarán ni Juan ni Ciro por aquí y a la siguiente no estamos nosotros). Como era día laborable y salimos tarde, quedamos para echar un siempre socorrido Carcassonne. Como Juan tiene la edición básica, me llevé las dos expansiones importantes del Carcassonne Plus: Posadas y Catedrales más Constructores y Comerciantes. Tras una breve explicación de las nuevas mecánicas, nos pusimos a colocar losetas. Yo cometí un error garrafal al colocar mi constructor en una ciudad que en dos turnos estuvo abocada al fracaso, pues hacían falta piezas muy concretas que no me salían nunca, así que comencé a luchar por el que parecía que iba a ser pasto principal. Pero no, este fue uno en el que Juan y Ciro se dieron palos hasta en el cielo de la boca. Al final se repartieron los puntos, pero no sin haber colocado hasta 4 granjeros cada uno, incluyendo al Meeple Poderoso de gran envergadura. Sandra se fue expandiendo tranquilamente, llegando a tener una ventaja brutal respecto al resto de jugadores, pero desgraciadamente no consiguió ninguna granja, lo que provocó que al final esa ventaja se esfumase hasta el punto de no conseguir la victoria, la cual se llevó Juan gracias a esa supergranja y a que consiguió cerrar un par de ciudades con las que consiguió bastantes fichas de comercio. El resultado final: Juan con 144 puntos, segunda Sandra con 131, tercero un servidor con 130 y último Ciro con 117.

Ese constructor verde que se ve en la lejanía no ayudaría mucho...
Ese constructor verde que se ve en la lejanía no ayudaría mucho…

Y con esto se cerró la semana. Como he dicho, el viernes tuve cena de empresa y el fin de semana no ha dado para mucho. A ver como se presenta la semana de Navidad.

7 comentarios

  1. Me encanta la foto del Carcassonne. Chulísima.
    Qué gracia me ha hecho lo de Meeple Poderoso. Desde luego está visto que cada grupo llama a ese Meeple (sí, al q vale x 2 que te viene en Posadas y Catedrales) de manera diferente xD
    En mi grupo lo llamamos PapiMeeple, y tb Papá-piquillo (q aunque es un nombre algo largo, tiene obviamente su porqué, y aún nos reporta risas xDD).

    Saludos!

    1. Jajaja. Con lo de Papá-Piquillo espero que cuando alguien lo coloque en el tablero diga "Jaaaarll" o "Fistroooo" 😛

      Gracias por pasarte Neiban.

  2. Siempre lo he dicho, solo con las expansiones de las ciudades, la clave de la victoria está en las granjas. Una colocación disimulada, teniendo mayoría en la granja, e intentando ganarla si no la tienes, sobre todo hacia el final, despistando a los constructores de ciudades, te puede dar más puntos que crear o luchar por ciudades. Mejor pequeñas ciudades que linden con tus granjas que grandes. y vigilar que los caminos no corten tus granjas.

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